jueves, abril 18, 2024

¡Toma chango tu banana!

El peso mexicano, acostumbrado al vapuleo, el menosprecio y el desdén, está que no cree en nadie y acaba de rebasar la barrera psicológica-ideológica-sociológica-financiera de los 18 pesos por dólar. Esto, tristemente trae vueltos locos a los pasantes de economistas que desde tiempos del salinismo aseguraban con la mano en el pecho, que lo mejor que podía pasar es que el peso se vaya al infierno. Y eso vaticinaron, que con AMLO el peso se iría al carajo, pero como Nostradamus se mueren de hambre, el súper peso los trae más madreados que Layda Sansores a Alitititito Moreno, sobre todo ahora que balconeó sus deslices con su “Papo”, el tinterillo Javier Tejado que, por unos días en un depa de lujo auspiciado por el presichente del PRI, le boleó todas sus chanclas financieras.

Es lo malo de hablar al güey, desde el odio y el rencor y no desde la reflexión y el dato duro, pero aquí les guardo sus tuits que pidieron que se guardaran para confirmar el ridi.

Desafortunadamente para ellos ya nadie toma en serio los agoreros del desastre encabezados por Claudio XXX, salvo los Paleros de Alazraki, pues la realidad, que es muy terca, siempre los desmiente (salvo en el caso de Yasmín Esquivel que, según la FES Aragón, casi que le plagió la tesis a mi licenciado Peña; a ver si la UNAM investiga todo ese tráfico de tesis del que tanto se habla y del que calla Cheridam). Es muy divertido ver a sabios economistas zedillólogos explicando que lo del peso es prácticamente un pacto con el diablo.

Es como con el atentado a Ciro Gómez Leyva que, de inmediato, llevó a la opinocracia derechosa a echarle la culpa a López Obrador de haber venadeado al periodista. Sin embargo, hoy se anuncia que el ataque está relacionado el crimen organizado que, según Miguel Ángel Mancera, no existía en la Ciudad de México. Ya se encargarán las autoridades de revelar a los autores intelectuales y sus móviles. Es muy probable que esto eche lumbre como en el caso Paco Stanley.

Como quiera que sea, ya quiero adoptar a los encendidos AMLOfóbicos que ante las imágenes de una muy alivianada reunión con Biden y Trudeau se ponen como guaruras de La Polar y andan diciendo que Andrés Manuel les ofreció el Bolsón de Mapimí, el Bordo de Xochiaca y Caleta Caletilla a cambio de qué fueran amables y sonrientes a lo largo de la cumbre. No se rían.

Bueno, me cuentan que Biden y Justin pasaron a comprar pesos para llevar una moneda sólida a casa.

¡Toma chango tu banana!

Jairo Calixto Albarrán

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