viernes, abril 19, 2024

La Geopolítica

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Geopolítica es un término acuñado a fines del siglo XIX y tomó relevancia por explicar el impulso de los países económicamente desarrollados con tendencia colonialista, algunos adquirieron rango imperialista. En 1904 el británico Jhon Mackinder expuso la tesis acerca de que la Región norte y central de Euroasia sería una Región Cardinal por sus recursos naturales y ocuparía el centro del poder político que en el futuro controlaría al mundo. Zona codiciada, sin duda, más aún en aquella época cuando los gobiernos de potencias económicas conducían sus estrategias con vocación expansionista. Por la innata ambición del hombre, por su espíritu de aventura o por su inclinación a la conquista, las guerras anexionistas o de conquista se multiplican en la historia de la humanidad. Así fue la iniciada por Creso contra los persas y la de estos para invadir el mediterráneo europeo que desató una cadena de conflictos belicosos en pos del dominio territorial.

Durante el siglo XVIII la Europa Central fue escenario permanente de guerras entre naciones; tiempos de coloniaje y de imperios engendrados por la conquista. España dominó en el continente americano, Francia en el europeo, en Asia dominaba en la India, y Canadá en América. Bretaña, “la perversa Albión” calmosa y expectante, aguardaba el momento para dar el zarpazo engullidor formando su gran flota para expandir sus dominios y fortalecer su economía, era una lucha de todos contra todos, aunque en el centro del poder la majestad era Francia. Las incesantes guerras continentales fueron gastando el poderío francés, lo mismo que el español. Fue entonces cuando, dueña ya de los mares y victoriosa en la guerra de siete años, en el Tratado de París en el reinado de Luís XV, en 1756 Bretaña le arrebató Canadá en América y la India en Asia.

Fue el General Karl Haushofer quien diseñó el concepto de “espacio vital”, definiéndolo como “todo el territorio que un país alega necesitar para lograr la autosuficiencia”. En su momento fue utilizado para justificar las guerras de invasión y de conquista. Alemania de Hitler lo tomó de fundamento para su política expansionista y de invasión, dominó eventualmente en Francia, España, Polonia, Austria, invadió Rusia en una cruenta Guerra que al final perdió. Al término de ese conflicto bélico sobrevino el periodo de la llamada guerra fría con brotes de guerra en Viet Nam y Corea. Durante ese periodo caliente sobrevinieron los Movimiento de Liberación Nacional en África y América Latina. Los nombres de Patricio Lumumba, Ben Bela, Mandela, Fidel Castro Rus, etc., figuran entre los grandes héroes del siglo XX porque liberaron a sus respectivos pueblos del yugo imperialista protagonizado por franceses, ingleses, holandeses y norteamericanos. También están sus antípodas, los antihéroes que han pasado al basurero de la historia: Idi Amin, Papa Doc, Batista, Somoza, etcétera.

La sangre derramada en los innumerables conflictos bélicos cuyo germen ha sido la ambición y deseo de dominio tal vez ocuparía mayor extensión y profundidad que el mar muerto, ¿habrá depredador sobre el planeta que supere el potencial del hombre?

Ahora el comercio desplaza al militarismo como herramienta de dominio y los estrategas de la economía ocupan más el tiempo de los gabinetes de gobierno en reñida competencia con los métodos militares. Hay explicación para ese fenómeno en un mundo económicamente globalizado. En estos términos ha surgido la Geoeconomía que junto con la electrónica integran el moderno duopolio mundial. Aquí, las acciones de la bolsa forman un concepto que borra cualquier motivación territorial, no hay límites en un mundo achicado por la globalización económica apoyada en las tecnologías de punta.

En estos términos, visto el problema por el que atraviesa Ucrania no es difícil entender sus causas y acaso sus consecuencias. Ese país es un sitio en el globo terráqueo ubicado geográficamente en los linderos de Asia con Europa, apetitoso bocado para los mercados europeos que, por supuesto el oso ruso no dejará ir tan fácilmente. Los Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa occidental a través de la OTAN pulsan fuerzas en apoyo al gobierno de Ucrania pero cuidan de no ir más allá de lo prudente, particularmente Inglaterra porque en su economía pesa el capital ruso invertido en diferentes sectores de su economía.

Rusia, por su parte, intenta impedir que Ucrania se ladee demasiado hacia el oeste; ya veremos cómo el poder del capital es equiparable al que en su tiempo mostró el poder de las armas. El problema de Ucrania es un asunto en el que la economía y los mecanismos financieros sirven a la par de las estrategias y tácticas militares. Cuando concluya el conflicto Ucrania- Rusia sin lugar a dudas habrá una nueva correlación de fuerzas entre el bloque occidental y el Ruso.

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