sábado, noviembre 23, 2024

Centenaro de El Ulises de James Joyce (I)

“Novela compleja, exigente, pero, genial.”

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Todo sucedió el 16 de junio de 1904 en un tiempo promedio de 18 horas. Sí, la historia compuesta de 809 páginas[1] sucede en un breve instante, que al mismo tiempo es un amplio universo. ¿Por qué es compleja la lectura de la novela y por qué es revolucionaria? Lo primero que detecté en la lectura lo trataré de ejemplificar en este párrafo: estoy escribiendo el primer artículo sobre “Ulises”, mi mente por una parte está tratando de organizar las ideas, analizo todo lo anotado y subrayado de le lectura, pero, al mismo tiempo por mi mente están pasando varios pensamientos más, pensamientos que provocan sensaciones, reflexiones, verbigracia: en este instante que escribo me esfuerzo por ser claro con las ideas, empero, también pienso en mi amigo Rafa y las difíciles circunstancias que está pasando; enfermedades, preocupaciones, angustias, e invariablemente deliberas sobre el sentido de la vida, el valor del tiempo. Vuelvo a la escritura y comprendo al protagonista principal del Ulises llamado Leopold Blomm.

Leopold Bloom a través de encuentros con otros personajes, y, sobre todo, mediante un amplísimo recorrido mental nos introduce a su mundo. Leopold está casado con Molly Bloom, tiene una hija llamada Milly, una gata que es su compañera. La variedad mental de las ideas es ampliamente desarrollada en la novela y se debe tener mucho cuidado al momento de leer para no perder el sentido de los diálogos. Leopold está platicando con su esposa, ella ha estado leyendo un libro: “. -Meten si qué –le preguntó él. – Aquí –dijo ella –. ¿Qué quiere decir? Se inclinó hacia adelante y leyó cerca de la lustrada uña de su pulgar. –¿Metempsicosis? –Sí. ¿De dónde salió eso? –Metempsicosis –dijo él, arrugando el entrecejo –. Es griego: viene del griego. Significa la transmigración de las almas. –¡Qué pavada! –exclamó ella –. Dilo en palabras sencillas. Él sonrió, mirando de soslayo sus ojos burlones. Los mismos ojos jóvenes. La primera noche después de las charadas. El Dolphns. Dio vuelta las páginas sucias. Ruby: el orgullo de la pista. Hola. Ilustración. Fiero italiano con látigo de cochero. Debe ser Ruby orgullo de la sobre el piso desnudo. Amable préstamo de una sábana. El monstruo Maffei desistió y arrojó a su víctima lejos de sí con un juramento. Crueldad detrás de todo eso. Animales dopados. La turba mirando con la boca abierta. Rómpete el cuello y reventaremos de risa. Hay familias enteras. Desarticúlenlos jóvenes para que se puedan metempsicosear. Para que vivimos después de muertos. Nuestras almas. Que el alma de un hombre después que se muera. El alma de Dignan. ¿Lo terminaste? –preguntó él. –Sí –dijo ella –. No tiene nada de obsceno. ¿Está ella enamorada del primer tipo siempre? –Nunca lo leí. ¿Quieres otro? –Sí. Consigue otro de Paul de Kock. Tiene un lindo nombre. Vertió más té en su taza, mirándolo fluir de soslayo. Tengo que reponer ese libro en la biblioteca de Capel Street, o escribirán a Kearney. Reencarnación: ésa es la palabra. Algunas personas creen –dijo él –que seguimos viviendo después de muertos en otro cuerpo que el que hemos tenido antes. Llaman a eso reencarnación. Que todos hemos vivido sobre la tierra hace miles de años, o en algún otro planeta. Dicen que lo hemos olvidado. Algunos pretenden recordar sus vidas pasadas. La crema perezosa devanó cuajadas espirales a través de su té. Mejor que le haga acordar la palabra: metempsicosis. Un ejemplo sería mejor. ¿Un ejemplo?”

