Carlos A. Luna Escudero
Desde Boca del Río, buen jueves para todos.
Corría el año de 1993 y las cosas no pintaban bien para muchas personas. Eran tiempos complicados y la cuestión económica nos golpeaba con dureza a muchos. En esos tiempos, apenas sobrevivíamos con los escasos ingresos derivados de unas clases en la UNAM, mi Alma Máter, y en la Universidad Tecnológica de México (UNITEC).
En las horas muertas, acudía a la biblioteca de la ANUIES a revisar diarios en busca de un empleo que ayudara a solventar el gasto familiar. No hubo éxito y la situación se agudizaba, al tener ya la responsabilidad de mis dos hijos mayores. Así fue como una noche de verano me propuse construir un sueño, empezar un proyecto que me permitiera trasmitir mi experiencia en la formación de nuestros jóvenes.
Sin apenas tener nada y con más temeridad que prudencia, inicié la difícil tarea de empezar a construir mi sueño. No fue fácil, sin recursos, pero con la audacia que da la necesidad, empecé a integrar el complicado rompecabezas de elaborar un proyecto de dimensiones inimaginables. Así empezaba un sueño que se ha convertido en mi proyecto de vida.
Hoy a 27 años de su fundación, veo con satisfacción que ese sueño se ha hecho realidad.
Así se fundó el Instituto Veracruzano de Educación Superior, S.C., ahora Universidad IVES. Su gestación fue muy complicada. Su camino ha estado pleno de momentos muy difíciles, como los que se han vivido recientemente con la pandemia.
Así germinó la idea de crear una institución educativa que privilegiara la calidad en todos procesos de enseñanza-aprendizaje, en los servicios y con una oferta educativa acorde con las necesidades del desarrollo de nuestra entidad. Todo ello a costos accesibles, generando una opción real para los jóvenes veracruzanos que buscaran ser agentes del cambio en su comunidad.
A casi tres décadas de distancia, contamos con más de 60 programas académicos con RVOE, desde el Bachillerato, Licenciaturas, Especialidades, Maestrías y Doctorados. El compromiso social que hemos asumido ha permitido que todos los que trabajamos en nuestra institución nos sintamos muy orgullosos de pertenecer a ella. Hemos becado a más de 6 mil alumnos de escasos recursos y/o de excelente rendimiento académico, cultural o deportivo; han egresado más 15 mil alumnos de nuestros diferentes planes de estudio, quienes aparte de ser profesionales con sólida preparación académica, son ciudadanos de bien, con conciencia social, con valores, que cumplen con la misión fundacional del IVES: ser personas que contribuyen a transformar a nuestra sociedad.
Particularmente doy gracias a todos los que me han acompañado en el camino o en parte de él. A mis queridos y entrañables amigos que con tanta lealtad y profesionalismo dieron lo mejor para la institución y que se nos han adelantado en el camino. A los compañeros trabajadores y profesores que son la columna vertebral de nuestra querida Casa de Estudios. A ellos se debe el crecimiento y consolidación de nuestra universidad.
A lo largo del camino hemos enfrentado dificultades enormes y obstáculos que en su momento parecían insuperables. Gracias al esfuerzo de toda nuestra comunidad los hemos superado. Gracias también a la confianza que han depositado en nosotros nuestros alumnos y padres de familia. También, por supuesto, le doy gracias a la vida por la oportunidad de servir a la sociedad de esta manera, porque adicionalmente este proyecto de vida me ha permitido incursiones en otras iniciativas empresariales y en diversos programas sociales.
Ahora, ya con el relevo generacional y el formidable apoyo de mis hijos mayores, familia y colaboradores, toca continuar trabajando para seguir creciendo y consolidando a nuestra universidad como lo soñamos algún día: que IVES siga cumpliendo con su responsabilidad social y continúe siendo una alternativa de calidad educativa para nuestros jóvenes, contribuyendo así al desarrollo de nuestro pueblo y a construir una sociedad más justa e igualitaria!
¡Muchas gracias a todos!