He referido en entregas de CLAROSCUROS años atrás, una noticia cuya trascendencia va más allá del ámbito policiaco por diversos motivos…
Me refiero al asesinato del contador Marco Antonio López Medina -agente del Instituto Nacional de Migración- ocurrido la noche del cuatro de junio del 2019 en la calle Rébsamen del barrio Villalta, en Acayucan, al sur veracruzano.
Aquel crimen ocurrió en un contexto especifico en el sur -donde convergen más de treinta municipios en la parte veracruzana del Istmo de Tehuantepec-: esto es el paso de docenas de miles de migrantes de diversas partes del mundo.
Acayucan es uno de los principales pasos obligados de viajeros ilegales provenientes en su mayoría de Centroamérica, pero también de Sudamérica, el Caribe, Asia, África y eventualmente Europa -apenas unos meses atrás fue detenido un ciudadano francés por no tener en orden su pasaporte y terminó deportado luego de pasar unos días en la garita migratoria acayuqueña-.
Hay otras vías empleadas por ciudadanos en condición de ilegales, entre ellas el tren (”la bestia”), que los conduce desde Medias Aguas, en Sayula de Alemán, hasta el Estado de México y a partir de allí a diversas rutas conectadas con la frontera México-Estados Unidos…
Algunos optan por la costa del océano pacífico vía Chiapas, Oaxaca y Guerrero, en el mismo afán de buscar el destino fronterizo…
La mayor parte de los migrantes, no obstante, pasan por suelo veracruzano, provengan de donde provengan en lo referente a los pasos fronterizos entre Guatemala y México: Chiapas, Tabasco o Campeche…
En otros artículos de CLAROSCUROS he mencionado las referencias al sacerdote Alejandro Solalinde como un influyente gestor de la libertad inmediata para viajeros en condición de ilegales, detenidos en la imponente Estación Migratoria de Acayucan, con capacidad para mantener encerradas hasta mil personas…
Solalinde defendió a migrantes vía marchas en Coatzacoalcos y desde su centro humanitario de Ixtepec, en Oaxaca en dirección a la capital del país: la ciudad de México.
También realizó protestas de peso internacional y en Acayucan se presentó más de una vez para defender a detenidos, en particular de origen cubano…
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El de los migrantes, en todo el mundo pero en México y en el sureste de la República de forma específica, representa una tragedia humana imposible de entender a profundidad, ni de visualizar y tampoco frenar…
Ayer, en el municipio de Juan Rodríguez Clara fueron detenidos más de doscientos ciudadanos en condición de ilegales pero en el sur esto es común, es norma, resulta un hecho cotidiano…
Las muertes masivas suelen llamar la atención mediática y política por unas horas o unos días pero después se pierden en el marasmo de una realidad apocalíptica…
La migración constituye un fenómeno humano, mundial, histórico de origen multifactorial y en nuestro caso bañado por la trágica pobreza a la cual el sistema capitalista ha sumido durante siglos a la mayor parte de los pueblos latinoamericanos…
Ser vecinos del imperio norteamericano implica mucho de trágico.
El desarrollo norteamericano se ha nutrido de nuestras riquezas naturales y nuestros muertos…
Cientos de miles de familias lo dejan todo -a menudo el todo equivale a nada- para buscar el acceso al imperio del norte, en búsqueda de comida, seguridad y sobrevivencia…
Se trata de un juego cruel por contradictorio: nuestra gente arriesga la vida para ingresar al país desde donde se generó y se genera su dolor social, político, económico, vital…
México juega, en esta coyuntura, un papel clave para mantener con vida a millones de personas: adultos, jóvenes, niños, a quienes Acayucan, Coatzacoalcos, Sayula, Minatitlán, Jesús Carranza y todo el sur de Veracruz se han acostumbrado a ver como parte de su paisaje urbano y rural, diurno y nocturno, humano, finalmente humano…
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El 24 de noviembre del 2021 publiqué en CLAROSCUROS, una historia de la que extraigo un fragmento:
“La madrugada del viernes 13 de octubre pasado, sobre la avenida Miguel Alemán -entre Negrete y Aldama- de Acayucan, Veracruz, una camioneta Honda CRV con placas XZU713A fue totalmente destruida por el fuego.
El propietario de la unidad es Alejandro Tapia Martínez, oficial de la Marina Armada Nacional jubilado.
El oficial de la Marina funge como delegado del Instituto Nacional de Migración (INM) en Acayucan y tiene a su cargo la Estancia Migratoria con capacidad para el resguardo de hasta mil extranjeros detenidos por violar la ley migratoria mexicana.
Ciudadanos asiáticos, europeos, africanos, americanos capturados en cualquier parte del país son enviados a las estancias migratorias del INM, una de las cuales se ubica en el sur veracruzano.”
