Por Edgar Hernández*
¿Por qué el “viejo guango, viejo loco y vividor” -tal como motejó la familia Yunes Linares a López Obrador- no ha procedido en contra el jefe del clan a pesar de las denuncias que el propio presidente presentó ante la hoy Fiscalía General de la República?
Es que hubo acuerdo de impunidad a cambio de que los hijos del exgobernador no participen en la sucesión gubernamental del 2024, se nombre a una candidata de papel -Indira Rosales- y que al propio Miguel Angel Yunes, en complicidad con Marko Cortés, se le entregue además una curul o escaño para garantizarle fuero.
De otra manera no se entiende cómo es que a la vuelta de cinco años y con un cúmulo de investigaciones en su contra, así como una “Carpeta Azul” presentada ante la entonces PGR por el propio López Obrador, donde se testifican multimillonarios desvíos, no se haya procedido.
¿En qué paró aquella carta enviada por López Obrador el 29 de abril de 2017 al presidente Enrique Peña Nieto en donde acusaba millonarios desvíos de este “siniestro personaje debido a las componendas y complicidades que ustedes (Peña y Yunes Linares) mantienen”?
Son muchas la dudas y pocas las respuestas.
Llama la atención que el 14 de julio de del 2020, ya siendo presidente López Obrador, sorpresivamente asegura que “No había ninguna denuncia contra Miguel Angel Yunes”.
Desde entonces ya se hablaba de una “negociación en lo oscurito” de Yunes con el Fiscal Gertz Manero -con quien guarda añeja amistad- en donde presuntamente se convino no ejercer acción penal.
La sospecha se acrecienta en 2022 luego que Auditoría Superior de la Federación hizo públicos desvíos por 350 millones de pesos en donde tampoco se procedió.
Lo que siguió fue el silencio oficial que sorpresivamente se rompió el pasado martes en la “Mañanera” donde de nuevo el presidente justificó que “no existe el propósito de proteger al exgobernador (Yunes Linares) por el desvío de recursos, pero tampoco de perseguir a adversarios ya que no es mi fuerte la venganza”.
¿Entonces?
AMLO siempre, al menos hasta 2017, estuvo convencidísimo papeles en mano, que en el ISSSTE durante la gestión del antes citado hubo un desfalco superior a los tres mil millones de pesos.
A ello, en legajo consignado en la “Carpeta Azul”, se sumaban las 38 propiedades y negocios familiares, 34 de los cuales se ubican en México, Puebla y Veracruz y las cuatro restantes en España, así como adquisiciones en los últimos años de departamentos millonarios en dólares en Nueva York.
Ese mismo 2017, durante la campaña presidencial de AMLO, Yunes lo llenó de ofensas y retó a debates públicos, calificándolo -él y sus hijos- de “viejo guango, viejo loco y vividor”.
Sin embargo, un conveniente Alzheimer político, hizo que se le olvidarán las indagaciones, las ofensas y el compromiso con los veracruzanos de combatir a la corrupción.
Incluso se fue a la basura aquella incidental protesta, aparentemente menor, registrada meses atrás por empleados de gobierno que puso al descubierto el millonario desvió donde estaba implicado el exgobernador.
Ello sucedió luego que centenares de trabajadores de la Secretaría de Salud aparecieron en la nómina de una “Empresas fantasma”.
Ahí bailaron 800 millones.
¿Y lo de las cámaras de vigilancia y los 300 millones?
Pero, regresando al punto inicial, las dudas giran en torno a qué pasó… ¿Por qué se echó para atrás el señor López Obrador?
Si diéramos una lectura política, no de politiquería como evade López Obrador cada vez que le conviene, nos encontraremos con que se presume un acuerdo en donde juega papel fundamental la sucesión del 2024.
Habrá que regresar a la memoria la última votación del PAN, la del 2018, en la que el candidato, hijo del gobernador del mismo nombre, alcanzó 1.5 millones de votos tan solo superados en tres puntos por Cuitláhuac.
En ese momento la ciudadanía y la clase política se preguntaron si hubo negociación del gobernador saliente Miguel Angel Yunes con López Obrador para impedir la victoria de su hijo la cual daría lugar a la ruptura familiar hasta la fecha.
Para nadie es un secreto la amistad y alianza que guardan Yunes Linares y el dirigente del PAN, Marko Antonio Cortés, misma podría convertirse en la mejor arma de negociación para el 2024.
Hoy sospechosamente se ha deslizado entre los azules que la decisión del Frente Amplio por Veracruz estará sustentada en la propuesta panista de apostar por una “cuota de género”, que eventualmente recaería en la fiel servidora y tapete de Yunes Linares, Indira Rosales San Román.
En realidad, a Indira no le da para ganar y solo le haría el caldo gordo a Nahle.
Protección complementaría para Miguel Angel sería la entrega de fuero a través de una curul o un escaño plurinominal (para no abrir el ostión antes de tiempo).
Ello significaría el perdón y olvido para Miguel Angel Yunes a cambio de que Morena conserve la plaza hasta el 2030.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo