El rey Carlos III del Reino Unido ha dado su apoyo a la investigación sobre los vínculos históricos entre la monarquía británica y el comercio transatlántico de esclavos, según ha indicado este jueves un portavoz del palacio de Buckingham.
El monarca, que ascendió al trono el pasado 8 de septiembre tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, se toma los asuntos relacionados con la esclavitud muy en serio y ayudará a un actual proyecto académico al permitir el acceso a los Archivos Reales.
La investigación es parte del proyecto de doctorado de la historiadora Camila de Koning, de la Universidad de Manchester, que pretende indagar sobre la participación de la monarquía en el comercio de esclavos, y se espera que quede concluido en 2026.
El palacio se pronunció de esta manera después de que el diario The Guardian publicase un documento nunca visto que muestra la transferencia en 1689 de acciones de la Royal African Company de comercio de esclavos al rey Guillermo III (que reinó entre 1689 y 1702) por parte de Edward Colston, el comerciante de esclavos.
La fuente del palacio puntualizó que el monarca, que será coronado el próximo 6 de mayo, había continuado con su compromiso de profundizar su entendimiento con vigor y determinación sobre el impacto que la esclavitud ha tenido.
El año pasado, en la reunión de los líderes de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth, antiguas colonias británicas), Carlos III dijo en un discurso que había que reconocer los errores “que han dado forma a nuestro pasado” y que se había embarcado en un viaje personal de descubrimiento sobre el tema.
Durante siglos, los sucesivos monarcas y otros miembros de la realeza participaron en el comercio de esclavos, ya sea apoyando y facilitando la actividad o ganando dinero con ella.
En 1807, el rey Jorge III firmó la ley que abolió el comercio de esclavos en todo el Imperio Británico.