Estrictamente Personal
Raymundo Riva Palacio
La maquinaria propagandista del presidente Andrés Manuel López Obrador no perdió tiempo esperando los resolutivos del Consejo Nacional de Morena. Desde el inicio de este fin de semana puso en marcha el aparato para apuntalar a Claudia Sheinbaum como la próxima candidata presidencial del partido en el poder, y desacreditar al excanciller Marcelo Ebrard. Aunque asegure lo contrario el Presidente, no podía haber sido hecho, por sus cercanos, sin autorización.
Por ahora, la lucha se está dando en el campo de las mentes de los electores, la comunicación política y la propaganda, para fijar que Sheinbaum es quien mejor continuará con el proyecto de la cuatroté, y Ebrard lo traicionará. La primera fase, a través del grupo de propagandistas y agitadores que nació tras la derrota en la elección presidencial de 2012, y la segunda, mediante la construcción visual abrumadora de que #EsClaudia quien relevará a López Obrador.
La estrategia ha juntado a quienes hasta muy recientemente eran enemigos, utilizado estructuras que están siendo investigadas en otros países por violaciones a las leyes electorales, y apoyándose en empresas para que, beneficiándolas con disposiciones legales que redunden en ganancias, obtener a cambio servicios sin costo para la causa de la todavía jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Todo ese grupo no parte de cero. Viene trabajando de manera paralela desde hace años, aunque en la elección del Estado de México se probó su elasticidad y la capacidad de interlocutores que en tiempos previos no pudieron trabajar juntos, sin en medio intrigas y conflictos en Palacio Nacional.
De esta forma, con el aval del Presidente, su vocero y cabeza visible del aparato de propaganda, Jesús Ramírez Cuevas, trabajó con el exconsejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, en el desarrollo de la estrategia y la ejecución de la comunicación social de la candidata ganadora a la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez. La elección mexiquense sirvió para probar las tácticas que piensan desarrollar en 2024, y volvieron a utilizar a la consultora Neurona para la realización del plan.
Neurona es una consultora española que tiene su representación en México, que fue fundada por Juan Carlos Monedero, que fue militante de Podemos, un partido de extrema izquierda, que se planteó en su nacimiento “covertir la indignación en cambio político”, y que se ha convertido en uno de los ideólogos inopinados de Morena. Monedero y Neurona han sido investigados por presuntos financiamientos ilegales de ese partido, donde han figurado triangulaciones desde México, donde existe una filial, Neurona Consulting, encabezada por César Hernández Paredes. La empresa también ha trabajado con Evo Morales, en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador, y Gustavo Petro, en Colombia.
Hernández Paredes es uno de los eslabones de la estructura que está trabajando por la candidatura de Sheinbaum. Además de Neurona Consulting dirige el portal Revolución 3.0, que fue fundado en 2012 por Carlos Payán, que dirigió La Jornada, junto con su socio y principal propagandista de López Obrador, Epigmenio Ibarra; Pedro Miguel, columnista de ese diario, amanuense del Presidente y quien aportó el concepto editorial del medio digital, entre cuyos consejeros han figurado Jenaro Villamil, quien dirige el Sistema Público de Radiodifusión del Estado mexicano, y el historiador Lorenzo Meyer, cuyos hijos trabajan en el gobierno.
Revolución 3.0 ha sido un instrumento estratégico fundamental para el lopezobradorismo en los ataques a medios, periodistas y políticos opositores al Presidente, ha establecido la línea de propaganda seguida con entusiasmo por Ramírez Cuevas, que alimenta todos los días el odio del mandatario. Ideológicamente, ese grupo abreva del Foro de Sao Paulo, creado en 1990, y del que se encuentran cerca Héctor Díaz Polanco, fundador de ese portal, y Rafael Barajas, El Fisgón, monero de La Jornada, responsable de formar cuadros de Morena y uno de los principales asesores políticos en Palacio Nacional.
El primer envión de la precampaña de Sheinbaum apunta a una estrategia en dos campos, el digital, que le funcionó a López Obrador durante varios años, y el convencional, donde se recurre a la publicidad exterior para potenciar el conocimiento de nombre. En este capítulo, Sheinbaum tiene como aliada a la empresa Rentable, de Ricardo Escotto Núñez, que, paradójicamente, fue beneficiada por el gobierno en la Ciudad de México cuando Ebrard lo encabezaba.
Durante el gobierno de Ebrard se le autorizaron en vísperas de terminar la gestión mil 300 espectaculares, a fin de que pudieran entrar al programa de reordenamiento de la publicidad exterior. En el de Sheinbaum, también en vísperas de que deje la jefatura de Gobierno, está siendo beneficiado en el nuevo reordenamiento del espacio público que impulsó como resultado de los sismos en la Ciudad de México en 2017, cuando era alcaldesa en Tlalpan, y por accidentes con espectaculares al iniciar su administración.
Sheinbaum modificó los reglamentos y la legislación sobre la publicidad exterior, y se retiraron los espectaculares en las azoteas y se implementó una fuerte vigilancia sobre los anuncios irregulares. El reordenamiento le quitó facultades a las alcaldías y se reasignaron permisos, al permitir que puedan cambiar de modalidad o reubicar sus medios publicitarios si le fueran retirados, con lo cual mantendrían su cuota de mercado. La medida favorece principalmente a Rentable, que controla 23 por ciento del mercado de la publicidad exterior en la capital.
Con la publicidad exterior, el equipo de Sheinbaum logra la promoción de su imagen y goza de publicidad para la precandidata sin costo alguno, al ser un intercambio de favores. Durante la campaña de la revocación de mandato, Rentable estuvo en medio de una polémica por haber ayudado ilegalmente a la promoción del ejercicio. Las críticas no mermaron, sino al contrario, recibió más privilegios de parte de Sheinbaum meses antes de iniciar la carrera final hacia la candidatura.
La operación que se está haciendo a favor de Sheinbaum refleja que la decisión de López Obrador está tomada, aunque con él siempre hay que tener en cuenta que un día puede amanecer de otro ánimo y cambiar lo que parecía imposible.