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¿Quién es Robert Francis Prevost?, el nuevo Papa León XIV

Agencias/Sociedad 3.0 Afable, reservado y de talante moderado, el cardenal Robert Francis Prevost, originario de Chicago, fue elegido este jueves como Papa León XIV,...

Cuitláhuac ¿justicia y gracia?

La Contraloría del gobierno estatal presentó denuncia para proceder contra quien resulte responsable del desvío multimillonario descubierto por la Auditoría Superior de la Federación en la Cuenta Pública 2023 durante la administración encabezada por Cuitláhuac García, concretamente un daño patrimonial en la secretaría de salud. Inquirida sobre este asunto la presidenta Sheinbaum reconoció no conocerlo, pero “mantiene una opinión favorable…” de quien colabora en su gobierno como director de CENEGAS, Cuitláhuac García. Respetable opinión,...
jueves, mayo 8, 2025
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Los tiernos mandamientos de Sheimbaum y el espejo roto

El enternecedor decálogo lanzado como mandato por la sucesora de López Obrador el pasado fin de semana, es una verdadera pieza de lírica redentora y repleta de ingenuidad que, con sus diez instrucciones de pureza republicana, pretende exorcizar los demonios de la incongruencia. Ya Andrés Manuel había distribuido más de diez millones de ejemplares de su CARTILLA MORAL, un texto que ni él mismo ni sus hijos ni sus colaboradores se molestaron en leer nunca, ni porque tenía dibujitos. La ‘Cartilla Moral' fue la antítesis de un gobierno destructivo, generador...

Tres en la boleta

Después del zipizape que vivió el Senado para elegir a su nueva mesa directiva, tengo para mí que en las boletas de la próxima elección presidencial tendremos tres opciones: 1) votar por la reelección vicaria de Andrés Manuel López Obrador, a través de Claudia Sheinbaum (¿o Adán Augusto López?); 2) votar por la coalición socialdemócrata orquestada por Movimiento Ciudadano, con Monreal (¿o Ebrard?) a la cabeza; y 3) votar por el PAN con Santiago Creel (o Lilly Téllez o Ricardo Anaya) en la boleta.

Obviamente, se trata de una conjetura (y sé de sobra que en política, nada es completamente previsible). Pero ofrezco alegatos para sostenerla: el primero es la inquebrantable vocación de poder del presidente quien, además, ha advertido con toda claridad que su proyecto no terminará con el sexenio y que hará todo lo posible por asegurar que trascienda su mandato. Por lo demás, todos sabemos que miente cuando dice que se retirará de la política en el 24 y sabemos también que ya decidió quiénes podrían sucederlo, obedeciéndolo: la Jefa de Gobierno de la CDMX o el secretario de Gobernación (en ese orden). No escribo el nombre de Marcelo Ebrard, porque el Canciller no le obedecería: tiene agenda propia (y cualquiera que haya tratado a Andrés Manuel más de media hora, sabe que eso le resulta insoportable).

De su parte, el PAN y sus voceros han sido muy exitosos construyendo el argumento según el cual Morena es invencible, a menos que todas las oposiciones se entrelacen en una sola. Léase: a menos que el PAN encabece el voto útil y sume todos los votos contrarios a su némesis. Ya he escrito muchas veces, en este mismo espacio, que los mejores estrategas de Morena han sido los panistas, quienes un día sí y otro también le regalan al presidente la evidencia que va necesitando para demostrar la existencia de un bloque conservador que no quiere otra cosa que defenestrarlo. Añado ahora otra obviedad: la coalición aberrante que han formado con el PRI y el PRD depende por completo del liderazgo que ejerce el PAN. ¿O alguien se imagina a los panistas respaldando (por ejemplo) a Alejandro Moreno como su candidato a la presidencia?

Lo que no vieron venir es la ruptura interna de Morena y la construcción de una candidatura alternativa capaz de sumar, a un tiempo, a los partidarios de la socialdemocracia, a los militantes del viejo nacionalismo revolucionario y a los desencantados del gobierno actual. Eso que Daniel Cosío Villegas oteó como única vía para derrotar al PRI de los setentas, vuelve a ser cierto en nuestros días: si los agraviados del régimen deciden apostar por un gobierno de izquierda democrática y se atreven a romper con su caudillo, le darán su voto a la coalición formada por Movimiento Ciudadano que, en esas condiciones, ya no postularía a Colosio. Contra todos los pronósticos actuales el PAN iría solo al 24.

Ya sé que es muy temprano y que falta mucho por andar para llegar a ese momento; también sé que los fanáticos de los dos bandos principales me caerán a palos por estas conjeturas, que los amigos de Marcelo Ebrard se ofenderán y que Movimiento Ciudadano negará que su futuro dependa de las fracturas de otros partidos. Pero si tuviera que apostar, apostaría a que en el 2024 habrá tres candidaturas a la presidencia del país: la del Presidente, la de los agraviados y desencantados con López Obrador y la del PAN. Una adscrita a la 4T, otra de centro izquierda y otra de derecha. Dicho esto, añado que la verdadera competencia estaría entre los dos primeros, porque Morena no es de izquierda ni es invencible —como sostiene el PAN—; porque el presidente no es eterno ni es imbatible y porque en las condiciones actuales del país, la derecha no tiene nada serio que ofrecer para el futuro político de México. Veremos.

Investigador de la Universidad de Guadalajara

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