martes, abril 23, 2024

¿Dónde queda Veracruz?

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La interrogante del encabezado no se refiere a la ubicación geográfica de la entidad veracruzana, por cierto, muy notable porque en su territorio se han protagonizado sucesos históricos de gran trascendencia y no pocos de destacados actores políticos son oriundos de estas tierras feraces y plenas de vestigios prehispánicos. Además, por sus venas corren grandes y caudalosos ríos, lagunas de esplendorosa belleza, y cientos de arroyos, sus tributarios. La dispersión poblacional da lugar a decenas de ciudades medias como en ninguna otra entidad, salvo el estado de México. Es valioso el tesoro colonial de algunas de ellas, por su belleza y rango arquitectónico y registros coloniales hay seis pueblos mágicos; sus montañas son prodigioso acervo de vida silvestre. En algún tiempo, en la industria de transformación  Veracruz fue esplendoroso baluarte pues 22 ingenios llegaron a funcionar con sus respectivos campos de abastecimiento cañero. En los años sesenta del siglo pasado, la fábrica de automóviles VolksWagen intentó asentarse en tierras aledañas a Orizaba, la posibilidad se frustró por razones que no viene al caso referirlas en este espacio. TAMSA fue la empresa que dio singular impulso al crecimiento de la Ciudad de Veracruz, la Ciudad Industrial Bruno Pagliai fue un esperanzador barrunto de crecimiento económico en esa región. Las feraces tierras de Veracruz por muchos años le permitieron ser uno de los grandes abastecedores agropecuarios del país, pero lamentablemente no se concretó el programa “Veracruz Granero y Yunque de la nación” diseñado y promovido por el gran gobernador Agustín Acosta Lagunes con el propósito de contribuir con el Programa Sistema Alimentario Mexicano (SAM) del gobierno de José López Portillo, también malogrado debido a la corrupción imperante, algo similar a cuanto ocurre actualmente con SEGALMEX, donde el desvío de miles de millones de pesos es asunto relegado a segundo término por el muy festinado futurismo sucesorio, cuyo ruido desvía la atención. Cuando gobernaba (es un decir) Duarte de Ochoa, la armadora de automóviles, Audi, buscó lugar donde instalarse en el país, pronto surgieron los cabildeos de los gobernadores interesados en atraer esa cuantiosa inversión sinónimo de fuentes de trabajo, desafortunadamente poco pudimos hacer porque el entonces gobernador de Puebla, el ya finado Rafael Moreno Valle, se empleó a fondo con su esmero y experiencia personal (contra la indiferencia e ineptitud de Duarte) para atraer la nueva inversión, Audi ya funciona en Puebla. Ayer, el presidente López Obrador se trasladó a San Luis Potosí para celebrar la llegada de otra gran armadora, la BMW, cuya inversión será cuantiosa e irá in crescendo según el desarrollo del mercado. ¿Y Veracruz? Una entidad por cuyos tres puertos se mueven millones en tráfico de mercancías, entrada y salida de México hacia el exterior por el Golfo de México ¿Dónde quedamos, en qué lugar nos encontramos respecto a la inversión extranjera directa? Menos mal, en potencia está la construcción de la planta cervecera Constellation Brands anunciada por el presidente López Obrador hace algunos meses. Eso sí, de lo perdido, lo que aparezca, aunque no deja de ser una pena el desperdicio de un territorio tan rico en recursos naturales y humanos. Y no falta quien pregunta ¿por qué?

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