Sin mengua del significado inherente a la marcha ciudadana del pasado domingo, sin duda con implicaciones políticas de gran calado, el contexto social mexicano presenta otros expedientes de no menor importancia, delicadas como la inseguridad pública, y muy preocupantes en el ramo económico. Es decir, social, política y económicamente enfrentamos asuntos de acentuado relieve porque revelan señales de paulatino agravamiento. No quisiéramos pecar de catastrofistas, pero debemos enfocar los reflectores no solo a la algarabía resultante de la exitosa manifestación ciudadana del día 26 sino a prestar atención a resto del complicado tejido social mexicano. Porque no es poca cosa lo sucedido en Tamaulipas donde un convoy de la guardia nacional balaceó a un vehículo particular matando a cinco de sus ocupantes y dejando mal herida a otra persona; según el Comisionado de Derechos Humanos en aquella entidad los guardias no se apegaron al protocolo establecido en esos casos, pues no existió agresión de los particulares ni estos iban armados. ¿Acaso ahora también debemos cuidarnos de quienes hipotéticamente están para garantizar la seguridad pública? Por efectos del nearshoring, nuestro país tiene la gran oportunidad para recibir miles de millones de dólares de Inversión Extranjera Directa, sin embargo se ha estado regateando a la empresa Tesla su proyecto de instalarse en Nuevo León aduciendo la falta de agua; aunque, según se dijo, ayer el presidente López Obrador sostuvo una video-conferencia con el propietario de esa empresa y que éste día se darán a conocer sus acuerdos incluyendo el lugar dónde posiblemente se instalará. Esa sería buena señal hacia los inversionistas, en caso que Elon Musk decida instalarse en otro lugar que no sea Nuevo León, porque de materializarse la inversión cercana a los diez mil millones de dólares nuestro país obtendrá una rica fuente de empleo. Sería positivo, porque más de la mitad de la población mexicana vive en condiciones de pobreza, y cerca de un 10 por ciento de ese segmento poblacional está en pobreza extrema, soñar no cuesta nada pero lo deseable sería se instalará en Veracruz porque, aparte del impulso a la economía veracruzana, obligaría al sector público a mejorar nuestra muy precaria infraestructura carretera, y mejorar los índices de seguridad poco abatidos en la entidad. Hoy, el presidente López Obrador informará sobre su plática con Elon Musk, no tiene caso adelantar vísperas, pero si acaso quedó abierta la posibilidad de Veracruz como una opción, ojalá en la formulación de propuesta del gobierno local participen despachos especializados en la materia, de tal manera de convencer al capitalista de las bondades de nuestra oferta y esta sea convincente.