Aquel artículo fue subtitulado: Instituto Nacional de Migración, migrantes, incendio, corrupción, acoso, muerte: el coctel de una realidad inenarrable…
El incendio del vehículo particular del delegado del INM en Acayucan constituyó -como el asesinato del contador y agente del organismo migratorio en el año 2019, una noticia del género policiaco, pero…
Información entregada al autor de CLAROSCUROS permitió añadir en el referido artículo de noviembre del 2021:
“El tema no termina allí.
Fuentes internas del INM denuncian: hay casos de acoso sexual en la delegación Acayucan del INM.
Fueron proporcionados dos nombres de mujeres al parecer víctimas de este delito por parte de un funcionario migratorio.
No hay denuncia por temor a represalias, señalan; de aquí el impedimento de hacer público el nombre del presunto acosador.”
No se trata sólo del Instituto Nacional de Migración ni estamos ante un tema nuevo: la burocracia genera poder, el cual es distribuido por jerarquías vía grupos políticos, alianzas de líderes, compromisos entre sectores del gobierno y quienes mandan…
El poder es hermano de la corrupción y ésta -en el INM- cuenta con muchos brazos, como una suerte de mega pulpo…
Son los agentes de migración los responsables -cuentan con el poder legal para ello- de capturar a los migrantes que por cientos de miles se internan en México pagando a polleros, a cárteles, a la mafia para trasladarlos a Estados Unidos.
Esa mafia, esos cárteles, se han incrustado en el INM como lo han hecho en otras instituciones gubernamentales de todos los niveles.
Estamos ante un cáncer.
No estoy afirmando que ser agente migratorio es sinónimo de corrupción.
Muchos de los y las agentes son personas honestas -me consta- forman parte de familias respetables…
Conozco a trabajadores del INM que realizan su labor con una visión humanitaria y respetan los derechos humanos de los viajeros…
Ha habido durante años, por otra parte, agentes migratorios corruptos y jefes migratorios delincuentes, gente sin entraña que extraen de los migrantes todo el dinero que pueden así represente, tal acción, poner en peligro la vida o incluso causar la muerte de los mal llamados “ilegales”…
Meses atrás un solitario asesino ingresó a una cantina en Acayucan.
Se dirigió a una mujer cuyo trabajo era atender mesas de parroquianos.
Le disparó directamente y la mató.
Frío, salió del bar y se perdió en las calles.
La víctima era nativa de Honduras.
Los cárteles cobran por el traslado de migrantes en condiciones de ilegales y es común que los abandonen y es común que sean capturados por cuerpos policiacos o migración, para terminar deportados…
Esto, en el mejor de los casos…
Otras historias terminan en la muerte de los migrantes arrojados a su suerte…
En tal caso han pagado una cuota en dólares para ser entregados a la muerte…
Otra ruta de la mafia consiste en elegir mujeres migrantes, secuestrarlas y explotarlas sexualmente…
Es un tema muy conocido en el mundo: el comercio de carne humana; destinos marcados por el horror y sin salida…
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¿Qué otros rostros de la corrupción oficial coexisten en el terrorífico mundo de la migración en México?
Comparto una carta hecha llegar al columnista por parte de agentes migratorios operantes desde el anonimato por temor a perder el trabajo…
Los entiendo y confío en mi fuente.
No dejo de criticarlos: algo de cobardía hay en el empleo de las acciones anónimas y el rechazo a un trabajo colectivo donde se presenten denuncias contra funcionarios violadores de la ley; los jefes que también abusan de los mexicanos subalternos…
Fundamento esta publicación, también, porque antes de su arribo a mis manos he recibido quejas desde otras fuentes, sobre el mismo personaje y en torno a su mismo y presunto mal comportamiento.
La carta:
LIC. ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA MÉXICANA
P R E S E N T E
A la opinión pública
El titular de la oficina de representación del Instituto Nacional de Migración en el estado de Veracruz, contralmirante Genaro García wong en contubernio con el agente Luis Ángel Rosas Quiroz, encargado del operativo y del grupo Beta y quien además portando diversos uniformes con los cuales realiza detenciones indebidas de migrantes, quien es el operador ( cuida las pollas) recolectando dinero indebidamente de los migrantes como si fuera el año de Hidalgo jugosas cantidades llevándose las bolsas de dólares, pues desde su llegada anda en estos vicios acompañando al C. Garcia Wong, este aparte de ser grosero y prepotente acompañándose en sus revisiones porta el uniforme de la Secretaría de Marina y no el del Instituto Nacional de Migración, por otra parte irrespetuoso con los migrantes y con los trabajadores, violando los derechos humanos y laborales, pues a estos los trata como si pertenecieran a la fuerza armada de la Secretaría de Marina, con lo cual desacredita tristemente al Instituto Nacional de Migración, este personaje ya no debe estar en funciones, pues aparte de no aplicar los protocolos de la Ley de migración sienta un mal precedente de corrupción y despidos injustificados de mandos medios y agentes, pues solo por capricho está generando demandas laborales innecesarias que mucho desprestigian institucionalmente a nuestra Secretaria de Gobernación.