jueves, abril 18, 2024

La sorprendente condición de ser iguales, sin ser lo mismo

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La visita del Secretario de Gobernación a nuestro estado ha despertado especial interés en la clase política perteneciente a toda la gama partidista y, por supuesto, entre los integrantes del grupo gobernante encabezado por Cuitláhuac García. Sería vano discutir en calidad de qué asistió al Wolrd Trade Center, pues el pretexto de ser una gira de trabajo respecto a la gobernanza no fue suficiente para disipar la percepción asociada a la idea de una campaña política, pues suena aberrante el gestionar asuntos de gobierno en medio de una multitud amorfa, la mayoría ignorante del porqué de su presencia en ese lugar; incluso, esa gente pudo ser la misma que antes haya estado allí para vitorear a Claudia Sheinbaum o a Rocío Nahle. Está claro que el estatus políticamente jerárquico de Adán Augusto obligaba a la presencia del gobernador y parte de su equipo, aunque el mismo síndrome también ocurrió cuando las visita de la señora Sheinbaum y la de Ebrard, en lo que se puede interpretar como un acto de solidaridad partidista. El formato para la convocatoria de “simpatizantes” no es nuevo en Veracruz porque se asemeja a la rutina del priismo de antaño, y nada raro habrá sido encontrar entre esta concurrencia a uno que otro asistente al multitudinario evento en el cual Duarte de Ochoa, en abusivo alarde de la fuerza política inherente al cargo que desempeñaba, entregó una vara de pescar al entonces senador Héctor Yunes Landa. En realidad, debemos reconocer la capacidad de movilización de contingentes al evento masivo para recibir al visitante percibido como la opción “B” en la trama sucesoria, aunque nada para asombrarse porque en tiempos de la hegemonía priista eran un lugar común. No es un ingenuo don Adán Augusto para suponer una arrolladora simpatía hacia su persona en Veracruz, o deducir una concurrencia allegada al lugar voluntariamente para escuchar su mensaje, ya tiene experiencia en esas lides, tal como lo respalda su condición de gobernador con licencia de Tabasco, sabe luego entonces que puede confiar en sus coordinadores en esta entidad. De lo destacable de este evento, el Secretario habrá medido la temperatura del pro y del contra al interior de su partido, con el fin de conocer el potencial de las estructuras que formarán filas a su lado al momento de formular la ya acostumbrada encuesta de preferencias, aunque la aguja del barómetro la moverá ya sabemos quien. No extraña la similitud con las multitudinarias aglomeraciones de “priistas” asistentes a los mítines de apoyo a candidatos a cargos de elección popular (no pocos aprovechaban la oportunidad para caminar por las playas del puerto y regresar a tiempo para abordar el autobús de regreso a la parcela). ¿Persiste ese síndrome ahora? ¿Existe alguna equivalencia entre el acto del jueves en el WTC con los priistas de antes? Darwin enseñó o descubrió que la evolución de las especies lleva miles de años, pero, obviamente, en materia política los cambios se rigen por el dinámico acontecer de las circunstancias, aunque debemos admitir que, si bien ha irrumpido en el escenario nacional una nueva clase política arropada en el poder, aun no es posible afirmar con certeza la existencia de cambios objetivamente sustantivos en el país, cambios en las formas, sí, por supuesto, pero lo importante no es el estilo, sino la esencia. Que cada quien deduzca lo que su particular experiencia permita inferir, pero, según la retórica ya no son iguales, aunque parecen lo mismo; lo que en el llano se acostumbra decir: “se parecen igualitos”.

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