* Y ahora lo mantiene a la distancia
* Pero también es deshonesto
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Alguién o algo debió de haber preocupado al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre lo que pasa en Veracruz y el desastre del gobierno de Cuitláhuac García, porque ahora reconoció que el gobernador es un hombre gris, sin carisma.
Y la cantaleta de que es honesto, ya no la repitió con tanto énfasis, si no que lo dijo así, como que a la pasadita.
¿Qué fue lo que hizo que López Obrador disminuyera sus halagos?.
Algo grave debió ser, porque a diferencia de otras ocasiones, en que abrazó a Cuitláhuac García y hasta lo placeó, ahora, en todo momento, lo mantuvo a distancia, para que ni siquiera se pudiera tomar una fotografía a su lado.
Es más, la mejor muestra de que el presidente López Obrador no lo quiso cerca, es que en las fotos que el mismo Cuitláhuac García subió a redes sociales sobre la visita que hizo el mandatario a Coatzacoalcos, en ninguna de estas se ven las muestras de afecto que en ocasiones anteriores hizo tan manifiestas.
Aquí está el enlace, por si lo quiere checar: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid0d833diT1GGVAZJwEEGHHgFk6hgnKVb7FkL3RtWNsRtr3v6Hd4NLs79PewoGffMwNl&id=100044423649685&sfnsn=scwspwa&mibextid=RUbZ1f
Vaya, otra evidencia, el video del evento sobre el Plan de Salud IMSS Bienestar, que muestra como al terminar su discurso López Obrador, hasta se retiro un poco más para que Cuitláhuac no lo pudiera alcanzar.
Ahí está, cerca del minuto 53 del mismo. https://youtu.be/06yTAg0SMZ0
Pero lo más llamativo de todo fue cuando dijo que Cuitláhuac García es un hombre gris.
“Y este señor, eh”, dijo, mientras señalaba a Cuitláhuac.
“… puede ser que no esté así”, expresó, antes de levantar los brazos y dibujar una sonrisa más falsa que la de político que no puede forzarla más.
Cuitláhuac lo veía y reía, ¿qué otra cosa podía hacer mientras el presidente lo evidenciaba ante todo México?.
López Obrador justificaba: «Ya ven cómo son los publicistas ¿no?: ‘Oye le falta carisma, enseña la mazorca’».
Zoé Robledo, el director del IMSS, se agarró a la silla en la que se encontraba, como quien teme: “llegó la hora de los reclamos y las indirectas. Que no me toquen a mí”.
Y en ese tenor, ponderar la honestidad de Cuitláhuac, AMLO lo dejó en sólo una línea “pero lo más importante de todo, es un hombre honesto y eso era lo que necesitaba mi estado de Veracruz”.
El video para que lo vea, por si no lo creyó está en https://youtu.be/Tggih_KQ9Ug.
López Obrador hizo evidente lo que en Veracruz es bien conocido:
Cuitláhuac García es un hombre gris.
Pero eso de que es honesto, está completamente en tela de juicio, porque durante todo su gobierno ha habido actos de corrupción por parte de los miembros de su grupo y a nadie ha sancioado.
A ninguno.
A todos sus allegados se les han demostrado actos de corrupción, y el gobernador no actúa contra los mismos.
Si fuera honesto, por lo menos ya los hubiera corrido de sus cargos.
En cambio, los mantiene en sus posiciones y hasta los defiende cada vez que son señalados de deshonestos.
Esto hace pensar que Cuitláhuac por lo menos tolera sus actos de corrupción, y lo hace porque es socio de los mismos en cada uno de estos “negocios”, o de mínimo que en cada acto de corrupción le “toca su mochada”.
Si no, ¿cómo explicar que la alcaldesa de San Andrés Tuxtla, María Elena Solana Calzada, haya acusado a Juan Javier Gómez Cazarin y al nuevo diputado favorito de éste, Rafael Fararoni Magaña, de que la estaban extorsionando, y en lugar de evitar que esos actos de corrupción siguieran, autorizó la intervención de la tesorería municipal, para que la alcaldesa accediese a seguir entregándole todos los contratos de obra pública a Juan Javier Gómez Cazarin y a Fararoni?.
O el caso de la Secretaría de Seguridad Pública, donde se asignó un contrato por más de 40 millones de pesos a Araly Rodríguez Vez, empleada de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), por adjudicación directa. Su sueldo es de siete mil 200 pesos mensuales como secretaria de la dependencia.
O los señalamientos de los contratos dirigidos que da Eric Cisneros para las pistas de patinaje.
O las acusaciones de los contratos a empresas nuevas en la SIOP.
O el recuento realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que encontró contratos por 75 millones de pesos, en 2021, para empresas de reciente creación, mientras que a empresas sancionadas les entregaron contratos por 89 millones de pesos en el mismo lapso; la institución que concentra el mayor monto contratado con este tipo de proveedores es la Secretaría de Salud con 76 millones de pesos.
O las malas inversiones de la Secretará de Salud que hicieron que la institución perdiera 300 millones de pesos y en las que nadie fue sancionado.
Y Cuitláhuac García no hace nada.
Esa inacción no es de una persona honesta, porque alguien que tiene ese valor no permitiría tantos actos de corrupción sin tan siquiera investigarlos.
Pero en cambio esa parálisis, si lleva a la sospecha de que Cuitláhuac García es cómplice en cada uno de los actos, bien por asociación directa o por lo menos porque le toca “mochada” de cada “negocio” que hacen.
Por lo pronto, ya el mismo presidente nos confirmó que Cuitláhuac es un místico sin carisma.
Y las acciones del presidente muestran que cada vez lo quiere más lejos o por lo menos que no se le acerque tanto.
Mientras que los actos de Cuitláhuac muestran que de honesto, nada tiene.