jueves, marzo 28, 2024

Eurípides en el Mes Internacional del Teatro (I)

“Heracles.”

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

Para Aristóteles el poeta griego Eurípides es: “El más trágico de los trágicos”, es decir, más trágico en sus obras que Esquilo y Sófocles. Ahora bien, hablando de las tragedias como género literario de la antigüedad bien vale la pena hacernos los siguientes cuestionamientos: ¿tienen algún valor más allá de lo literario leerlas en la actualidad? ¿el tema del trágico destino ha sido superado por el control y equilibrio de la razón? ¿somos dueños absolutos de nuestros destinos? O ¿no existe destino alguno y todo depende de nuestra voluntad? Acaso, el cambio de un mundo politeísta por uno monoteísta modificó la forma de concebir la vida y esto causó que la tragedia antigua carezca de cierta importancia. Estas interrogantes las abordaremos y analizaremos en este mes dedicado a conmemorar el mes internacional del teatro a través de uno de los padres de la tragedia griega llamado Eurípides; e iniciamos con su pieza titulada: “Heracles.”   

Del inabarcable universo mitológico de la cultura grecolatina, Heracles es uno de los personajes más conocidos y muy representativo. Para los griegos es Heracles y para los romanos Hércules. Heracles es recordado por sus famosos doce trabajos, por ser un héroe fuerte, poderoso, casi invencible. Empero, aun con todo lo poderoso y heroico que fue, siempre su vida dependió de la voluntad de los dioses. Todo inicia desde el origen de su procreación. Zeus, el dios todopoderoso, ese dios incontenible, caprichoso, voluntarioso, insaciable sexualmente, se obsesionó con Alcmena, quien era esposa de Anfitrión. Fiel a su estilo Zeus satisfizo su deseo y poseyó a la bella Alcmena, en esa misma noche llegó su esposo Anfitrión y también disfrutó de la hermosura de su mujer. Estos dos actos provocaron que Alcmena quedara embarazada y al poco tiempo nacieron hijos gemelos, una se llamó Heracles, hijo de Zeus, y el otro Ificles, hijo de Anfitrión.

Luego entonces, Heracles nació por el deseo erótico de Zeus, aquí no importaba la voluntad de Alcmena, y mucho menos que estaba casada. El problema de Zeus estribaba en que siempre andaba encamándose con medio mundo, pero no tenía control sobre Hera, su celosa esposa, y ésta normalmente era una diosa muy vengativa. Quienes terminaban sufriendo las infidelidades de Zeus eran sus hijos “ilegítimos”, la mujer amada, poseída y engañada, y demás familiares cercanos. Hera se enteró del engaño de su esposo y el futuro nacimiento de Heracles, para vengarse lo primero que hizo fue pedirle a Zeus que aceptara la disposición de que el primer descendiente de Perseo, (abuelo de Alcmena), sería quien gobernaría sobre todos los demás. Una vez que Zeus le prometió a su esposa que así sería, esta inmediatamente intervino para que primero naciera Euristeo, y después Heracles. Con esto desde el nacimiento, Heracles nació subordinado a Euristeo.

No obstante, el proceso de venganza de Hera no se detuvo ahí, hay muchas más historias; que les envío a los gemelos una serpiente para que estos murieran, mas Heracles desde niño mostró mucha fuerza y la mató, entre otras. El colmo del odio y la desmedida venganza de la diosa Hera consistió en que con astucia enloqueció al pobre Heracles estando este ya casado con Mégara y teniendo tres hijos. La locuta hizo que el gran héroe asesinara a sus propios hijos y esposa. En la tradición más conocida este cruel acto dirigido por Hera, fue lo que provocó que Heracles hiciera los famosos doce trabajos a solicitud de Euristeo. Eurípides va a utilizar este mito para escribir su tragedia, solo que modifica el orden y agrega algunos personajes que en el mito original no aparecen. Vayamos a conocer la historia narrada por el poeta trágico.

Al haberles contado lo esencial de la trágica vida de Heracles, narraré directamente la forma y el fondo en que nos presenta Eurípides su tragedia. En la primera parte nos encontramos a la familia de Heracles integrada por su esposa Mégara, sus tres hijos, y Anfitrión el padre-padrastro de Heracles. Todos están en peligro de muerte debido a que Lico asesinó a Creonte, padre de Mégara y es el nuevo gobernante tirano de Tebas. Lico, (personaje que Eurípides incluye al mito heracletiano), ha decido asesinar a toda la familia de Heracles porque sabe que, sino lo hace así, cuando los niños crezcan buscarán vengar a su abuelo asesinado y recuperar el poder. La única esperanza para que Mégara, sus hijos y suegro no mueran, se encuentra en que Heracles regrese y los salve de la muerte injusta que pretende darles el tirano. Lo preocupante y desesperanzador para ellos consiste en que Heracles en la realización de sus doce trabajos, en la ejecución del último tuvo que ir al Hades en busca del perro Cerbero para llevárselo a Euristeo, y quien ha ido al Hades nunca ha regresado, por lo tanto, todos dan a Heracles por muerto…