Ulises para el mundo romano, Odiseo para el griego, es un héroe humano, ya no es un semidiós que todo lo puede, aun así, cuando conoces su vida por la pluma de Homero, te queda la sensación que está más cercano a lo divino que a lo humano. Leopold Bloom al igual que Ulises vivirá muchas aventuras, desencuentros, empero, este personaje es absolutamente humano porque está lleno de dudas, certezas, temores. Hay momentos que su silencio es una respuesta, una posición, a veces, el silencio es sinónimo de tristeza, dolor, realmente es un protagonista profundo que te exige lo pienses, reflexiones. Otro personaje importante, mejor dicho, fundamental, es Sthepen Dedalus. Dedalus es alter ego de su creador, de hecho, Joyce le dio vida a Dedalus en su primera novela: “Retrato del artista adolecente.” En el Ulises Dedalus es poeta y ejerce la profesión de maestro. En las primeras páginas de la novela queda claro que Dedalus tiene un conflicto fuerte por la muerte de su madre, lo delicado del deceso estriba en que ella le pidió a su hijo la ayudara a morir tranquila y en paz, y todo indica que él no quiso rezar por ella…en los siguientes artículos quedará claro y desarrollado este conflicto del personaje.

Leopold Bloom asiste al funeral de Dignan, en el vehículo que los lleva al cementerio va acompañado por Dedalus, Cunningham, Power, entre otros. Aquí nos enteramos que Dignan murió de un paro cardiaco. Los personajes afirman que fue una buena muerte por rápida y así se evita el sufrimiento. Nada de sufrir, un abrir y cerrar de ojos y se acabó. Esto mismo nos hace meditar sobre el sentido de la vida y particularmente sobre la importancia de los actos y las cosas. No se trata de ser pesimistas, no obstante, si somos analíticos detectaremos que gran parte de nuestro tiempo lo vamos agotando en nimierías, nos preocupamos y estresamos por cosas que son tan insignificantes: que si me miró mal, que si no tengo esto o lo otro, y nos olvidamos que la finitud nos asecha día a día. Pienso en mi amigo Marduck, un hombre que tenía 47 años de edad, una buena vida, dos hijos pequeños, una librería hermosa, estabilidad económica, y de pronto, ¡zas! la muerte, el final. Estamos obligados a repensar nuestra posición en la vida, hay muchas cosas que no podemos evitar, sin embargo, hoy más que nunca debemos aprovechar el tiempo, rebelarnos en vida para cuando la muerte nos llegue no nos agarre en la nada, porque de por sí la nada ya está asegurada después de la vida.

Al igual que mi amigo Marduck, Dignan murió en la mitad de su vida. Queda esa sensación de coraje por la falta de tiempo. Aun así, ambas muertes pasan como una mala jugada para ellos y para su familia y amigos. Cunningham les dice a sus compañeros que lo peor de todo es cuando un hombre se quita la vida. Power sostiene que es la peor desgracia para una familia. Por su parte, Dedalus afirma que es un acto cobarde. Cunningham concluye que no les corresponde juzgar este acto. ¿Qué piensa el lector sobre el suicidio? Un ejemplo universal es el de Hemingway, algunos aseguran que se dio el balazo porque había descubierto que tenía una enfermedad incurable, y creyó que era mejor terminar a tiempo sin sufrir dolores innecesarios. Si es así, en lo personal considero que es un acto justificable, entendible, y más si se llega a tener un aproximado de 80 años, a esa edad: ¿Qué tanto se puede esperar de la vida? Lo que se hizo se hizo, y lo que cobardemente no se hizo, ya no se podrá hacer…

La apuesta es siempre por la vida. Empero, que sea eso, vida, es decir, acción, movimiento, pensamiento, rebeldía. El papá del señor Bloom no lo creyó así, porque muy apenado Cunningham les dice a sus compañeros que Leopold Bloom no opinó nada sobre el suicidio porque su padre se quitó la vida, motivos todavía no lo sabemos. Hasta lo aquí narrado es parte de las aventuras, encuentros y desencuentros de Leopold Bloom. Falta mucho por recorrer, parece ser que él engaña a su esposa con Marta y que ella no es tan fiel como la Penélope de Ulises.

Al final, recordemos que los protagonistas son tan humanos como nosotros y eso los hace leales y desleales, virtuosos y defectuosos. La interioridad de los personajes es la interioridad de nosotros mismos…

Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com

Twitter@MiguelNaranjo80

Facebook: José Miguel Naranjo Ramírez.


[1] La edición en que leí la novela es: “Ulises” James Joyce, Editorial Galaxia Gutenberg, traducción de José Salas Subirad quien fue el primero en vertirla al español.

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