El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió de nueva cuenta el saludo a la madre del narcotraficante Joaquín Chapo Guzmán, Consuelo Loera Pérez, finales de marzo de 2020, y dejó en claro que no tiene de qué avergonzarse.
En la conferencia matutina de Palacio Nacional, y al presentar un fragmento de “Joaquín, Marín de do Pingüe”, López Obrador dejó en claro que no establece relaciones de complicidad con nadie.
«Yo no tengo nada de qué avergonzarme, yo no establezco relaciones de complicidad con nadie, por es resisto, si no ya me hubiesen destruido. No se puede participar en un proceso e transformación sin autoridad moral, imagínense enfrentar una mafia como éstos o jefes de éstos, porque éstos son voceros”, dijo.
“Los capos de capos del poder económico, que eran los dueños de México. A veces son más prudentes los de la cúpula, los de arriba, que los achichincles, esos son los que se sienten más ofendidos”, puntualizó.
El mandatario mexicano contó la manera en que ese dio el encuentro con la madre del líder del Cártel de Sinaloa, el cual se dio durante una supervisión a un camino entre Badiraguato y Guadalupe y Calvo, donde le dio una carta.
“Me dicen que estaba la mamá del (Chapo) Guzmán Loera y que quería hablar conmigo porque me quería entregar una carta. Termina la exposición del avance del camino, nos subimos a la camioneta y está la camioneta de la señora, dije ‘espérate, me voy a bajar’, me bajé y la fui a ver porque es una persona mayor, la saludé y me dio la carta, me dijo ‘es que no permiten a mis hijas que lo vayan a ver allá’, y sí, lo que decía en la carta era eso, la saludé y me fui”, indicó.
“Y ya, ese es el gran vínculo, escándalo. Fue tan privado todo y en secreto que se la entregué a la SRE para que se la hicieran llegar a la Embajada (de EE.UU. en México) y sí le dieron la visa a una de las hermanas, un trámite, eso es, la contestación que me hizo López-Dóriga, ese saludo, como se los estoy explicando”, recalcó.