jueves, marzo 28, 2024

Fruto podrido

Las imágenes son cruentas, los gritos de las mujeres desgarradores. Un video muestra los cuerpos sin vida de veinte personas acribilladas a balazos cerca del Palacio Municipal de San Miguel Totolapan, municipio que hasta el miércoles a mediodía tenía 4 mil 522 habitantes y minutos después se quedó con 4 mil 502.

Enclavado en la Tierra Caliente de Guerrero, el municipio festejaba la feria en honor a su santo patrono San Miguel Arcángel, pero este jueves amaneció convertido en un pueblo fantasma porque en la masacre perdió la vida hasta el alcalde Conrado Mendoza y otras autoridades locales. (A propósito, con la muerte de Conrado suman 60 los ediles asesinados en esta administración).

Por supuesto se acabó la feria, pero eso es lo de menos. “Hace años vino por estos rumbos el presidente cuando era candidato a prometernos paz y seguridad. Y lo único seguro es la paz que tenemos en el cementerio”, dijo un viejo totolapense en la soledad de la tragedia. 

El mismo miércoles pero en Cuernavaca, sujetos a bordo de una motocicleta asesinaron a la diputada Gabriela Marín Sánchez cuando se encontraba en una farmacia. La joven legisladora dejó en la orfandad a una niña de cuatro meses.

¿Qué dijo a todo esto el presidente? Que estos hechos son el «fruto podrido” de lo que sembraron durante muchos años los neoliberales de sexenios anteriores. 

¿Habrá cambio de estrategia?, le preguntaron.

“No, no, no, tenemos que seguir con lo mismo porque está dando resultados”, contestó. Y a ver quién es el guapo que lo contradice. 

De acuerdo a lo que me han dicho analistas políticos, López Obrador tiene rato que se dio cuenta que se equivocó en su estrategia de seguridad. Pero está atrapado entre dos fuegos: Su terquedad y los compromisos con delincuentes que lo ayudaron a llegar a la presidencia y ahora se la están cobrando.

“Por años se pensó que López Obrador jamás se prestaría a componendas con el crimen organizado. Pero tras el hackeo de Guacamaya a la Sedena donde se da a conocer que gobiernos estatales de Morena estarían infiltrados por el narco, las opiniones sobre la inmaculada honradez del tabasqueño podrían estar cambiando”, me dijo un analista.  Y como que no le falta razón, lector.

Poco antes de dejar la presidencia Felipe Calderón alertó sobre la posibilidad nada remota, de que los tentáculos del crimen organizado llegaran a Palacio Nacional.

Este jueves el periodista Raymundo Riva Palacio escribió: “Los correos hackeados empiezan a mostrar el andamiaje criminal que se ha expandido bajo gobiernos de Morena… La información se va a ir desdoblando y se van a ir conectando eventos y personas, en tiempo y en espacio. El hackeo arrojará muchos más detalles de la narcopolítica. Hasta ahora han salido menos de 10 correos donde se relaciona o presuntamente se vincula a políticos de Morena con el narcotráfico…”. Su columna se titula: El narco se acerca a Palacio Nacional.

¿Qué sigue? Nada nuevo, todo indica que la pesadilla continuará.

Seguiremos siendo testigos de masacres despiadadas y asesinatos como el de la diputada Gabriela Marín. Y si acaso algo cambia será para empeorar porque seremos un país más violento con ciudadanos cada vez más indefensos. 

López Obrador seguirá diciendo que todo eso es fruto podrido de lo que sembraron los neoliberales del pasado. Es decir, jamás aceptará su responsabilidad.

Y con ese discurso chillón y lastimero nos seguirá choreando y dorando la píldora por otros dos años.

Sefiplan aclara

En días pasados los portales noticiosos dieron a conocer que de acuerdo con el Informe de la Cuenta Pública 2021 elaborado por el Orfis, la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) no logró comprobar más de un millón 280 mil pesos de combustible donado por Petróleos Mexicanos.

La información precisa que el titular de la Secretaría de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, gestionó vales de combustible por un importe de un millón 473 mil 317 pesos a favor del Gobierno de Veracruz, pero la secretaría de Finanzas solo proporcionó evidencia por un monto de 185 mil 625 pesos.

Y la respuesta vino de inmediato.

Mediante un comunicado la Sefiplan señala que como resultado de la fiscalización realizada por el Orfis, se determinó que a la Sefiplan le fueron donados 4 mil vales de combustible por un importe de $1,473,317.68, que equivalen a 80 mil litros, de los cuales únicamente presentó comprobación por un monto de $185,625.50, quedando pendiente un saldo por comprobar de $1,287,692.18.

La dependencia agrega que los vales donados por Pemex fueron recibidos durante el último trimestre de 2021 y podían ser ejercidos durante todo 2022, según se establece en el Convenio Modificatorio celebrado con fecha 18 de diciembre de 2021, documento en el cual también se señala que los reportes de seguimiento y comprobación deben presentarse con fecha 15 de marzo, 15 de junio, 15 de septiembre y 15 de diciembre de 2022.

Al 30 de septiembre de 2022, se ha venido comprobando debidamente ante la Segob el ejercicio de dichos vales, y se espera concluir con el proceso al 31 de diciembre del presente año, emitiéndose el Informe Final que señala el Convenio.

Es decir, el combustible donado por Pemex no fue distraído a fines distintos a los autorizados, sino que su comprobación no fue considerada en la fecha de corte de la auditoría realizada por el ORFIS (31 de diciembre de 2021). Situación que será subsanada durante el período de solventación establecido por la normatividad, en el cual serán aportadas las pruebas que acrediten la aplicación y comprobación de dicho recurso.

Clara y puntual respuesta.

bernardogup@hotmail.com

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