En el proceso sucesorio de Veracruz, en el cual compiten actores políticos de probada experiencia por parte del PRI y del PAN, y de renombre acentuado, gracias a que MoReNa es el partido en el gobierno, se están produciendo situaciones que pudiéramos categorizar como “curiosas”; por ejemplo, nunca se había presentado la circunstancia atípica de observar una sucesión política adelantada, que por ese motivo da ocasión a un “zopiloteo” sobre el gobernador Cuitláhuac García, curiosamente protagonizado por compañeros de su propio partido. Antaño, a ningún gobernador agradaba el que quienes aspiraban a sucederlo se placeara libremente por el territorio de la entidad; cuestión de estilo, tiempo y circunstancias, porque, aunque a Cuitláhuac García molesta el aleteo del diputado Sergio Gutiérrez, el de Rocío Nahele no le inmuta, pese a ser más ruidoso y frecuente que el de aquel. Pero podría suceder lo de siempre en casos semejantes, mientras dos bandos ocupan sus estrategias en anularse, uno tercero trabaja en sigilo y al final se lleva la presa. Tal pudiera ser el caso de Manuel Huerta, el Delegado Federal, el mismo que implementa los programas sociales en la entidad, quien cotidianamente está en permanente contacto con la gente beneficiada por los programas de bienestar, los becarios, los sembradores de vida, y de quienes de alguna manera alcanzan medicinas en el sector salud etc. Rocío Nahle viene y se acuerpa con reuniones sobre el sector energético a su encargo, Sergio Gutiérrez, ya fuera de la presidencia de la Cámara federal de diputados, hace presencia física, pero Manuel Huerta llena su agenda de asuntos es cotidiano. Obviamente, esa es una semblanza relativa a cuanto ocurre en MoReNa, falta por ver las asechanzas de la oposición, donde se mueven actores políticos de la talla de José Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa, Julen Rementería, los hermanos Yunes Márquez, etc., que aguardan el momento propicio para dar la cara. Ya no falta mucho para observar en vivo ese espectáculo.