La política es un juego de ajedrez, aunque no tan perfecto como el juego en sí a causa de la participación de múltiples factores, las circunstancias principalmente, y a que el actor principal es el hombre, cuya intervención conlleva inherentes fobias y filias capaces de distorsionar cualquier pronóstico. Existen datos duros para ejemplificarlo: cuando en diciembre de 2013 Andrés Manuel López Obrador sufrió un infarto, un año después de ser derrotado en las urnas por Enrique Peña Nieto, la inferencia casi generalizada fue la de su retiro de las lides políticas; no obstante, en 2014 registró oficialmente su Movimiento como partido político y aquel percance fisiológico no le impidió seguir puebleando por el país, mientras las circunstancias se acomodaban para llevarlo a la presidencia de México en 2018.
En la elección celebrada en 2018 en Veracruz, el cálculo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares para obtener el triunfo panista se centró en superar el 1, 054 733 de votos obtenidos en 2016, cuando fue electo, empeñado a esa finalidad orientó su estrategia logrando superar con creces aquel número al obtener el candidato del PAN 1 millón 453 938 sufragios. Empero, no alcanzó a rebasar el empuje de la ola lopezobradorista, pues el efecto AMLO arrolló con 1 millón 667 239 a favor de Cuitláhuac García, quien en la elección de 2016 acumuló 809 626 votos.
Supuestamente, para Dante Delgado, las condiciones políticas en el país eran propicias para hacer de Movimiento Ciudadano la opción partidista más viable hacia la elección de 2024, aprovechando el desgaste social acumulado por los partidos políticos PRI-PAN-PRD. De ser correcta, esa hipótesis pudiera explicar la resistencia de Dante a participar en la Alianza Va por México, esperando estratégicamente el acomodo de fichas para hacer realidad aquel propósito. No obstante, electoralmente Movimiento Ciudadano no ha superado porcentajes de un digito, es decir, no ha crecido su convocatoria para convertirse en opción atractiva; su potencial imán, el hijo de Colosio Murrieta, no ha crecido en el imaginario colectivo y, por otro lado, en el supuesto caso de una ruptura en MoReNa que obligue a Ebrard y a Monreal a buscar plataformas partidistas de lanzamiento difícilmente optarían por MC sin la participación de los partidos de la Alianza, simplemente porque con el 7. 3% obtenido en 2021 por el partido de Dante Delgado, aún sumado a la convocatoria de esos actores políticos, solo con MC difícilmente alcanzarían el triunfo electoral contra MoReNa.
Pero aún va a correr mucha agua bajo el puente, y a casi un año de la elección 2024 el dinamismo de los acontecimientos y la movilidad de los actores políticos es capaz de alterar todo diagnóstico diseñado con esta anticipación.