jueves, marzo 28, 2024

El efecto Adán, Monreal y, de paso, Noroña

Pensándolo Bien

El próximo presidente de México seguramente saldrá de la segunda ronda de encuestas que Morena habrá de organizar en noviembre de este año. Para llegar a ella, cuatro precandidatos finalistas tendrán que sobrevivir al filtro de una primera encuesta, a realizarse en septiembre entre una decena o más de aspirantes. Podríamos dar por sentado que Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán López estarán en el cuarteto finalista. Y parecería que el d’Artagnan que acompañe a los tres mosqueteros tendrá apenas un papel testimonial, dada la ventaja que estos han tomado. Y, sin embargo, el efecto podría no ser menor. Ricardo Monreal, Noroña, incluso el propio Adán podrían tener el impacto del PT, del Movimiento Ciudadano o del Partido Verde, cuando se convierten en bisagra al quitar votos a uno de los contendientes en elecciones particularmente reñidas.

Los votos que se dediquen a Adán López ¿a quién habrían favorecido de no haber estado él entre las opciones?, ¿a Claudia o a Marcelo? ¿Un ciudadano a favor de Monreal es uno menos en la cuenta de Ebrard? ¿Los pocos o los muchos que obtenga Fernández Noroña serían en detrimento de Claudia?

Comencemos con el caso de Adán López. Este fin de semana afirmó que en octubre decidirá si mantiene su precandidatura. Me parece que justamente este tipo de consideraciones son las que están en juego. En realidad, la inclusión de Adán en la lista de corcholatas, en abril del año pasado, tenía un carácter simplemente táctico: ampliar la baraja para disminuir el desgaste por la excesiva polarización y golpeteo entre Marcelo y Claudia. Sin embargo, las tareas que realiza el secretario de Gobernación, su cercanía con López Obrador y el ADN de la clase política que hace de todo ocupante de la oficina de Bucareli un precandidato automático, han generado cierto impulso. ¿A quién le quita votos Adán López? Hasta ahora ha subido en las encuestas con cargo a los indecisos, es decir su incremento todavía no se ha traducido en un descenso de los otros dos. Pero sucederá en alguna medida. Algunos pensarían que Adán es una alternativa a Ebrard, por tratarse de otro candidato masculino; aquellos que no elegirían a una mujer tendrían otra opción además de Marcelo. Quizá, pero tengo la impresión, y lo estamos viendo con los gobernadores que parecerían apoyarlo, que en realidad divide el voto de los más cercanos al obradorismo. En plata pura, la mayor parte de los votos a favor de Adán los pierde Claudia. 

En tal sentido caben dos escenarios con Adán López. En este momento las encuestas lo colocan todavía a 10 o 12 puntos de sus rivales, pero es cierto que también es el que más ha crecido en los últimos meses. Si de aquí a octubre no logra empatar o quedarse a muy poca distancia de los punteros, lo más probable es que retire su candidatura, para no hacerle la “malhora” a quien se considera la favorita del Presidente. Pero si en las primarias de septiembre Adán López logra alcanzarlos y existe una posibilidad real de ganar en noviembre, será muy difícil bajarlo de la disputa. Por lo pronto mantendrá su campaña por todo lo alto para darse al menos una oportunidad.

El caso de Ricardo Monreal es el opuesto. Un voto a su favor para la candidatura de Morena muy probablemente es un voto perdido para Marcelo Ebrard. De allí el interés de algunos en la dirección del partido de mantenerlo en la contienda y facilitarle su participación. Monreal sabe que no va a ganar en una encuesta la candidatura a la Presidencia; pero también sabe que quedarse en la contienda es su mejor argumento para aspirar a la Jefatura de Ciudad de México, su verdadera aspiración. ¿Por qué? Porque si Ebrard empata o supera a Claudia Sheinbaum en las primarias de septiembre, los obradoristas puros que desconfían del canciller, necesitarán que Monreal se quede en la boleta para la encuesta de noviembre y le reste votos a Marcelo. La apuesta de Monreal sería, entonces, levantar de aquí a septiembre la intención de voto que le favorece, alcanzar un porcentaje que pudiera hacer alguna diferencia y negociar con ello. Se quedará para competir (a Marcelo) si logra la promesa de un futuro político aceptable; de lo contrario amenazará con retirarse.

Dudo mucho que Morena esté dispuesto a entregarle el gobierno de Ciudad de México. Entre otras cosas, por el profundo desamor que existe entre él y Claudia Sheinbaum. Habrá que recordar la pesadilla que representó para el presidente Vicente Fox la presencia del Peje en el gobierno de la capital. A Sheinbaum le haría muy poca gracia verse en la misma situación. Pero Monreal no dejará de presionar para conseguirlo y su esperanza es que la necesidad de votos que tenga Morena le ofrezca una poderosa carta de negociación (para eso o algo similar).

Mario Delgado, presidente de Morena, dijo hace algunos días que Gerardo Fernández Noroña era bienvenido a participar en la encuesta presidencial. Una invitación sin consecuencias para las primarias, a la cual se inscribirán muchos tiradores sin mayor aspiración que ser vistos y oídos durante sus quince minutos de reflectores. Si Monreal se apunta no tengo dudas de que los cuatro finalistas serán los hasta ahora mencionados (Claudia, Marcelo, Adán y Ricardo). Pero si no fuera así, muy probablemente el cuarto pasajero sería Fernández Noroña. En tal caso, cabe la posibilidad del escenario más temible para Claudia: que ella, Adán y Noroña se disputen y dividan el voto del obradorismo y Marcelo sume entre el resto de los votantes. Recuérdese que las encuestas serán a población abierta, no estarán restringidas a solo simpatizantes del partido en el poder.

Cabe la posibilidad, desde luego, que en septiembre Sheinbaum obtenga una ventaja clara sobre todos y haga innecesarias todas estas especulaciones. Pero de no ser así, octubre será un mes de enormes jaloneos para definir quién se queda y quién se va en la lista de los cuatro fantásticos. 

Jorge Zepeda Patterson

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