Agencias/Sociedad 3.0
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó a México a bordo de un Cadillac One que, debido a sus características, ha sido apodado como “La Bestia” (The Beast, en inglés).
Desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), Biden se trasladó a su hotel en la colonia Polanco a bordo de esta lujosa limusina presidencial que es considerada como “una fortaleza en movimiento”.
Este vehículo fue fabricado por la empresa General Motors especialmente para brindar la mayor seguridad posible al presidente de EEUU y necesitó una inversión de 15,8 millones de dólares.
El primer mandatario en gozar de la protección del Cadillac One fue Barack Obama, en 2009. La versión utilizada actualmente por Joe Biden fue fabricada durante el gobierno de Donald Trump y estrenada en 2018.
La limusina presidencial pesa entre siete y nueve toneladas y tiene un blindaje —tanto en puertas como en vidrios— de hasta 12 centímetros, por lo que puede resistir ataques de calibre .44 Magnum.
El chasis de “La Bestia” consiste en una placa de acero resistente a explosivos. La carrocería combina acero, aluminio y titanio antiproyectiles.
A pesar de su gran peso y longitud (5,5 metros, aproximadamente), cuenta con una suspensión ágil y una gran maniobrabilidad, por lo que resulta útil para huir ante cualquier posible amenaza.
Los aditamentos con los que cuenta este vehículo remiten a las clásicas películas de James Bond, pues hay informes que detallan que al interior de “La Bestia” hay al menos una escopeta de acción de bombeo, equipo de visión nocturna y granadas de gas lacrimógeno.
Los neumáticos tienen un recubrimiento de materiales usados en cascos y chalecos militares, por lo que pueden continuar en movimiento incluso si llegaran a desinflarse.
Las medidas de seguridad llegan también al motor del vehículo, pues utiliza diésel debido a que es un combustible menos volátil y peligroso que la gasolina convencional. En adición, se presume que el depósito de hidrocarburo está sellado con espuma para evitar cualquier eventual explosión en caso de recibir un impacto directo.
El Cadillac One cuenta con un sistema de ventilación propio y está totalmente sellado, por lo que sus pasajeros pueden estar a salvo incluso durante un ataque biológico, ya que el aire exterior no puede filtrarse por ningún espacio.
En el hipotético caso de que alguno de los mecanismos de defensa fallara y el presidente resultara herido, dentro de la limusina hay una reserva de sangre y un maletín con los datos necesarios para ordenar una “contundente respuesta” ante un ataque.
Por si fuera poco, “La Bestia” tiene un sistema de conexión satelital que permite un contacto permanente con el Pentágono y con la sede del Departamento de Defensa, además de con la vicepresidenta actual, Kamala Harris.