sábado, abril 20, 2024

Muere el gran mito erótico, Meche Carreño, veracruzana

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Ayer, a los 74 años de edad, falleció en los Estados Unidos, María de las Mercedes Carreño Nava, nacida en Minatitlán, Veracruz, el 15 de septiembre de 1947, mundialmente conocida como «Meche» Carreño, quien fuera consagrada actriz, productora y argumentista de cine, que tuviera su etapa de máximo esplendor en la década de los 70s. Desde hace tres días se encontraba internada en un hospital americano, a consecuencia de una anemia y presuntamente, cáncer de hígado.

Meche Carreño impactó al público por su larga cabellera, esbeltas piernas, bellos labios, cuerpo de adolescente y sensualidad, desafiando a la sociedad mexicana de esos años al aparecer en monokini.

Para la cinta La choca (1973), de Emilio Fernández, Carreño aceptó desnudarse ante una trama de pasiones extremas. Ahí alternó con Pilar Pellicer y sus excelentes actuaciones las hacen ganar el Ariel a mejor coactuación y actuación estelar, respectivamente.

Meche Carreño participó en películas como «Damiana y los hombres» (1967), dirigida por Julio Bracho, y donde inició su exitosa carrera, «La choca» (1974), de Emilio Indio Fernández, =película que inició con escenas de Meche Carreño desnuda, bañándose en un río= «El llanto de la tortuga» (1974), «La otra virginidad» (1975) , «Zona roja» (1976),»La viuda negra», de Arturo Ripstein (1977), pero sus dotes histriónicas se pudieron apreciar en más de 50 cintas.

Emilio “El Indio” Fernández y Julio Bracho fueron algunos de los cineastas con los que trabajó. La actriz admitía que en sus inicios, aún con muy poca trayectoria, se atrevió a explorar un terreno como el séptimo arte y aseguraba que este era su motor de vida. También comentaba que en la actualidad es mucho más fácil -en cuanto a cuestiones técnicas-, hacer cine.

El escritor y director de cine Alejandro Jodorowsky fue también parte fundamental de sus inicios, y Carreño, agradecida, recordaba que durante la época que el artista vivió en México, «me incluyó en sus famosos trabajos efímeros pánicos, extraños, pero que existen y me los enseñó Alejandro», decía.

Carreño, quien también combinó teatro con modelaje y durante un tiempo se le llamó «la chica del monokini», fue considerada todo un símbolo sexual de su época y la gran actriz, aseguraba: «(…) La belleza es cuestión interna, aunque la parte externa es la que mejor supe llevar en mis películas. Me relacionan con la sensualidad; pero eso es percepción de quienes me ven, no mía».

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