TAL VEZ, ni el mismo presidente de la república, tenía clara idea de lo que sucedería el domingo pasado, trece de noviembre.
La sociedad civil, fue convocada para defender al Instituto Nacional Electoral, sobre todo, a manifestarse en contra de lo que está sucediendo a nivel nacional. La reforma electoral, enviada por el jefe del ejecutivo federal, solamente fue el pretexto que esperaban los mexicanos, y fue, precisamente, el mismo mandatario nacional, quien les puso la mesa, insistimos, sin pensar, efectivamente, la respuesta que se daría en estos tiempos previos a la sucesión presidencial.
La movilización fue importante y sin estrategias políticas como suele suceder en protestas de otro tipo, es decir, donde se acarrea a la gente o cuando menos se les ofrecen las facilidades para asistir a tal o cual evento político.
Por primera vez, el pueblo fue por su propia voluntad a defender un derecho que le corresponde, el derecho a participar activamente en los procesos de cambio que considera importantes para el país, sin conformarse con lo que puedan hacer sus representantes, qué en este caso, fueron también demandados a cumplir con sus funciones legislativas, analizando profundamente la iniciativa presidencial y favoreciendo, antes que nada, a los intereses del pueblo mexicano.
No se sabe con exactitud el número de asistentes a la marcha, pero cualquiera que sea la cifra, significa que hay evidente inconformidad y que la popularidad del presidente, no es, exactamente, la que rebelan las encuestas, que muchas veces son realizadas a modo, buscando crear imágenes falsas de la verdadera realidad.
México, vive una etapa de grandes reflexiones, de enormes cambios en su estructura política y está buscando acomodar, paulatinamente, las piezas fundamentales de su crecimiento. A partir del domingo pasado, ya no es aquella sociedad adormilada, paciente, dominada por la palabrería oficial, sino un ente pensante que ya se cansó de los engaños y las falsas promesas, por lo que ha salido a decir que ahí está, que observa y que actúa cuando ya es necesario.
Tal vez, para el presidente, el principio del fin, ya está en camino. Si es inteligente, buscará, de aquí en adelante, modificar las estrategias y tratar de recomponer lo qué hasta ahora, ha hecho mal, tratando de concluir, más o menos favorecido con las circunstancias de su tiempo. De otra manera, podría terminar mal.
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EL CANDO DE LAS SIRENAS MENTIROSAS.
POCOS SABEN, O NADIE QUIERE recordarlo, porque así conviene más a la tranquilidad de su conciencia, que la constitución general del Estado, obliga al gobernador en turno, a informar sobre el estado en que se encuentra la administración estatal y el entorno general de la situación que priva en todo el territorio estatal.
Y se habla, precisamente, de la conciencia popular, porque todo mundo se siente culpable de haber creído en un proyecto gubernamental, qué a estas alturas del gobierno, no ha dado resultados evidentes. Se perdieron cuatro años de posibles avances, dice gran parte de la sociedad veracruzana.
Los propios legisladores locales, no se atreven, también, hasta este momento, a informar adecuadamente sobre su responsabilidad, como representantes populares, de cuidar los excesos del gobierno, de vigilar escrupulosamente el uso de recursos públicos, cuyas cantidades son estratosféricas para una administración como la de Veracruz, pero de las cuales no se tiene pleno conocimiento, en virtud de las estrategias usadas para desaparecer casi todo un presupuesto anual, sin que haya justificación alguna.
¿Dónde está el dinero?, esta es una interrogante que muchos se hacen, sin tener una respuesta clara, precisa y transparente, más en estos tiempos que sirvieron para ofrecer una constante lucha en contra de la corrupción.
¿Salió peor el remedio que la enfermedad? Esta es la duda que tiene el pueblo veracruzano, sobre todo, por la carga que siente en su conciencia al no haber reflexionado bien su voto, por haberse dejado llevar, solamente, por el canto de las sirenas mentirosas que habitan los dos palacios de gobierno, el nacional, y el estatal, consecuentemente.
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BUENA NOTICIA PARA XALAPA.
MEDIANTE LA APROBACIÓN de una iniciativa municipal, el órgano de gobierno de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Xalapa, ha aprobado que se siga otorgando un cincuenta por ciento de descuento a todos los usuarios jubilados, pensionados, del inapam, personas con discapacidad física, que sean titulares de los recibos correspondientes por uso del servicio de agua potable y alcantarillado en esta ciudad. Para la población en general, será un descuento del diez por ciento.
El periodo comprendido para este pago será del dos de enero al veintiocho de febrero, del próximo año, en los principales módulos municipales y lugares públicos, para mayor facilidad al enterar este impuesto anual.
Los beneficiarios tendrán que darse de alta en el padrón correspondiente, tanto en CMAS, como en módulos de Palacio Municipal, hasta el veinte de febrero del 2023.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.