sábado, abril 20, 2024

De la guerra y las pandemias…

Siendo uno de los países de más personas con sobrepeso, no era difícil que también fuéramos de los que tuvo peores resultados en el manejo de la pandemia del 19.  Pero, independientemente de que ésta no fue tan mortal como hicieron saber los fabricantes de las industrias beneficiadas…

El porcentaje de defunciones con relación al número de habitantes que hay sobre el Planeta, no lo hace ser tan peligroso como lo declararon -y el mismo número de contagiados, con relación a los fallecidos, igual- Pero hicieron una tormenta en un vaso de agua- y lo cierto es que lo que muchos perdieron, otros pocos lo ganaron…

De las vacunas, ni qué agregar; ya se ha dicho de todo y se seguirá diciendo.  A pesar de que connotados personajes y verdaderas eminencias en epidemiología han dicho que la pandemia ya terminó y que el cubrebocas ya no es obligatorio…

Inoportuna declaración del eminente Doctor López Gatell, que se pasó a traer a toda la pujante industria; y luego ahora que ya le habían agarrado el modo haciéndolos de todo tipo de estampas; sobre todos aquellos interesados en la moda y otros más que no se quitan el cubrebocas, ni para dormir.  Van solos por las calles y no se quitan el cubrebocas…

Pero parece que lejos quedaron aquellos tiempos, cuándo se hablaba de que el pánico mataba más personas que el propio virus.  Cuantas veces se dijo que la medicina Alópata no es útil y nunca lo ha sido, para combatir las enfermedades virales; que la Homeopatía sí…

Sin embargo, ya se había invertido mucho dinero como para darle voz a quienes podrían echar abajo el tan lucrativo negocio, como la del Director General del ISSSTE, Pedro Zenteno Santaella, quien trató su padecimiento con medicina homeópata….

No obstante, nunca volvió a hacer declaraciones; o criminalmente no le permitieron que las hiciera; también cabe pensarlo.  Porque antes que todo, está el negocio.  Sin embargo, lo importante de todo esto de la pandemia, es: ¿qué aprendizaje se sacó de todo esto?…

Porque si no se aprendió nada; corroborando que somos los únicos animales sobre el Planeta, que nos tropezamos dos veces con la misma piedra -y en veces hasta más, por no decir que siempre- pues nos volverá a pasar…

Y como lo mejor del caso, es que ya le agarraron el modo para manipular a la borregada, por las buenas o por las malas; así que hoy sales a trabajar y mañana no.  No obstante, dadas las circunstancias y los antecedentes de esta clase política…

Cualquiera podría pensar que es más lucrativo hacer vacunas, que hacer la guerra.  Se requiere menos inversión y las utilidades son mayores…

Por cierto, que, según reporte de la SSA, caducaron, sin ser aplicadas, cinco millones 41 mil 50, vacunas que estaban bajo resguardo de los Laboratorios Biológicos y Reactivos.  Pero eso no es todo…

Que 856,191 dosis han sido catalogadas como perdidas en los Estados, ya sea por “mermas operativas” ¿? por accidentes de frío o caducidad.  Lo que no informa, es cuánto es lo que se pagó por ellas y quienes son los responsables de tan importantes y cuantiosas pérdidas…

“Antes, las guerras las ganaba el ejército que se infectaba después”, decía el Maestro Maximiliano Ruíz Castañeda (1898 – 1992) ilustre hijo del Estado de México, descubridor de la “Botella Castañeda” contra la Brucelosis…

Y además quien perfeccionó la vacuna contra el tifus -fiebre tifoidea- los piojos y el contacto de los soldados en las trincheras creaban las condiciones propicias para el contagio.  Hoy hay vacuna contra el tifus; además, de que los soldados ya no pelean cuerpo a cuerpo, como se hacía hasta antes, cuando los dejaban morir sin atención…

Como sigue sucediendo en las ciudades, como el Puerto de Veracruz, donde un indigente de unos 35 años de edad, murió a las puertas del hospital del IMSS en la Av. Cuauhtémoc, porque le negaron la atención; y sin que nadie hiciera algo, hasta que había fallecido.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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