martes, abril 23, 2024

Los precios siguen subiendo

Juegos de Poder

Leo Zuckermann

A continuación los datos de la inflación en México publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI):

R Hace un año, en julio de 2021, la inflación anualizada había sido del 5.81 por ciento. Ahora, en julio de 2022, esa tasa alcanzó el 8.15 por ciento.

R Esta tasa está muy por arriba del objetivo inflacionario del Banco de México, que es de entre tres y cuatro por ciento al año. De hecho, la inflación lleva más de 17 meses por arriba de la meta del banco central.

R El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) reportado ayer es el más alto desde hace más de 21 años cuando en diciembre de 2000 se ubicó en 8.96 por ciento.

R El INPC subyacente, que excluye a los productos con gran volatilidad en los precios, también se aceleró para alcanzar una tasa anual de 7.65%, la más alta desde diciembre de 2000.

R El incremento del INPC no subyacente, que contabiliza los productos con alta volatilidad en los precios, como los agrícolas o energéticos, fue de 9.65 por ciento.

R Los dos rubros que más crecieron en la inflación anualizada a julio de 2022 fueron, primero, los alimentos y bebidas alcohólicas (14.15%) y, después, los restaurantes y hoteles (10.25 por ciento).

Esos son los datos. No hay otros.

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Hay que ser muy claros: el gobierno actual no tiene la culpa de la inflación en México. El aumento de los precios se está dando en todo el mundo y tiene que ver con la escasez de diversos productos a raíz de la pandemia del covid-19 y la guerra en Ucrania.

De hecho, el gobierno de López Obrador anunció en mayo un Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) que, como dijimos en ese momento, ayudará a contenerla, pero, sobre todo, paliar sus efectos negativos en los más pobres del país.

Esto es muy importante porque, como es sabido, la inflación suele afectar a las familias con menores recursos. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó ayer una nota sobre este tema. A continuación presento los principales resultados:

La inflación es mayor para hogares con bajos ingresos debido a la composición de las canastas de consumo. Dependiendo del nivel de ingresos, los hogares distribuyen sus recursos de manera diferente: mientras que un hogar representativo del decil uno (con menos recursos) debe destinar 50% de su gasto al rubro de alimentos, bebidas y tabaco, la proporción que un hogar del decil cinco le dedica a dichos bienes es de 43%, y en el decil diez es de sólo 28 por ciento.

Mientras que para los hogares de mayores recursos, que se encuentran en el décimo decil de ingresos, y perciben en promedio más de $50 mil pesos al mes, la inflación en los precios de la canasta de consumo fue de 8.05% entre julio de 2021 y el mismo periodo de 2022, para los hogares con ingresos de nivel medio el incremento fue de 9.31 por ciento. El impacto es aún mayor para los hogares de bajos ingresos, que tienen recursos de alrededor de $3 mil pesos al mes y vieron un incremento de 10.26% en el gasto necesario para adquirir la canasta de consumo (la tasa es más de dos puntos porcentuales mayor a la del decil diez).

El gobierno de López Obrador está subsidiando los combustibles para contener la inflación. De acuerdo con el secretario de Hacienda, en las últimas diez semanas esto le ha costado al erario 430 mil millones de pesos. A eso hay que sumar 73 mil millones más de subsidios a la electricidad. Sin este esfuerzo fiscal, la inflación en México estaría por arriba del diez por ciento según Rogelio Ramírez de la O.

Tiene toda la razón. Pero una solución puede generar un problema. En este caso, de continuar altos los precios internacionales del petróleo y derivados, la erogación de recursos públicos para subsidiarlos podría generar una crisis en las finanzas públicas. Aunque el gobierno está recibiendo más dinero por las exportaciones de crudo, nuestra balanza petrolífera es negativa. Importamos más de los que exportamos. Ergo, las pérdidas por subsidios son mayores que las ganancias por mayor precio del petróleo.

¿Hasta cuándo aguantará el gobierno de López Obrador el subsidio a las gasolinas? Ésa es la pregunta que no sólo tiene un aspecto financiero, sino político. Este Presidente sabe muy bien que un “gasolinazo” tendría consecuencias político-electorales muy negativas para él y su partido.

Los datos aparecidos ayer presionarán para un nuevo incremento importante de la tasa de interés por parte del Banco de México. Ya está en 7.75% y se enfila a rebasar el 8%, lo cual inevitablemente enfriará el de por sí escaso crecimiento económico del país.

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