Hace ya algunos años, no recuerdo cuantos, entrevisté a Andrés Manuel López Obrador y no tenía canas -así que calcúlenle-. Andaba en campaña y se quejaba, ya saben, de todo. En la plática previa le pregunté si de ganar la Presidencia aprobaría que el Procurador General de la República, hoy Fiscal, fuera electo por el pueblo…
Y sí también aprobaría que los Ministros de la Suprema Corte lo fueran. Esto último le pareció bien. Ya en corto platicamos sobre el Estado de Derecho como piedra fundamental de la democracia…
Quedamos, le envié un escrito al caso y jamás volví a saber de él. Pero no eran los tiempos y no se tocó el tema de que con el poder se volvían locos…
Sobre elegir al Procurador, comentó que eso no, porque es la fuerza del Ejecutivo. Como el brazo armado, comentamos. Pero aclara el por qué hoy nadie quiere contradecirlo, la mayoría, casi todos políticos de la vieja escuela, solo superada por la de hoy, que ya va en doctorado, tienen cola que les pisen. Pues bien…
El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, anunció una Reforma para que los Ministros de la Corte sean electos por los ciudadanos. Lo que me parece muy bien…
Solo que la propuesta lleva maña, porque volvería a ser lo mismo que hoy sucedió en el Congreso, mal llamada la cámara de los borregos. El problema está, en que serían los propios partidos políticos los que propusieran a sus candidatos…
Y entonces sí, con aumento de borregos en el corral; del sartén a las brasas. Se convertiría en la primera monarquía democrática de todo el mundo. Solo que: Lástima…
Tengo informes, de que, sobre el escritorio de La Ministra Presidente, doña Norma Piña se tiene un expediente -o algo así- sobre la absoluta y total independencia del Poder Judicial…
Y como la función de la SCJN es velar porque se cumpla la Constitución; sin duda que tratarán de que sea un tema de campaña. Cuando el asunto no es de campaña; es de vida o muerte. O nos regimos bajo un Estado de Derecho, o perdemos a México.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.