viernes, abril 19, 2024

El rito político de la sucesión

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Antes del desempeño de Miguel Alemán Valdés en la Secretaría de Gobernación durante el periodo presidencial de Manuel Ávila Camacho (1940-1946), las Secretarías del Despacho más protagonistas eran las de Comunicaciones y Defensa Nacional (Guerra), la primera porque en los periodos presidenciales previos la construcción de caminos, carreteras y puentes era una prioridad central, luego entonces sus titulares ejercían un poder político adicional; la de Guerra, porque el país aún no se pacificaba por completo y el titular de esa cartera protagonizaba un poder político debido a esa circunstancia y al gran número de militares cuya influencia política y económica en el territorio mexicano era indiscutible, Cárdenas y Ávila Camacho la habían ocupado antes de su acceso a la presidencia de la república. Ya durante el gobierno de Ávila Camacho, el cargo de Secretario de Relaciones Exteriores adquirió central importancia por el influjo provocado por la “Segunda Guerra Mundial” debido al interés del gobierno de los Estados Unidos por mantener a su vecino del sur en línea directa a sus designios, permeaba entonces rumor acerca de las gestiones de Hitler por acercarnos a su bando. El titular de esta Secretaría en tiempos de Ávila Camacho era el destacado guerrerense, Ezequiel Padilla Peñaloza, quien aprovechó el momento para hacerse presente al lado estadounidense. Por su parte, Miguel Alemán Valdés, en gobernación, realizó una intensa labor para cohesionar políticamente a los diferentes grupos de influencia en el país. Cuando llegó el tiempo de la sucesión, en 1946, el veracruzano fue el candidato oficial, en un inicio, del Partido de la Revolución Mexicana, aunque con su transformación al Partido Revolucionario Institucional, fue el primer candidato del PRI a partir de enero de 1946. No obstante que la decisión presidencial (Ávila Camacho) se decidió por Alemán, Padilla Peñalosa, en cuyo currículo figuraba haber sido Procurador de Justicia en tiempos de Calles, Secretario de Educación con Portes Gil, senador con Cárdenas, fue candidato del Partido Democrático Mexicano a la presidencia. El triunfo fue para Alemán, pues mientras Padilla cabildeaba en los pasillos de Washington, desde Gobernación el veracruzano engarzaba aliados entre los grupos de poder de todo el país. A partir de Alemán, tres presidentes más emergieron de gobernación: Ruiz Cortines, Díaz Ordaz y Echeverría. López Portillo de Hacienda; de la Madrid y Salinas de Programación y Presupuesto y Zedillo de las circunstancias. En este siglo, Fox desde el gobierno de Guanajuato, Calderón típicamente de las filas panistas, Peña Nieto desde el gobierno del Estado de México y López Obrador al amparo de un Movimiento social y político. ¿De dónde partirá el sucesor@ de López Obrador? Según las apariencias y las actuales circunstancias la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, lleva la delantera y va en caballo de hacienda hacia la candidatura de MoReNa, pero, debido a que en política nada está escrito en piedra,  es evocable aquel episodio en el cual el presidente Ruiz Cortines exclama a su amigo Gilberto Flores Muñoz “perdimos <pollo>” pese a haberle alentado la idea de convertirlo en su sucesor. Si no es Claudia, ¿será Adán Augusto? Cómo saberlo, cuando todo está sujeto al imperio de las circunstancias; porque ese capítulo aún está en pleno desarrollo, a la espera de la actuación de otros actores políticos y de los factores reales de poder; porque, obviamente, si todo se limitara a la exclusiva voluntad presidencial el asunto ya estuviera resuelto.

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