Mégara y Anfitrión tienen una interesante discusión sobre la muerte. Ella le reprocha de que cómo es posible que siendo ya un anciano le tema a lo inevitable. –Mégara: “Afronta la muerte con nosotros, ya que te espera de todas formas. Apelamos a tu nobleza, anciano; que quien trata de combatir el destino de los dioses es valiente, pero su valentía es insensata. Lo que tiene que ser, nadie puede hacer que no sea. Anfitrión. – No es cobardía ni deseo de vivir lo que me hace rechazar la muerte, sino el deseo de salvar a los hijos de mi hijo. Pero parece que sigo en vano lo imposible.” Además, Anfitrión en plena desesperación, pero con justa razón se va contra Zeus, le reprocha el abandono para con los hijos de su hijo, le dice que fue muy bueno para introducirse a la mala y poseer a la mujer ajena, y hoy cínicamente cuando los descendientes de ese acto iniciado por él lo necesitan se esconde… aquí hay dos planteamientos que no han cambiado en nada, en aquel contexto eran dioses, hoy un dios, pero la sensación de insatisfacción puede llegar a ser la misma y sentir empatía con Anfitrión cuando declaraba: “O eres un dios estúpido o eres injusto por naturaleza.” El otro planteamiento es el insoslayable tema de la muerte, ya que, aunque sabemos que vamos a morir, cuando esta se nos acerca nos provoca miedo, angustias, en algunos casos solemos alargar para mal lo inevitable…aunque seamos muy voluntarios y no creamos en el destino, este no lo podremos evadir.

Continuando con la historia; Heracles logró salir del Hades y llegó a rescatar a su familia. Asesinó a Lico, personaje que no tiene trascendencia, su posición es la de un simple político oportunista y no da para más…sin embargo, es importante puntualizar que Eurípides ha cambiado un hecho fundamental del mito tradicional, esta modificación reside en que el héroe viene a salvar a su familia después de haber cumplido con los doce trabajos exigidos por Euristeo, este cambio nos lleva a lo siguiente: una vez muerto Lico y Heracles recuperado a su familia, lo que le correspondía al héroe era vivir en paz, mas retorna a escena la diosa Hera, sí, esa diosa que no se cansa de odiar y menos de vengarse. Hera envía a Iris y Lisa, deidades que utilizó para volver loco a Heracles y este involuntariamente y sin conocimiento de lo que hacía asesinó a sus hijos y esposa. La escena descrita por Eurípides es sangrienta, cruel. Hera ha complementado su sed de venganza. Si Eurípides buscaba despertar en el lector repulsión hacia esas divinidades asesinas, lo logró. Si buscaba hacer de Heracles un superhombre quien fue víctima de la barbarie de los dioses, lo logró. Y lo de superhombre lo encuentro en el cierre de la historia que la considero como la tercera etapa de la tragedia.

Una vez que Heracles recuperó la conciencia y supo lo que involuntariamente había hecho, el dolor que sentía es indescriptible. Su padre Anfitrión está al lado de él narrándole todo lo sucedido, los cadáveres de su esposa e hijos los tenía al lado y no podía ni verlos…un acto así ordenado por la diosa Hera rebasa la crueldad, rebasa cualquier compresión humana o divina.

Aquí aparece un personaje clásico de la mitología griega llamado Teseo. Este emblemático héroe fue rescatado del Hades por Heracles al momento que realizaba el último trabajo. Teseo venía a prestarle ayuda a Heracles para destronar al injusto tirano Lico. Lo terrible es que eso ya era historia consumada, ahora Teseo se encontraba con la familia de Heracles tendida, llena de sangre, y con el héroe desecho, dispuesto a suicidarse. Cuando Teseo se entera bien a bien lo que acaba de suceder se horroriza por la tragedia, pero siente compasión por Heracles. Teseo lo conoce bien y sabe que es un hombre de honor, y que los dioses suelen ser muy caprichosos, autoritarios, injustos y vengativos, pero mínimo no debemos darles el gusto de doblarnos antes de tiempo, esto implica hacernos fuertes y sobrevivir a sus terribles designios, en esta parte final Eurípides plantea el valor de la verdadera amistad de manera profunda.

Teseo. –¿Por qué agitas la mano mostrándome la sangre? ¿Acaso para que no me alcance la impureza de tu saludo? No me importa compartir contigo el infortunio, pues en otra ocasión compartí el éxito: debo dirigir mi pensamiento a la ocasión en que me sacaste a la luz arrancándome del mundo de los muertos.  Me repugna que los amigos dejen envejecer el agradeciendo; me repugna quien quiere gozar de lo bueno, mas no navegar en la misma nave del amigo que sufre infortunio. Levántate, descubre tu rostro lastimoso, mira hacia nosotros. El mortal bien nacido soporta los golpes de los dioses y no los rehúye. Heracles. –Ya estoy saturado de males y no tengo donde añadir otro. Teseo. –¿Y qué vas a hacer? ¿Adónde te llevará tú colera? Heracles. –A la muerte…Teseo. –Has dicho lo que diría un hombre vulgar… esta prueba no procede de otro dios que la esposa de Zeus. De esto te has percatado bien…te aconsejaría esto antes que sufrir algún mal. Nadie está libre de los golpes de la fortuna, ni los hombres, ni tampoco los dioses, si no mienten los cantos de los poetas. ¿Es que no han trabado entre sí uniones que no se ajustan a ninguna ley? ¿No han encadenado a sus padres por ambicionar el poder? Sin embargo, siguen ocupando el Olimpo y se les perdonaron sus yerros. Así, pues, ¿qué decir si tú, que eres mortal, consideras insoportables los golpes de la fortuna y los dioses no?” 

Y la posición de Teseo no queda allí, le dice a su amigo que le dará propiedades, tierras, para que viva tranquilo, al final logró convencerlo y la tragedia concluye con las siguientes palabras: “Quien prefiere riquezas o poder a un buen amigo, es un insensato.

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