martes, abril 23, 2024

Las disculpas de Alito y las rupturas que vienen

El miércoles de la semana pasada por la noche, en una encerrona privada, los dirigentes nacionales de la Alianza Va por México se reunieron para hablar y aclarar paradas sobre lo que el PAN y el PRD reclaman como «traición» del PRI a los acuerdos de su coalición. Marko Cortés, Jesús Zambrano y, en el banquillo de los acusados, Alejandro Moreno, dialogaron por casi dos horas sin llegar a ningún acuerdo que pusiera fin al impasse en que se encuentra la coalición opositora.

Ese mismo 7 de septiembre, por la mañana, las dirigencias del panismo y el perredismo habían declarado «en suspensión temporal» a la Alianza, mientras que el líder priista había dicho que no retiraría la iniciativa constitucional que prolonga la permanencia del Ejército mexicano en las calles en labores de seguridad civil, de tal manera que al encuentro nocturno llegaron entrampados y cada quien en una posición encontrada. Marko y Jesús le pedían a Alito Moreno una «explicación coherente» de por qué su bancada presentó una iniciativa que abona a la militarización de la seguridad sin consultarlos y cuando habían acordado, apenas al arranque de este periodo legislativo, una «moratoria de reformas constitucionales» en temas que favorecieran al gobierno de la 4T.

Alejandro Moreno se defendía con sus mismos argumentos públicos de que la iniciativa de cambio al transitorio del artículo 5 constitucional no era para favorecer al gobierno de López Obrador y les decía que «nosotros estamos con el pueblo» y que la Alianza Va por México podía continuar sin problema si ellos entendían que era un derecho del PRI y de sus diputados proponer sus propias iniciativas. La explicación del dirigente priista no convencía a sus pares del PAN y PRD que insistían en que les dijera si pactó o negoció algo con el gobierno federal y con Morena.

La respuesta de Alito empezó a ser reiterativa y según fuentes directas que conocieron de ese encuentro, el priista empezó a decirles a Cortés y a Zambrano: «Por eso, ya discúlpenme y seguimos con todo con la Alianza para las elecciones de 2023». «¿Cómo que te disculpemos?, con eso no basta para volver a confiar en ti y en tu palabra», le dijo uno de los dos dirigentes opositores. «En serio se los pido, ¿me van a disculpar o no?, yo estoy puesto para que continuemos con la Alianza Va por México si ustedes me disculpan y le damos para adelante», les insistía Alito Moreno.

Al final, la reunión terminó sin ningún entendimiento, ni Marko ni Jesús aceptaron las «disculpas» de Moreno Cárdenas como una explicación convincente, sobre todo porque nunca quiso comprometerse a retirar su iniciativa o a votarla en contra, como se lo pedían sus dos aliados. Cuando salieron de esa encerrona ya entrada la noche, la situación no había variado ni un milímetro y la continuación de la Alianza opositora pendía de un hilo sostenido en la votación que tengan las bancadas del PRI en San Lázaro y en el Senado de la República, donde se definirá si se mantiene o no la coalición Va por México.

Hoy en la Cámara de Diputados se procesa en comisiones legislativas el dictamen de la iniciativa de la diputada priista Yolanda de la Torre y mañana miércoles sería llevado al pleno, en donde todo indica, Morena y el PRI (también conocidos como el PRI-Mor) aprobarán juntos la reforma constitucional que será enviada al Senado para su discusión y aprobación. Y ahí, según han acordado el PAN y el PRD, los senadores del PRI tendrían la última palabra: si votan en contra de la reforma priista y esta no alcanza mayoría calificada y es rechazada, la Alianza Va por México podría revivirse con una negociación con los priistas que no son afines a Alito para tratar de armar una coalición para el Estado de México y sus elecciones de gobernador en 2023.

El problema es que, aunque Marko Cortés y Jesús Zambrano ya no quieran dialogar con Alito Moreno, porque ya le perdieron la confianza, si deciden reavivar la Alianza para el Estado de México y Coahuila, es cierto que podrían negociar con los gobernadores Alfredo del Mazo y Miguel Riquelme o incluso con los senadores que encabeza Miguel Ángel Osorio Chong, pero eventualmente, si la coalición electoral se registra, quien tendrá que firmar el documento que se presenta al INE para registrar la unión de partidos, sería forzosamente el presidente del CEN del PRI que es el único facultado, por los estatutos internos y por la ley electoral, para autorizar una coalición electoral con otras fuerzas políticas.

Ayer la Comisión Permanente del PAN validó la posición del CEN de su partido y del dirigente Marko Cortés para mantener «en pausa» a la Alianza Va por México, hasta en tanto se defina la votación de la reforma al Quinto constitucional en las dos cámaras del Congreso.

Pero el inconveniente mayor es que, según afirman fuentes de Morena en San Lázaro, la reforma al Quinto Constitucional no sería el único tema de la negociación que, según los morenistas, sí ocurrió entre el dirigente nacional del PRI, Alito Moreno, el coordinador de los diputados priistas, Rubén Moreira, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López. Según la versión que nos dan de la bancada oficialista, Alito y Moreira buscaron al coordinador Ignacio Mier para ofrecer un pacto, pero el poblano los derivó directamente con el titular de Segob.

Y los acuerdos que se hicieron en Bucareli no sólo incluyen la propuesta de extender la presencia del Ejército en las calles, sino también otras reformas constitucionales del presidente López Obrador, incluida la del INE. A cambio, los dos dirigentes priistas recibirían una constancia de «cierre de expedientes» federales que tienen ambos por denuncias de la Auditoría Superior de la Federación por un presunto desvío de recursos, en el caso del coahuilense, y en el caso de Alito le darían «carpetazo» a una investigación por el delito de lavado de dinero que interpuso en su contra Layda Sansores ante la FGR.

Veremos, pues, en los próximos días, qué tanto se puede salvar la Alianza va Por México, en la que está muy interesado el gobernador Alfredo del Mazo, que impulsa un entendimiento entre el PRI, PAN y PRD porque sabe que sin alianza opositora la permanencia del PRI en el poder en la entidad mexiquense peligra seriamente.

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