En la entrega anterior hablaba del meme en el que aparecen dos fotos, una de viajeros del Metro de hace 20 o 30 años leyendo un libro y otra actual en la que todos los usuarios ven su celular.
Veamos ciertos detalles:
1. El meme es falso en cierto sentido, porque no es cierto que antes todo el mundo leía un libro mientras viajaba. Lo real es que México ha sido un país de muy pocos lectores. Nuestro promedio de 2021 fue de 3.9 libros por cabeza, mientras en Finlandia leyeron 47 y en Islandia 40. Y además, solamente 42.3 por ciento de los mayores de 18 años leyeron un libro. En cambio, 57.6 por ciento de los mexicanos declaran haber leído algo en Internet.
Así que esa foto de los viajantes con su ejemplar en la mano es algo que nunca sucedió en la realidad.
2. Otra falacia sugerida es que los lectores en el Metro van leyendo un buen libro, lo que es una suposición totalmente alejada de la realidad, En México los libros que más se consumían y se consumen son los de autoayuda, que difícilmente se pueden considerar una literatura aconsejable (lo siento por quienes creen que Paulo Coehlo es un autor extraordinario, lleno de ideas grandiosas; allá ellos y sus frasecitas vacías aunque apantallantes).
3. Por el prestigio que tiene el libro como objeto transmisor de la cultura y el conocimiento -contra el desprestigio de quienes usan las benditas/malditas redes-, quienes ven el meme consideran a priori que los lectores se están cultivando, aprendiendo, mejorando su ser, mientras que los usuarios están mal usando la red de redes. En realidad, podría ser que quienes ven su celular estén haciendo algo de mayor provecho intelectual o moral que los que están asomados a un libro impreso. Hay mucha literatura pésima y por el contrario en Internet se puede acceder a un vasto conocimiento, y no solamente perder el tiempo chateando tonterías.
Sí, Umberto Eco dijo con una dura verdad que las redes están llenas de imbéciles, pero igualmente el genial semiótico y escritor hubiera tenido que reconocer que en ellas navegan también los más grandes cerebros del mundo (aunque por lo general es difícil dar con ellos).
El medio no es el mensaje -que dijera al revés el charlatán Marshall McLuhan- porque tanto los impresos como los electrónicos pueden contener buena o mala información.
Muchos buenos lectores están acudiendo al Internet como su medio de acceso a al conocimiento y varios han dejado los impresos a un lado y ahora leen en su tablet.
Don Guillermo Ortiz Mayagoitia, el respetado Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación -uno de los mejores de la historia, y ya no hablamos de que además es oriundo de Misantla-, quien es un juvenil usuario de Internet, lleno de su espíritu innovador, me cuenta que desde hace ya años viene utilizando las redes como su vehículo de información y de acopio de conocimiento.
Y así como este destacadísimo intelectual del Derecho hay muchos en todas las áreas del conocimiento.
Mañana le sigo.