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Alejandro Moreno Cárdenas, alito, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, anunció la víspera su traición formal al PRI, a cambio de salvar el pellejo.
Apenas el pasado 16 de agosto, el ex gobernador de Campeche subió a redes sociales un video en el cual habló sobre la solicitud de desafuero impulsada en su contra desde el gobierno de Layda Sansores, su paisana y enemiga.
Apasionado, dueño de ciertas dotes de orador, pero corrupto sin remedido, mentiroso enfermizo y desesperado, Moreno Cárdenas construyó una figura lejana de la retórica, apenas cercana a la demagogia pero evidenciada como un anzuelo particularmente pequeño para un México avanzado en educación política…
“Estoy dispuesto a todo, hasta dar mi vida, por defender a México y no permitir que instauren una dictadura”, afirmó el melodramático dirigente de un PRI encaminado a la desaparición dentro de la competencia por el poder al más alto nivel en el país.
No sólo eso: lo más grave del posicionamiento del campechano no consistió en la falsedad de su grandilocuencia sino en el doble filo de la navaja que portó: hablar como dirigente nacional de un partido dividido, en cuyo seno -semanas atrás- ex dirigentes nacionales le pidieron su renuncia…
Quedó claro el posicionamiento personal de un Alejandro Moreno Cárdenas apenas apoyado por el comité nacional de su partido y por la bancada tricolor de diputados federales…
Alito traicionó al partido que dirige por mera formalidad pero dentro del cual ha perdido representatividad…
El PRI se formó a partir de 1929, en las manos de Plutarco Elías Calles, traidor de las principales banderas revolucionarias como la democracia y la justicia para el campesinado…
Por ello, la exhibición de Alejandro Moreno Cárdenas no sacude estructura alguna; es uno más dentro de una extensa cauda de traidores…
Con sus excepciones, entre militantes y numerosos líderes con ideales dentro del PRI; la mayor parte extintos…
Frente al nimio apoyo para alito, los pocos gobernadores, los senadores, los diputados locales que aún quedan, las dirigencias estatales y municipales priistas callaron…
Al hombre que se dijo dispuesto a dar la vida por defender a México la inmensa mayoría de militantes del PRI no le creyó y no le hizo caso…
Vale el empleo de una frase vulgar dada la escena vulgar de un político vulgar como alito: ¡Nadie lo peló…!
Este miércoles, al salir a su anunciada rueda de prensa a partir de las 10:00 horas, Moreno Cárdenas arrastró consigo a Marko Cortés y Jesús Zambrano, dirigentes del PAN y del PRD…
Tan débiles y desesperados están ambos líderes que en lugar de romper con aplomo y dignidad la alianza con el PRI denominada “Va por México”, optaron por un tímido anuncio de “suspenderla temporalmente…”
Patéticos.
Pobre México: tan cerca de AMLO y tan lejos de una oposición fuerte, valiente, inteligente, audaz…
El martes alito dijo que nadie pone un ultimátum al PRI…
Este miércoles el hombre que no ha dejado de comer, ni de beber, ni ha puesto en peligro su vida en aras de defender a México -desde el 16 de agosto a la fecha- dijo que apoya la propuesta de Yolanda De la Torre para dejar a militares y marinos en las calles hasta el año 2028 porque está preocupado por el pueblo…
¡Ay alito, ay alito!
En fin…
De paso lanzó otra perla: afirmó que no ve riesgo alguno en torno a “Va por México” porque panistas y perredistas saben que divididos perderán en el 2024…
Bueno, el caso es que tenemos alito vivo para rato: la propuesta de la diputada Yolanda De la Torre; la sonrisa, saludo y apapacho del Secretario de Gobernación Adán Augusto López; el visto bueno del presidente López Obrador a la idea priista de mantener a las fuerzas federales fuera de los cuarteles durante seis años más, han evitado que el líder nacional del PRI se corte las venas en aras de la Patria…
¡Juan Escutia puede dormir tranquilo, nadie competirá -por el momento- con su heroicidad!
¿A dónde conduce este tragicómico momento?
A varios destinos:
– Un PRI cada día más débil, más dividido y más ridículo…
– Una alianza “Va por México” resquebrajada, prácticamente desaparecida y evidenciada como un mal negocio de dirigentes bastante mediocres cuyo baile político cotidiano se ejecuta al son que les tocan desde palacio nacional
– La certeza de una generación política perdida en el PAN, en el PRI, envejecida y acabada en el PRD, mal autollamado partido de izquierda…
– Un presidente, AMLO, cada día más sobre empoderado, con un ejercicio vertical del poder -como en los viejos tiempos del PRI- pero sin equilibrios…
En los tiempos del priato el equilibrio del poder descansaba en la oligarquía: una mezcla sui géneris entre el ejército, la iglesia, los empresarios y grupos fuertes dentro del propio partido.
Esa condición ha desaparecido en el México actual y el país vive gran riesgo histórico a partir de ello…