martes, marzo 19, 2024

 El fin de los imperios…

“Día llegará en que nuestras ideas religiosas actuales nos parezcan tan raras, como nos lo parece ahora el espíritu de la época caballeresca”. Georg Christoph Lichtenberg (1742 – 1799) quien fue el primer profesor de física experimental en Alemania.  Hay figuras de descargas eléctricas que llevan su nombre.

Y aunque las religiones, especialmente las cristianas, van de caída; toda vez que las juventudes ya no comulgan con ruedas de molino; y ya se hacen públicas todas las bajezas imaginables de las que han sido y son perfectamente capaces…

El pervertido fundador de “Los legionarios de Cristo”, Marcial Maciel (1920 – 2008) al que todos, empezando por el Papa polaco, lo protegieron de sus depravaciones, a tal grado que por poco y lo hacen santo…

Que excepcionalmente hayan pasado por la religión, almas que de alguna manera conservaron su inocencia, es decir, que se han creído sus cuentos y han vivido en consecuencia; como San Bernardo (1090 – 1153) quien dijo: “Todo lo que un sacerdote retiene para él, después de haberse proveído del simple alimento y del vestido, es hurto, es rapiña, es sacrilegio”…

Pero hoy por hoy, no hay semana que no sea noticia alguna de sus perversidades, en Canadá, en Alemania, en Chile, en cualquier parte donde llegan, impera la fantasía, la mentira, el fraude, el miedo y son caldo de cultivo de revueltas…

Cuando menos eso es lo que dice la Historia Universal, incluyendo a la de México.  Donde mucha sangre corrió durante la llamada Revolución Cristera de 1926 – 1929 cuando los sacerdotes se negaron a acatar la Ley Calles

Ley que limitaba el número de sacerdotes a uno por cada 6 mil habitantes; y, en resumen, que debían estar registrados ante el gobierno, que se les expediría una licencia para ejercerla de cura -más o menos- como quien te da la licencia de manejar, que primero ve si eres apto…

Pero no les gustó, cerraron las iglesias e incitaron a los creyentes a protestar, pues sin poder ir a misa, si morían, no irían al cielo -pero si en Las Cruzadas los papas ofrecían indulgencia plenaria, si mataban un musulmán; cualquier cosa puede esperarse de estos belicosos hijos de Dios-…

Que, sin embargo, no hicieron tanto alboroto cuando el muy ilustre médico tapatío, Don Valentín Gómez Farías (1781 – 1858) llevó a cabo la separación Iglesia-Estado; ni tampoco cuando el General Roberto Cruz Díaz (1888 – 1990) fusiló al sacerdote jesuita Agustín Pro (1891 – 1917) como autor intelectual del atentado contra el General Álvaro Obregón (1880 – 1928)…

Pero seguro que se la van hacer difícil al Presidente de Nicaragua Daniel Ortega, por haber detenido a Rolando Álvarez, un obispo, famoso por criticar duramente a su gobierno.  Y ante las protestas, como cuando detienen a un capo -más o menos- cerró los medios de comunicación católicos…

Claro que el haber detenido al obispo revoltoso, es poca cosa a lo que hizo Napoleón (1769 – 1821) el Gran Corso, quien entró a Roma e hizo prisionero al Papa Pío VII (1742 – 1823) el 8 de julio de 1809…

Ya he comentado que, perdiendo Europa, pues la gente ya no va a las iglesias, que las han convertido en cafés o bibliotecas.  Y como para el otro lado creen otros cuentos chinos; pues no le quedaba al Vaticano -un Vaticano de derecha- otra opción para subsistir, que recurrir al fanatismo de Iberoamérica…

Pero sin duda que esto moverá muchas cosas; y habrá que estar pendientes, pues todo indica que viene el fin de los imperios.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.       

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