sábado, noviembre 23, 2024

Otra vez a terapia intensiva

Juegos de Poder

Leo Zuckermann

Toda la oposición en México fue a dar a terapia intensiva después de la paliza que les propinó López Obrador en la elección de 2018. Ahí estaban, PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, debatiéndose entre la vida y la muerte. Viendo cómo podrían sobrevivir para enfrentar a la nueva arrolladora morenista.

Tres de esos partidos decidieron unirse para ir juntos en las elecciones intermedias de 2021. PAN, PRI y PRD formaron la alianza Va por México.

Por su parte, Movimiento Ciudadano decidió ir solo, apostándole a convertirse en una tercera opción política: ni ser parte de la coalición de gobierno de López Obrador ni de la alianza opositora de los partidos del pasado. Sacaron el 7% de la votación nacional.

A la alianza de Va por México no le fue nada mal en las elecciones intermedias de 2021. PAN y PRI ganaron más diputados en la nueva legislatura. De esta forma, la oposición, en su conjunto, le arrebató la mayoría calificada para reformar la Constitución a los partidos del gobierno (Morena, PT y el Verde).

La oposición finalmente salió de terapia intensiva. Habían sobrevivido. Podían dar la lucha si iban aliados. Particularmente les fue bien en las ciudades entre los votantes de clase media que le voltearon la cara al presidente López Obrador y su partido. Algo que les dolió mucho a los morenistas, incluido López Obrador, fue perder nueve de las 16 alcaldías de la Ciudad de México. Por primera vez desde 1997, caía el bastión perredista/morenista que había dominado la política en la capital.

El momento clave de la recuperación opositora fue en 2022, cuando el gobierno intentó aprobar una reforma constitucional en materia energética. A pesar de muchas presiones, el bloque opositor se mantuvo unido en su rechazo a dicha reforma. Le propinaron una dura derrota al gobierno de López Obrador. Los opositores estaban empoderados. Atrás habían quedado sus días en que sufrieron tanto en terapia intensiva.

Pero el Presidente los volvió a arrollar. Con una estrategia durísima en contra del PRI y, en particular a su dirigente nacional, Alejandro Moreno, logró que los priistas rompieran su compromiso con sus aliados de no votar ninguna reforma constitucional del gobierno. Los diputados tricolores, y luego algunos de sus senadores, le dieron sus votos a López Obrador para ampliar el periodo de los militares en labores de seguridad pública hasta el 2028.

El PRI chaqueteó y la alianza opositora se rompió. Con gran habilidad, utilizando más garrotes que zanahorias, López Obrador regresó a los tres partidos de Va por México a terapia intensiva. En esta maniobra, salió fortalecida la coalición gubernamental (Morena, PT y Verde) y Movimiento Ciudadano con su postura aislacionista.

Faltan menos de dos años para la elección más grande de la historia del país, incluyendo la presidencial. Y PAN, PRI y PRD están otra vez en modo de sobrevivencia.

Tanto el PAN como el PRI han intentado recuperarse con una pasarela de sus posibles candidatos presidenciales. Mejor eso que nada, sin duda. Pero, la realidad es que nadie los pela. Sus voces se pierden frente al enorme megáfono de López Obrador y sus tres corcholatas.

La pregunta es si lograrán restablecerse y volver a formar una posible alianza. Se ve difícil por el vergonzoso papel que jugó Alito Moreno en la reforma constitucional de las Fuerzas Armadas. La credibilidad del líder priista, de los diputados de este partido y de algunos senadores quedó por los suelos. Hoy, por ejemplo, afirman que no acompañarán a Morena en la reforma electoral. Nadie les cree nada porque, como ya vimos, son capaces de todo cuando el gobierno les hace manita de puerco.

Me parece que lo único que podría revivir a la oposición del PAN, PRI y PRD es que llegaran a un acuerdo para ir juntos en la elección de gobernador en el Estado de México el año que entra y, con el apoyo del gobernador priista Alfredo del Mazo, ganaran la gubernatura. Si a eso le sumamos que muy probablemente el PRI vaya a retener la otra gubernatura en juego en 2023 (Coahuila), pues eso puede representar una inyección de ánimo, que bien podría sacar a estos partidos de terapia intensiva adonde López Obrador los ha regresado.

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