Desde el café
Bernardo Gutiérrez Parra
La renuncia de cuatro senadores del PRI al partido donde se formaron y crecieron políticamente es, quiérase que no, un mazazo en la nuca del tricolor que está sumido en la peor crisis de su historia desde que se fundó el 4 de marzo de 1929, hace ya 94 años.
Como es sabido, Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Ávila y Nuvia Mayorga, dijeron adiós este lunes a su militancia en el tricolor y con ellos se fueron más de 300 priistas.
El motivo de la desbandada tiene nombre apodo y apellido y no es otro que Alejandro “Alito” Moreno, un perdedor nato y sinvergüenza bajo cuyo liderazgo el PRI ha terminado hecho pedazos.
Lo que llamó la atención es que en la lista de los 300 renunciantes no estuviera ningún priista veracruzano; al menos ninguno de renombre. Y es que se cuentan por decenas los que están en desacuerdo con que Alito siga al frente del partido. Pero nadie se movió y comenzaron las especulaciones.
Una de ellas tiene que ver con la nominación de los candidatos a las diputaciones y senadurías. “Los descontentos esperarán a que se den a conocer los nombres de los elegidos y los que queden fuera levantarán el vuelo y se irán”, comentó un analista político.
Quien fijó su postura con la firmeza que lo caracteriza fue el diputado federal José Francisco Yunes Zorrilla, sin duda el aspirante a la gubernatura con más peso político que ha tenido el PRI en años.
De entrada, el peroteño descartó que vaya a renunciar y agregó que los tiempos actuales son para construir una alianza opositora amplia con los partidos, pero con la participación relevante de la sociedad civil.
“No tengo por qué no estar dentro del partido. Lo importante es dejar en claro que el tiempo, el calendario político para el país está en función de generar coaliciones con ideas muy concretas en la solución de problemas. Ya no partidos trabajando de manera desarticulada, sino arropando proyectos, programas y causas”, dijo el legislador.
Indicó que más que analizar el desempeño de Alejandro Moreno al frente del PRI, lo importante y sustantivo es responder a lo que está demandando la sociedad. “Cada militante responde por sus decisiones. Este es un tema que invita a la reflexión y dejar en claro que el PRI es mucho más que su dirigencia; el PRI está envuelto y fortalecido en su historia, en su representación territorial, en los miles de trabajos que le han dado posición y triunfo electoral a lo largo de muchísimo tiempo en la defensa de sus causas”.
Pepe Yunes dijo que la apuesta de hoy es por la unidad, pero no de un partido, sino en torno a una propuesta y a la convocatoria de la sociedad civil y arropar ésta para construir una alternativa electoral real en 2024.
Subrayó que ni las dirigencias estatales, ni las nacionales representan la fortaleza del PRI y recalcó que México reclama unidad de los actores políticos, por lo que urgió a dejar de lado las diferencias y fortalecer una agenda para dar respuesta a los problemas sociales desatendidos, y para mejorar las condiciones de vida de la población.
Sin duda lector, las palabras Pepe fueron un tanque de oxígeno así de grande para el bocabajeado tricolor, pero sobre todo para sus militantes, que en estos tiempos de pesadilla necesitaban de la palmada en la espalda que les dio con su mensaje el legislador peroteño.
Una selfie algo más que casual
Una selfie tomada este martes por la noche en el estacionamiento del Poder Legislativo, prendió las luces de alarma en el war room de la secretaria de Energía Rocío Nahle. En ella aparecen el dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta; la secretaria del Trabajo, Dorheny Cayetano; el subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero; el titular de la Sefiplan, José Luis Lima Franco; el presidente de la Jucopo, Juan Javier Gómez Cazarín y el secretario de la SEV, Zenyazen Escobar García.
Quizá alguien diga: ¿Qué puede tener de relevante una selfie de la plana mayor del gabinete con el líder de los diputados de Morena y el presidente estatal de ese partido?
Sin duda en otros tiempos hubiera sido vista como algo casual, pero no ahora, porque en ella aparece Zenyazen quien en los últimos días se ha revelado como un aspirante con muchas posibilidades de suceder en el cargo a Cuitláhuac García.
Por el lado de Morena, la carrera por la gubernatura de Veracruz está bien calientita y si en un principio Rocío Nahle le llevaba una ventaja abismal a los demás aspirantes, Zenyazen Escobar se le ha acercado tanto en las últimas semanas, que ya le empató en las preferencias electorales. Y no hay que olvidar que caballo que alcanza, gana.
Se pueden especular muchas cosas, pero para los analistas la selfie tiene una sola lectura: el apoyo de los mejores hombres y la mejor mujer del gabinete al titular de la SEV, Zenyazen Escobar García, no hay más.
Y a pesar de que la última palabra la tendrá el presidente López Obrador, en el war room de enfrente hay mucho nerviosismo, no sólo de la gente cercana a Rocío Nahle, sino de la propia zacatecana.