sábado, noviembre 16, 2024

Pero como que ya se están tardando…

No puedo empezar sin antes referirme a las declaraciones del Papa argentino; quien, en una entrevista con la revista de los jesuitas América, publicada por primera vez a principios del Siglo pasado abiertamente dijo que los rusos eran invasores y que sabía que dos ciudades rusas era las más crueles de la guerra…

No creo que el $anto Padre tenga demencia senil, como para que se le olviden las cosas; más bien creo que se pasa de listo, pues sabe que el catolicismo está cayendo -los Dioses les han fallado a la humanidad; o viceversa, como prefieran; la humanidad le ha fallado a La Tierra, que es la única Diosa que hace milagros.  Como el que nos da de comer-…

Por eso es que el ché Papa se arrima para donde le conviene; sin olvidar que el Vaticano fue nazi. -lo de ché, es por ser argentino; no vayan a creer otra cosa-.  Porque si hablamos de crueldad; vaya que el vaticano es ejemplo de lo más bajo que puede caer el ser humano…

El $anto oficio, Las Brujas de Salem, Las Cruzadas, La Conquista -y el tipo todavía habla de invasiones- la misoginia; pero, sobre todo, la mentira, el engaño, el enriquecimiento brutal a base de amenazas.  Lo único que no tienen los vaticanos, es vergüenza…  

Como tampoco la tienen el Presidente López Obrador y sus seguidores; solo que ellos dan lástima.  Sus actitudes de arrogancia e idolatría denigran al ser humano; aunque hacen evidente que están enfermos…

Jamás se había visto tanto descaro y tanta humillación, disfrazada de necesidad, o viceversa, tanta necesidad, que hay que simular con devoción para recibir algo o no ser despedidos…

¿Cómo es que alguien puede estar tan enfermo y con la autoestima tan por los suelos, para sentirse gratificado al ver tanta sumisión? ¡que además sabe que es comprada!  Eso es lo más grave…

Cuando, en estos tiempos, debería dar apocamiento ver un pueblo tan agachón y esencialmente idólatra; a tal grado que todavía cree en milagros y que los dioses les van a hacer caso.  Eso es medio esquizofrenia…

“Los pueblos tienen los gobiernos que merecen”. Decía Joseph-Marie, conde de Maistre (1753 – 1821) Y un pueblo enfermo no sirve para mucho, y es lo que merece: un gobernante enfermo -y una selección de futbol acorde, también podría agregarse-…

Del otro lado, porque algunos han de haber ido por su propia voluntad; ya la torta o el pan y el refresco, con una lanita, no está mal, es un extra; pero fueron por ellos mismos y eso vale.  Ellos no están tan peor como los que fueron acarreados…

Ahora bien.  Se entiende que fueron obligados y no podían zafarse.  Otros no tenían nada que hacer y aceptaron la oferta de entrarle a la borregada.  No quiero decir que los anteriores no hicieran lo mismo; pero eran moderados.  Algunos hasta robaban poquito…

Todo el mundo sabía que sus mítines iban acarreados, por lo que solo se engañaban ellos mismos; pero había ciertas formas.  El Presidente sabía que todo era una farsa, que se los habían acarreado para que le aplaudieran; pero hacía como que creía que era cierto y todos salían contentos de escuchar El Grito…

Sin embargo, hay momentos en que nadie se puede engañar hasta el grado de la inconsciencia y la ceguera.  Y un ejemplo lo tenemos con “estos ya no aplauden”.  Inmortal frase de Peña Nieto que retrata lo citado.  Sí se dan cuenta de todo; pero se hacen…

Los anteriores sonreían y como abrazando a todos se abrazaban solos; y este hace exactamente lo mismo.   El abrir los brazos en cruz es muy recomendable para los políticos, obsérvenlos, pues a sus seguidores les recuerda al dios sacrificado…

Unos dicen que López Obrador es un genio de la comunicación; pero para guiar un ato; solo se necesita el ato.  Solo que ese ato no fue suficiente para festejar su 4 año de desgobierno, de demagogia y de sangre derramada por la imparable violencia y la falta de salud pública…  

Tuvo que llevar acarreados a su fiesta para que se viera que lo quieren mucho.  Por eso digo que dan lástima.  Los acarreados amenazados pasaban lista, cobraban su dinero, se comían su pan, manoseado por la señora corcholata y se iban…

Por eso, a pesar de las fotos y vídeos de perspectiva, pa que se viera bien lleno.  Cuando López Obrador llegó al Zócalo, no estaba lleno, y cuando empezó a hablar y comenzó la homilía de siempre, nunca se llenó…

Todos sabían y saben que era una farsa y que ellos eran y son, en ese momento, los actores principales de la tragicomedia.  Lo de tragicomedia es porque todas empiezan bien, pero acaban mal…

En esta farsa de la política mexicana no hay desperdicio; es un asco; pero tampoco es el pretexto para no salir corriendo a comprar un Dramamine -bueno para las náuseas-.  Pero es lo que hay…

Y nadie va a cambiar lo que viene, porque es lo que se ha sembrado.  Sembramos destrucción y muerte, pues eso es lo que tenemos.  Solo La Madre Tierra y el Padre Tiempo podrán detener esta avalancha de merecidas desgracias.  Pero como ya se están tardando.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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