domingo, diciembre 22, 2024

Adán, el emergente

Hasta antes de la marcha convocada por la sociedad civil en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), el antepasado domingo 13, aún predominaba la percepción casi generalizada de que la candidata favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador para sucederlo en 2024 era la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México ( CDMX), Claudia Sheinbaum. Sin embargo, esa movilización apartidista no sólo motivó que el mandatario convocara a sus correligionarios y simpatizantes a una contramarcha para el próximo día 27 sino que, al parecer, habría dado un viraje en torno a su sucesión ante la serie de desatinos en que últimamente habría incurrido la gobernante capitalina.

Ayer, por ejemplo, en su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, le mandaron a preguntar si asistiría a la boda de Sheinbaum, a lo que el tabasqueño respondió: “Yo no asisto a las ceremonias, ni bautizos, ni bodas. No voy porque me invitan mucho y tendría que dedicar bastante tiempo. Además, tengo muchos amigos, hermanas, hermanos, familiares, la verdad hay cariño…”

Sin embargo se recordará que, en octubre de 2018, días antes de asumir la Presidencia de la República, asistió en la ciudad de Puebla a la boda de su exvocero César Yáñez, hasta entonces su cercano colaborador de más confianza, pero a partir de ese enlace matrimonial se distanció del ahora resucitado subsecretario de Gobernación por el escándalo político-mediático que desató la fastuosa fiesta y su difusión en la revista “¡Hola!”, una publicación “fifí”, como despreciativamente suele referirse AMLO a lo elitista. 

Lo que ahora en el caso de Sheinbaum parece haber molestado al Presidente es que el anuncio de su boda, que es un asunto íntimo, de su vida personal, la mandataria de la CDMX lo hizo público un día antes en el noticiero de Martha Debayle Home, en la W Radio, quien según refirió el columnista Julio Hernández, de La Jornada, el diario capitalino más afín al obradorismo, está emparentada con el exdictador nicaragüense Anastasio Somoza Debayle, y la cual había expresado despectivamente en 2016 que “yo no hago radio para gente jodida”.

Ayer, entre los comentarios que generó en redes sociales la entrevista radiofónica de Sheinbaum, la escritora y conferencista sonorense Denise Ramos publicó en Twitter que Debayle cobraba 80 mil pesos por diez minutos al aire.

Tres meses antes, en agosto pasado, en Palacio Nacional se enteraron por el diario madrileño El País que la Jefa de Gobierno había contratado al consultor español Antoni Gutiérrez-Rubí, quien fue uno de los que llevó a Gustavo Petro a la presidencia de Colombia este año. Según publicó el columnista Salvador García Soto, de El Universal, Sheinbaum recibió una llamada telefónica para que fuera al despacho presidencial. El periodista comentó que, de acuerdo con la versión de fuentes directas de Palacio, el presidente López Obrador le preguntó en privado si era cierto “eso de que contrataste un asesor español” para el 2024 y Claudia le respondió que sí, que lo había traído, pero no para su candidatura presidencial, sino “para asesorarme en las cosas de la Ciudad de México y en los temas de gobierno”.  García Soto describió que, tras una pausa, el mandatario le dijo: “Yo nunca necesité un asesor extranjero para gobernar la Ciudad de México”.

En septiembre, tras la filtración de una supuesta copia digital de un documento rotulado con el logotipo y el nombre de la empresa Ideograma de Gutiérrez Rubí, con domicilio en la calle Consell de Cent 159 en la ciudad de Barcelona, España, Sheinbaum se vio obligada a salir a aclarar que el contrato con el asesor catalán era de solo 400 mil pesos por un lapso de siete meses, y no de un millón de euros mensuales –más de 20 millones de pesos– como se había difundido en los medios.

Mañana sábado 26, en el campo deportivo de la Sección 19 del Sindicato Azucarero en ciudad Cardel, el diputado federal y aspirante de Morena a la gubernatura, Sergio Gutiérrez Luna –repudiado por los aliados de Claudia Sheinbaum que actualmente gobiernan Veracruz–, tomará protesta en un evento masivo a las estructuras a nivel estatal, distrital y municipal del movimiento “Que Siga López, Estamos A Gusto”, en apoyo al presidenciable secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Luego de la ceremonia protocolaria, los simpatizantes del titular de la Segob disfrutarán en gigantescas pantallas del partido de futbol entre las selecciones de México y Argentina, y posteriormente partirán en autobuses hacia la capital del país para asistir el domingo a la marcha que desembocará en el Zócalo y que encabezará el presidente López Obrador con motivo de su cuarto informe de gobierno.

¿Será mera coincidencia que en el tercer bastión electoral del obradorismo se haya conjurado el boicot contra el expresidente de la Cámara de Diputados?

Anoche se atribuía también el viraje del mandatario a la inminente ruptura del líder del Senado Ricardo Monreal, quien según trascendió ayer, estaría negociando con los dirigentes del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano la candidatura presidencial de un amplio frente opositor.

Y es que en opinión de varios analistas, Sheinbaum no garantiza el triunfo a Morena ni en la ciudad que actualmente gobierna. Le critican que ha dejado de hablarle a las clases medias y medias altas que votaron por ella al creer que era una figura de izquierda moderna, y que hoy la Ciudad de México, que era el bastión obradorista por excelencia, parece más bien de la oposición: el oficialismo perdió la mitad de las alcaldías en la elección del 2021 –una catástrofe electoral inédita que le adjudican a Monreal– y en la consulta de revocación de mandato presidencial impulsada por AMLO, en la capital mexicana votó menos de 20% de la lista nominal de electores, evidenciando que la mandataria capitalina no era la buena operadora política que aparentaba ser.

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