Solamente como muy lamentable puede calificarse la posición de la legisladora federal zacatecana por parte del Movimiento de Regeneración Nacional, Bennelly Jacobeth Hernández Ruedas, en el sentido de tratar de revivir la Ley de Imprenta de Venustiano Carranza del año 1917.
Aduciendo que las penas que impone esta legislación, por injuriar al Presidente de la República, secretarios, ministros, gobernadores, legisladores y al Fiscal General de la República, tanto las económicas como corporales en la actualidad están obsoletas.
El éxito por la cantidad de votos que obtuvo en la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, se debió a que Morena tiene mayoría en esta y no a lo importancia o novedoso del tema abordado. Sino simplemente a que son mayoría.
Mayoría que confirma lo lamentable de la posición de la diputada que hizo la propuesta, y que aunque sea redundante, acrecienta el término lamentable al hacerse extensivo a los “representantes populares” de Morena que forman la citada Comisión y que votaron a favor de la propuesta de su compañera.
Ya que desde el tratar de callar o castigar a cualquier ciudadano mexicano que desee expresar cualquier palabra de inconformidad en contra de cualquier servidor público de cualquiera de los tres niveles de gobierno que hay en este aún libre país, convierte a lo propuesto en una norma inconstitucional, pues atenta en contra de la libertad de expresión, derecho consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Norma constitucional que por el número de votos que emitieron los morenistas integrantes de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, es totalmente claro no conocen por lo que cometieron una pifia legislativa, que solamente muestra la poca preparación académica que tienen y por consecuencia su pobre criterio. Así pues, esto es lo que tenemos que soportar los mexicanos como integrantes de uno de los tres poderes que integran nuestro sistema de gobierno. El Poder Legislativo, en el que se hacen y modifican las leyes que nos gobiernan y que lamentablemente como indicamos al inicio de la presente colaboración, está integrado en su mayoría por personajes que salieron de una rifa, de una tómbola, y por tanto no tienen la más mínima idea de lo que es ser diputado o legislador. Para muestra ahí la tenemos. Cobran mucho y su único trabajo es obedecer ciegamente, en la mayoría que integran la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Usted qué OPINA, estimado lector. Hasta el martes. Noti-sigloxxi@hotmail.com