De acuerdo con una encuesta que realizó la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD) en el país, 92.5 por ciento de los médicos se ve en la necesidad de cambiar sus recetas por la falta de fentanilo para el tratamiento de pacientes con dolor intenso por cáncer.
Reporta que 99.2 por ciento señala que su desabasto afecta negativamente a sus pacientes, y 97.5 por ciento cree que se demerita su atención como doctores por falta de la sustancia.
Subraya que, ante la propuesta del presidente López Obrador de dejar de usar el fentanilo, el mandatario debe saber que “los analgésicos opioides son la piedra angular del manejo de dolor crónico que padece un poco más de 17 millones de mexicanos, y no hay sustituto para este fentanilo”.
Advierte que “el fentanilo es una sustancia insustituible hoy en México y la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes indicó, en su último informe de 2022, que en México sólo se atiende a 1.5 por ciento de cada 10 personas de manera adecuada”.
Resalta que “para el dolor que no es oncológico, que no es por cáncer, existen otras alternativas, pero cuando el dolor es severo la única alternativa viable sigue siendo el fentanilo”.
La AMETD afirma que “la falta de analgésicos opioides es una situación nacional, por lo que, a través de la Coordinación Nacional de Delegados, se realizó un diagnóstico situacional, para conocer el panorama real de la disponibilidad de opioides en cada estado o región”.
Se trata de “visualizar la problemática de manera científica, sin especulaciones, y buscamos soluciones que favorezcan el control del dolor en nuestros pacientes”.
Dice la AMETD que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la ausencia del dolor debe ser considerado como un derecho de todo enfermo (con cáncer), y el acceso al tratamiento contra el dolor, como una manifestación del respeto hacia ese derecho”.
Por ello, en su estudio concluye que este desabasto “es un problema nacional que requiere de un trabajo multidisciplinario y solicitamos transparencia en los procesos, garantizar la accesibilidad de analgésicos potentes”.
Pide al Presidente que no permita que “le informen mal”, porque “¿sabe usted cuál es el dolor más tolerable? el ajeno, porque usted no lo siente; ojalá que rectifique lo que usted pretende hacer o lo que le están aconsejando que se haga”.