El exgobernador de Baja California, Jaime Bonilla, renunció a la bancada de Morena en el Senado de la República y se sumó a la fracción parlamentaria del Partido del Trabajo (PT) sin informar los motivos de su salida.
El ahora exsenador morenista, quien ya mantenía diferencias con algunos integrantes de su partido, fue designado por los petistas como Comisionado Político Nacional en la entidad bajacaliforniana.
La decisión se tomó “tras valorar y reconocer el trabajo realizado por el exmandatario, quien tuvo un gran desempeño al frente del primer gobierno emanado de la Cuarta Transformación”, informó la Comisión Ejecutiva Nacional petista.
Bonilla se desempeñó como senador de 2012 a 2015; senador en 2018 y gobernador, en 2019.
“Nos congratulamos de su incorporación a los trabajos del PT en Baja California, seguro de que en unidad con los liderazgos petistas que han venido realizando una excelente labor en favor de los bajacalifornianos, se fortalecerá el proyecto de transformación que ha iniciado su camino con el presidente Andrés Manuel López Obrador”, refiere la Comisión en un comunicado.
El 17 de agosto del 2022, Jaime Bonilla se reincorporó a su escaño del Senado de la República.
Bonilla, quien fue electo senador en 2018 pero se fue a la campaña y luego al gobierno de Baja California, regresó a su escaño en el Senado y por tanto recuperó su fuero constitucional, gracias a una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Su reincorporación a la Cámara Alta se dio justo cuando enfrentaba, junto con seis de sus exfuncionarios, una denuncia presentada por la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila por presunta corrupción por la construcción en la entidad de una planta fotovoltaica inexistente.
Incluso, este le reviró a sucesora y la acuso de presuntos acuerdos con el Cártel Jalisco Nueva Generación, (CJNG), lo que originó la oleada de violencia que se ha vivido en la entidad.