Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno
En la elección de 2018, fue evidente el apoyo que los operadores de Elba Esther Gordillo le dieron a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y en general al Movimiento de Regeneración Nacional en todo el país.
La relación se había fraguado desde un año antes, durante la campaña por la gubernatura del Estado de México de 2017. El yerno de la maestra Gordillo, Fernando González Sánchez –ex subsecretario de Educación Básica del sexenio de Felipe Calderón- y quien fue su brazo derecho en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Rafael Ochoa Guzmán, trabajaron abiertamente en favor de la candidata a gobernadora de Morena, Delfina Gómez, quien estuvo cerca de ganar esos comicios y el año entrante buscará nuevamente hacerlo.
Durante el proceso electoral para la sucesión presidencial de 2018, estos mismos personajes se adhirieron públicamente al proyecto de López Obrador, junto con el nieto de Gordillo, René Fujiwara Montelongo. Y en estados como el de Veracruz, la estructura magisterial y política que se mantenía leal al elbismo también se incorporó de manera abierta y pública a la operación en favor de los candidatos de Morena, comandados por el propio Rafael Ochoa.
El morenato siempre negó –a pesar de que era mucho más que evidente- la alianza que habían hecho con quien 12 años antes calificaban como la encarnación de la corrupción del sistema político en México y con quien López Obrador se negó a pactar en la elección presidencial de 2006. No por prurito político, sino porque en ese momento sentía que tenía ganada la elección. Cara pagó entonces su soberbia, por lo que en 2018 “rectificó”.
La noche de este jueves, la propia Elba Esther Gordillo confirmó esa alianza de la que hoy se declara “decepcionada”. Pero más allá de eso, reveló datos sobre cómo intervino decididamente en la elección de Veracruz en favor de Cuitláhuac García Jiménez.
Entrevistada por el periodista Carlos Loret de Mola, Elba Esther Gordillo aseguró que en acuerdo con Julio Scherer Ibarra –entonces asesor cercano de López Obrador, quien después se lo llevaría a la Presidencia como consejero jurídico, cargo al que renunciaría “noqueado” por las intrigas palaciegas- operó en la elección de Veracruz para derribar el proyecto sucesorio de quien fuera su aliado, Miguel Ángel Yunes Linares, y con quien rompió a finales del sexenio de Felipe Calderón, al que afirma le pidió que lo quitara del ISSSTE.
“Hay un acuerdo con Julio Scherer para apoyar la candidatura del entonces candidato (sic) Andrés Manuel López Obrador. Y nos comprometemos a hacerlo. Veracruz, precisamente de lo que hablan, fue una de las entidades donde participamos abierta y decididamente, y ahí sí lo aclaro, también por ir sobre Yunes, la verdad. Y se ganó. Se ganó porque participamos”, narró Gordillo Morales.
-O sea, Cuitláhuac se la debe a usted-, preguntó Loret.
-No necesariamente Cuitláhuac. Yo diría, el compromiso que hice con Scherer. Le honré la palabra.
En política, esos acuerdos no son gratuitos. Scherer ya no está en el gobierno. ¿A quién cree que le tocará pagar la factura con Elba Esther Gordillo? Y ya sabemos lo que pasa cuando no le cumplen. Que le pregunten a Yunes Linares.
Hablando de pactos inconfesables
La que nunca explicó por qué no asistió a la sesión del Senado en la que se discutió la militarización de la seguridad pública es la senadora del PAN Indira Rosales San Román. Precisamente, del grupo compacto de Miguel Ángel Yunes Linares.
De pactos a pactos. Todos son una mugre igual.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras