* El fenómeno Edomex puede repetirse en Veracruz
* El PRI, la gran piedra en el zapato
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
El futuro de la alianza opositora en Veracruz para el 2024, para la gubernatura, se ve bastante inestable, tanto que se vislumbra poco probable su triunfo tanto para la elección de gobernador, como para los comicios distritales, tanto federales como estatales.
De entrada, los dirigentes estatales de los partidos no quieren meter a la sociedad en la alianza, porque eso les rompería su preciado sistema de cuotas, el mismo que hizo que en el 2021 la alianza fuera barrida por completo en Veracruz, dejándoles sólo algunos triunfos en lo local y en lo federal, y eso sólo en bastiones muy bien consolidados.
Esa lección que debieron de haber aprendido los dirigentes de los partidos políticos en el 2021, no les entró en la cabeza y mucho menos en la idea de como construir un sistema democrático en México.
Porque precisamente eso, el sistema de cuotas, fue parte de lo que le pasó a la alianza opositora en el estado de México, donde el PRI impuso a Alejandra del Moral, en lo que ahora sí parece que fue un acuerdo añejo para dejar que Delfina Gómez ganase la elección estatal.
Vale la pena insistir: En el estado de México (a diferencia de Coahuila, donde la alianza opositora si integró a la sociedad civil), lo que privó fue el sistema de cuotas para los partidos políticos.
Pero parece que el nuevo tropezón con esto que no es una piedra, si no toda una gran roca, tampoco les ha enseñado la lección, porque el esquema usado en el estado de México, es el que quieren seguir para Veracruz.
EL PRI, LA GRAN PIEDRA EN EL ZAPATO
Por ejemplo, el único triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el 2021, fue en la elección federal por Coatepec, con el diputado José Yunes; el PAN, se atrincheró en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y mantuvo las diputaciones locales y federales en disputa, con excepción del distrito 4 federal, donde ganó Rosa María Hernández Espejo, barriendo al candidato de la alianza opositora, el panista Francisco Gutiérrez de Velasco.
Ese 2021 los partidos utilizaron el sistema de cuotas y decidieron que cada partido tendría un parquete de distritos donde le tocaría a cada uno decidir que candidato pondrían.
Nunca tomaron en cuenta a la sociedad civil.
Y así les fue.
El PRI en lo local sufrió con Marlón Ramírez una debacle que lo llevó a tener sólo 3 diputados locales plurinominales.
No ganaron un sólo distrito local.
Pero esto no le preocupó a Marlon, porque el ya había negociado desde antes con los candidatos su “aportación” al partido.
Pero además, desde entonces demostró su cercanía con el gobierno del estado, al acordar que la tercera diputación se la dieran a su allegada, Arianna Guadalupe Ángeles Aguirre, a cambio de validar que Juan Javier Gómez Cazarin, el coordinador de los diputados de Morena en el congreso local, usurpase una curul plurinominal que por género le correspondía a una mujer, para que siguiese como coordinador de los diputados de Morena.
De hecho esa fue una jugada de carambola, porque al incluir a Arianna Guadalupe (que dicho sea de paso ha tenido una actuación bastante gris como legisladora) dejaron afuera a Héctor Yunes Landa, a quien le correspondía esa banca.
Y eso es parte del botín que quieren conservar los dirigentes de los partidos político: quedarse con las posiciones plurinominales, que pueden ser más seguras que ir a una elección directa.
Para muestra un botón:
Marlon Ramírez, el dirigente del PRI estatal, desea repetir como diputado local, pero quiere la curul por la vía plurinominal, con el cuento de que sigue siendo el presidente del PRI en Veracruz.
Marlon Ramírez no quiere postularse a una diputación por alguno de los distritos de la ciudad de Veracruz, porque para comenzar no tiene fuerza para pelear contra el panismo de esa zona, y después, por su mala imagen, con lo cual es casi seguro que perdería en una elección ante cualquier candidato de Morena que le pongan en frente.
Esa es una de las grandes razones de porque Marlon Ramírez se aferra a la posición, aún y cuando su periodo ya feneció desde el 14 de mayo.
Quiere seguir ahí para continuar negociando con el secretario de gobierno, Eric Cisneros, y con el dirigente de los diputados de Morena en el congreso local, Juan Javier Gómez Cazarin, como ya lo ha hecho antes.
Pero también para poder “distribuir” las candidaturas que “le toquen” al PRI en ese sistema de cuotas, bien poniendo a sus allegados o “acordando” con quien más “recursos” ponga para llegar a la postulación.
Vaya, de hecho, una de las versiones que se maneja con más fuerza, es que Marlon pretende seguir hasta después de las elecciones del 2024, para que en ese proceso, pueda poner una candidata o candidato a modo, para que gane la candidata del gobierno del estado la elección gubernamental del próximo año.
Marlon Ramírez tiene muy mala imagen, igual que Alito Moreno a nivel nacional.
Y por lo mismo, en ambos casos, hay rechazo social a su permanencia como dirigentes de ese partido.
¿A poco con su “linda imagen” y con mantenerse en el asalto del poder en el PRI creen que la sociedad civil se volcará hacia la alianza opositora?.
Al contrario, su presencia genera desconfianza, y por lo mismo pocas probabilidades de voto.
Ni siquiera esos 390 mil votos obtenidos en el 2021 están seguros.
Pero como a Marlon Ramírez no le interesa la alianza con la sociedad, si no las prebendas que pueda obtener, es probable que se mantenga en la posición lo más que pueda y que eche abajo candidaturas fuertes de la alianza para el 2024.
EL PAN: ¿SOLOS NOS VA MEJOR?
Por el lado del Partido Acción Nacional (PAN), el dirigente estatal, Federico Salomón Molina, ni siquiera quiere la alianza.
Su visión, que es la de muchos panistas que sólo miran por su propio interés, es que al PAN le va mejor solo, que mal acompañado por el PRI y el PRD.
Federico Salomón ha expresado más de una vez, ante más de uno de sus copartidarios, que lo mejor para Acción Nacional es ir solos en las elecciones, que tendrían más posiciones políticas, más votos y por tanto más prerrogativas.
Es decir, que es hasta contrario a la idea de una alianza opositora.
Por eso es que nunca, pero nunca, ha buscado acercamiento alguno con grupos de la sociedad civil en Veracruz.
A esto se le añade otro detalle: Ya se puso completamente al servicio de los Yunes azules.
Federico Salomón abandonó cualquier posición política que haya impulsado Tito Delfín, para plegarse a los también llamados Yunes de El Estero.
De hecho, la defensa de Tito Delfin, en su calidad de preso político, la han abandonado, tanto, que ya ni siquiera hace los tibios pronunciamientos que realizaba antes, pidiendo su liberación.
En el PAN, Los Yunes azules se han mantenido muy apartados de lo que es el rejuego de la candidatura gubernamental para el 2024, pero si han dejado ver señales de que la idea de repetir la alianza opositora en Veracruz no les convence.
Uno de los signos más visibles emitidos es el de poner a circular el nombre de Patricia Yunes como posible candidata al gobierno del estado por parte del PAN.
Nada más.
Eso de la alianza opositora, ni siquera se deja ver.
La versión más insistente es que los Yunes azules firmaron una especie de pacto de no agresión con el presidente Andrés Manuel López Obrador y por extensión con el gobernador Cuitláhuac García, para que no los molesten en sus bienes ni en sus personas y ellos no se meten a la política estatal.
Por eso es que del lado de Morena vociferan una y otra vez contra la llamada Torre Yunes, que afea el centro de la ciudad de Veracruz, pero nada real han hecho por tirarla.
Y eso que desde el poder presidencial y el estatal han demostrado que cuando quieren ir contra alguna persona, no les preocupa en lo más mínimo el respetar los procesos legales, pues los violentan de manera impune o incluso se los inventan.
Vaya, muy al estilo del Tren Maya o de la expropiación (o como se le llame) de las vías al Grupo México, bien podrían haber tirado primero la torre y luego litigar la acción.
¿O no?.
También, baste recordar el número de presos políticos que tiene Cuitláhuac García en Veracruz.
Esas versiones de impunidad o no intervención, también incluyen la mención de que parte de ese acuerdo es el dejar pasar que se mantiene en la cárcel a Tito Delfín y a Rogelio Franco Castán, exsecretario de gobierno con Miguel Ángel Yunes.
Federico Salomón no quiere la alianza, porque piensa que el pedazo de pastel sería más grande para el PAN, pero se mantiene en la tónica de la posible coalición porque es la instrucción de la dirigencia nacional. Va montado en la ola, pues, pero nada más eso.
Y si se da la alianza, su idea es pelear el reparto de cuotas de candidaturas por partido, para que le toquen las más posibles al PAN y él pueda incidir en la designación de candidatos, con los “beneficios” que esto representa.
Su visión no es la de sacar a Morena del poder, si no la de aprovechar la situación para obtener mayores posiciones de poder.
Por esa cerrazón es que no vislumbra que mientras más solos y débiles estén los partidos opositores, más fácilmente serán aplastados por el buldozer que es Morena.
PRD ¿TODAVÍA EXISTE?
Por el lado del antes pujante Partido de la Revolución Democrática (PRD), hoy su dirigente estatal se mantiene comodamente sentado, sin hacer nada, tanto que ya ni siquiera se pronuncia por la liberación de Rogelio Franco, como antes.
Tampoco se interesa por las luchas sociales, como -por ejemplo- el encarcelamiento de los dirigentes cafetaleros.
Sergio Cadena Martínez, también quiere que el reparto de candidaturas se haga por el sistema de cuotas, para que le toque el número 1 de la lista plurinominal para diputados locales el próximo año.
Confía que por lo menos una posición si logran, porque en el 2021 les tocaron dos diputadas plurinominales (que al final de cuentas nada más tomaron posesión de la curul y traicionaron a su partido para irse a Morena).
El PRD ya ni siquiera es sombra de lo que fue.
Pero aún así tampoco quieren la alianza con la sociedad.
¿Para qué?.
Si lo importante -las cuotas por reparto de poder- se obtienen en negociaciones con el poder y los otros partidos.
MC, ¿PARA DÓNDE JALARÁ?
Dante Delgado, el real dirigente de Movimiento Ciudadano (MC) ha dado muestras más que claras de que no le interesa el trato con la sociedad civil, ni tampoco lo que se diga desde la misma…
A menos que sea para que se sumen a su proyecto.
Un ejemplo de su desdén a los intereses de los demás, es que hace más de un año, el sábado 5 de febrero de 2022, se instaló el «Movimiento por la Justicia», que pedía la liberación de mil 33 personas “privadas de la libertad injustamente, sin pruebas, sin juicio, sin sentencia”.
Pero nada más soltaron a José Manuel del Río Virgen, encarcelado por homicidio sin probarle nada, nunca más volvió a promover una acción por parte de éste “Movimiento por la Justicia”.
Y por tanto los otros mil 32 presos de manera injusta, ahí se quedaron sin que nadie los defienda.
Ahora Dante Delgado ha dicho que no se subirá a la alianza opositora para enfrentar al candidato de Morena a la presidencia de la república, que prefiere que su partido vaya solo.
A Dante le dirigieron una carta diversas organizaciones de la sociedad civil pidiéndole que se integre a la alianza opositora, pero no le hizo caso alguno.
Así pues, ¿qué hará Dante Delgado en Veracruz en el 2024?.
En algunas entrevistas ha dicho que no se subirá a la alianza opositora por la presidencia de la república, pero que si buscará acuerdos en las elecciones estatales, en algunos lados.
Veracruz puede ser “alguno de estos lados”, pero se desconoce por completo lo que pueda ocurrir, así que también puede postular a un candidato al gobierno del estado propio.
Nada más que la historia muestra que Movimiento Ciudadano en Veracruz siempre ha tenido bajas votaciones… a veces muy bajas.
Dante tampoco va con el interés de la sociedad civil, aún cuando su partido se llame “Movimiento Ciudadano”.
Esto es tan sólo una parte de porque la alianza opositora puede perder en Veracruz el año próximo la elección para la gubernatura.
Porque a los partidos no les interesa la sociedad civil, pero sí los cargos y cuotas de poder que puedan obtener para prebenda y beneficio de sus dirigentes.
Una gran, gran muestra de que esto es así, es que ninguno de los dirigentes de los tres partidos que conforman esa alianza opositora en el estado, replicó en lo más mínimo la firma de la coalición nacional que se dio por parte de los dirigentes de esos mismos partidos a nivel nacional.
Se siguen creyendo los grandes místicos, por eso se mantienen alejados de los terrenales.
Pero igual podrá ocurrir con los terrenales cuando llegue el momento de votar.