domingo, diciembre 22, 2024

Los motivos de Andrés

Indescifrables e incomprensibles me resultan los verdaderos motivos del presidente para destruir cualquier estructura democrática que los mexicanos todos hemos construido en las últimas décadas.

En este momento parece tener bastante cómodos los resultados de la elección del 2024. Posiblemente no logre ganar Coahuila y se quede en este 2023 de forma cerrada con la joya de la corona, el Estado de México. Pero definitivamente todo indica que tiene lo suficiente para ganar la presidencial del próximo año.

En unas semanas ingresaran 4 nuevos consejeros prácticamente propuestos por él al INE, una de ellas, será la presidenta consejera. Cuenta con padrones de los apoyos sociales a su disposición, más de la mitad de los gobernadores y con miles de millones de pesos que no darán cuenta a nadie y le resultarán, al parecer, suficientes para ganar las elecciones que le dé en gana.

La oposición sigue construyéndose con mucho esfuerzo, no hay capital humano suficiente, Marko Cortés en el PAN no alcanza para gran cosa, Alito Moreno del PRI, ya trae las trece monedas de su traición en el bolso y en el PRD no dan ni para vergüenzas. Es la sociedad la que marca el rumbo y dirección, espero que puedan construir candidaturas interesantes, el tiempo lo tienen ya en contra.

Es por lo anterior que no encuentro el menor motivo para desmantelar las estructuras democráticas en este momento. Lo pienso y le doy vueltas de ida y regreso y no me lo explico. La tienen ganada, no hay nada de qué preocuparse, cualquier “corcholata” está en condiciones de ganar de forma relativamente cómoda la elección y llevarse las dos cámaras sin mucho esfuerzo.

¿Cuáles son los verdaderos motivos de Andrés Manuel? ¿Destruir la democracia, ocasionar la mayor incertidumbre posible en los resultados que conduzcan a un descontento popular de proporciones importantes? ¿Llevar al país a un escenario de protestas y polarización sin solución posible en décadas? ¿Para qué?

Solo puedo descifrar tres explicaciones.

La primera: El presidente está dominado por sus rencores de muchos años y eso le ciega a pensar de forma pragmática y clara, posiblemente los medicamentos no le den claridad mental suficiente. Porque de que es un extraordinario político lo es, de eso no hay la menor duda.

La segunda: Le conviene generar conflicto postelectoral. Eso lo convertirá en indispensable en una transición problemática y en un factor indiscutible de poder. Si las circunstancias lo permiten, puede generar el suficiente caos para prolongar su gestión y llamar elecciones extraordinarias al siguiente año, con la condiciones y términos que él disponga y que el que llegue, se lo deba todo a él.

La tercera explicación: No tiene los números suficientes para sentir una victoria cómoda el próximo año. Perdió a la clase media y los apoyos sociales no le alcanzan para ganar. Es preferible destruir al arbitro electoral y controlar la elección. Lo importante es mantener la narrativa de que ya ganaron y dar inicio a una destrucción de la democracia mexicana mientras tanto.

Cualquiera de las tres explicaciones son terribles. La primera es la peor, porque un líder dominado por sus rencores es muy peligroso. No hay forma de reencontrar el cauce de la racionalidad, la destrucción es el medio y destino de todo.

La segunda explicación explicaría muchas cosas, lo único que me causa un poco de duda es la verdadera capacidad de controlar mil y un factores y condiciones tan complejas y aleatorias para construir una continuación del poder después del poder. Muchos lo han intentado sin suerte y no sin antes llevarse al país entre las patas en el intento.

La tercera no explica nada, pero por lo menos justifica el miedo que le tiene a la sociedad organizada desde siempre. Ver el zócalo lleno no significa nada nada, pero explica todo.

Yo no sé por cual de las tres decantarme, considero a López Obrador el mejor político en décadas. Tiene una base de votos importante, pero definitivamente es mucho menor de los 30 millones de 2018.

Puede ser una combinación de las tres: Muchos medicamentos, muchos paleros lambiscones, una pérdida de piso y alejamiento de la realidad y muchos asesores cubanos en Palacio Nacional hablándole al oído.

Mientras tanto, el país se encamina al odio y al resentimiento.

Justo la cancha que tanto le gusta el presidente.

Jorge Flores Martínez

jorgeflores1mx@hotmail.com

Twitter @jorgeflores1mx

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