Los inicialmente reconocidos como “súper delegados” del gobierno federal, desde su creación en el diseño del nuevo formato federalista fueron objeto de múltiples presunciones políticas, la principal consistía en otorgarles primacía a su calidad de prospectos para engancharse en candidaturas al gobierno estatal correspondiente. No fue errónea aquella hipótesis, pues se ha comprobado a partir de que en octubre de 2020 renunciaron a su cargo delegacional para buscar la candidatura al gobierno estatal: Víctor Manuel Castro Cosío, de Baja California Sur, Indira Vizcaíno Silva, de Colima; Juan Carlos Loera de la Rosa, de Chihuahua; Pablo Amilcar Sandovalde Guerrero; Hugo Eric Flores Cervantes, de Nayarit y Lorena Cuellar Cisneros, de Tlaxcala, no todos son gobernadores ahora pero alcanzaron la candidatura de MoReNa. Aunque, en Guerrero, por ejemplo, Pablo Amílcar Sandoval no podía competir con quien realmente era el favorito de quien realmente decide: el senador Félix Salgado, pero las acusaciones de abuso sexual en su contra lo impidieron y finalmente la candidata fue su hija, Evelyn Salgado, ahora gobernadora de Guerrero. Con esos antecedentes no debiera extrañar que Manuel Huerta, Delegado en Veracruz, haya expresado sus aspiraciones al gobierno estatal, obviamente como candidato de MoReNa. Manuel Huerta no es un improvisado en estas lides, sabe que la decisión no está en la esfera del poder estatal, por lo mismo señala que se somete al veredicto de las encuestas, método por el cual se decidirá la candidatura: “Los militantes de Morena conocemos bien las reglas del partido… la encuesta será la que decida quién será el candidato a la gubernatura de Veracruz”. La incorporación de Manuel Huerta a la arena política sucesoria no es mera casualidad, porque en el desempeño de su actual encargo ha tenido oportunidad de recorrer la entidad a detalle, como ya lo hizo en “N” número de ocasiones como presidente de MoReNa en la entidad, precisamente cuando AMLO y Cuitláhuac fueron candidatos al cargo que ahora ocupan. Además, es su encomienda el manejo de importantes programas sociales, y en ese desempeño cuenta con la oportunidad inherente de vincularse estrechamente con un sector muy importante de la sociedad, muy maleable, por cierto. Además, por ortodoxia política debe suponerse que para dar ese paso cuenta con la autorización de ya sabemos quién. Con este giro, MoReNa tiene ya tres precandidatos colocados en el tobogán sucesorio: Rocío Nahle, Sergio Gutiérrez y Manuel Huerta, obviamente otros actores políticos aguardarán la oportunidad para manifestarse, porque en este juego nada se escribe en piedra y la tómbola sigue girando. Por el lado del frente opositor, el de la Alianza por México, la cantera es rica en precandidatos: José Yunes Zorrilla, Julen Rementería, Héctor Yunes Landa, Patricia Lobeira, Miguel Ángel Yunes Márquez, etc. Visto así, el panorama electoral en Veracruz se muestra competido en ambas trincheras, es un contexto para suponer que la moneda estará en el aire hasta el día de la elección en 2024. ¿Quién pudiera asegurar a ciencia cierta el desenlace final de esa contienda? Aunque lo aquí escrito es una muestra de la libre expresión, se antoja que quien levante la mano pecaría de despistado agorero, o de nostálgico creyente en el oráculo de Delfos.