jueves, abril 25, 2024

Los panistas y un torbellino llamado ‘Lilly’

Las fuertes luchas internas en el panismo, que son parte de su historia, pero se recrudecieron en los dos sexenios en que gobernaron al país, están volviendo a subir de intensidad, conforme se acerca la sucesión presidencial. Las aspiraciones de los panistas que buscan la candidatura presidencial de ese partido han comenzado a tensar el ambiente, a partir de un planteamiento del dirigente nacional, Marko Cortés, que propuso un filtro para depurar la lista de precandidatos blanquiazules al 2024: que quien quiera ser abanderado presidencial del PAN y de la alianza Va por México, primero junte un millón de firmas del padrón electoral nacional, que demuestre un nivel de conocimiento nacional de al menos 40%, además de tener como mínimo un 15% de intención de voto en encuestas.

Aunque los filtros propuestos por Marko al Consejo Nacional del PAN, aún no son aprobados ni definidos en su totalidad, ya desataron fuertes reacciones al interior de su partido y también entre los aliados del PRI y el PRD. La primera en reaccionar de manera adversa a lo que parece una estrategia selectiva y discriminatoria contra los que no son parte de las estructuras partidistas, fue la senadora Lilly Téllez, quien calificó de una «aduana» los requisitos que pretende pedirle el PAN a sus aspirantes presidenciales, con la que se busca favorecer al diputado Santiago Creel, a quien acusó de estar detrás de la idea de esos requisitos.

«Esta aduana tiene nombre. Santiago Creel: ¿es justo que compitas y diseñes al mismo tiempo el método? Apelo a tu talante democrático: compitamos con piso parejo», acusó la senadora en sus redes sociales. Y luego remató con una pregunta al presidente de la Cámara de Diputados: «Recopilar 1 millón de firmas cuesta mínimo 30 millones de pesos. ¿Pues quién te financia Santiago Creel?».

El enfrentamiento que comenzó en las redes sociales siguió después en el programa de Víctor Trujillo en el portal Latinus, donde ambos personajes fueron invitados para hablar de su pugna por ver quién de los dos es el mejor posicionado en las encuestas. Lo que pretendía ser un debate, se convirtió en un monólogo en el que Lilly Téllez tundió a Creel sin permitirle contestar e interrumpiéndolo mientras él trataba de defenderse. La Senadora le dijo que ella trae «el liderazgo a flor de piel» y que sus 30 años de periodista le han permitido estar más cerca de la gente y conocer sus necesidades, mientras que describió al diputado como «lejos y desconectado de los sentimientos de la ciudadanía».

Luego Téllez reprochó a Creel que él siempre fue electo por la vía plurinominal para ocupar cargos como senador y diputado, mientras que ella sí ha ganado por votos de los ciudadanos. «Tú siempre has sido plurinominal y yo sí gané mi elección. Se necesita ahorita a alguien que pueda, frente a López Obrador, realmente ganar», dijo la Senadora. «No en [el] Congreso Constituyente no lo fui», respondió Santiago en medio de interrupciones, para luego ser recriminado por haber perdido ante López Obrador en 2000 el gobierno del entonces DF, aun cuando estaba «bajo el paraguas de Fox».

El choque entre Lilly Téllez y Santiago Creel, hasta ahora desigual porque el diputado ha sido demasiado cauto al responderle, es el primer síntoma de la tormenta que se puede desatar al interior del PAN por la propuesta de Marko Cortés que pareciera estar pensada justo para frenar a la senadora periodista y favorecer a quien tiene mayor ascendencia y control sobre la estructura partidista del PAN. De entrada, a muchos panistas les disgustó la forma en que Lilly se lanzó en contra de Creel, a quien consideran «un símbolo dentro del PAN» y consideraron que la senadora «se excedió en la violencia verbal y no ayuda a la unidad del panismo».

Otros aspirantes panistas también cuestionaron la idea de ponerles tantos filtros y exigirles niveles de conocimiento e intención del voto. El gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, por ejemplo, aunque públicamente nos dijo en una entrevista radiofónica que apoyaba la propuesta de Marko Cortés y que se necesitaba garantizar que quienes aspiren a la candidatura panista tengan «la fuerza popular para ser candidatos», en corto ha dicho a sus cercanos que la ve también como un requisito demasiado extremo que inhibe y frena la participación de los aspirantes. De hecho, Vila se reunió hace unos días con Santiago Creel en la Ciudad de México, a quien le habría ofrecido su apoyo si él decide que no contenderá por la candidatura presidencial panista.

Aunque Marko Cortés ha negado en entrevistas que los filtros que propuso al Consejo Nacional de su partido lleven dedicatoria para Lilly y ha afirmado que fue él mismo quien alentó e invitó a la senadora a que participara como aspirante a la Presidencia desde hace más de un año, la realidad es que para la cúpula del PAN, Téllez se ha convertido en un problema que no saben cómo van a resolver pues, además de la popularidad que tiene por su paso por la televisión, la sonorense trae un fuerte financiamiento económico de parte de quien fuera su jefe durante muchos años, y está siendo asesorada por un viejo lobo panista como es Roberto Gil Zuarth, el exsenador y exsecretario particular de Felipe Calderón.

Pero además de la turbulencia que desató en el PAN la propuesta de Marko Cortés, entre los aliados de Va Por México tampoco fue bien recibida. Alejandro Moreno del PRI, cuando le preguntaron, dijo que su partido, más que filtros, está a favor de las elecciones primarias, de la elección democrática y de que se pongan urnas para elegir a los candidatos. Incluso dijo que a diferencia de todos los que ahora quieren ser candidatos, «yo fui a un proceso interno y saqué casi dos millones de votos en urnas». Y propuso que antes de imponer requisitos, se tienen que poner de acuerdo los integrantes de la alianza en un método común, lo cual dijo podría ocurrir para agosto o septiembre. Por su parte, Jesús Zambrano, del PRD, dijo que ante las propuestas del PAN y el PRI, para ellos el método de elección del candidato de la alianza «debe ser definido por la sociedad civil».

Así que no va a ser fácil para el PAN procesar su elección interna que ya empieza a descomponerse ante la ferocidad y la combatividad de Lilly Téllez que, claramente, como lo demostró en su breve incursión en Morena, es una outsider de la política y no sabe de reglas, formas y modos partidistas. Si como dice Marko Cortés, él animo a la senadora a que le entrara, ahora le va a costar mucho trabajo y muchos dolores de cabeza el torbellino llamado Lilly, si es que quiere sacarla de la jugada…Los dados vuelven a mandar Serpiente. Caída libre.

otros columnistas