La ciudad de Monterrey, capital del estado de Nuevo León y la segunda más grande de México, teme repetir la sequía que vivió hace un año ante la caída del nivel del agua de la presa La Boca, que abastece en parte a la zona metropolitana, de más de 5 millones de habitantes.
Ante el bajo nivel de almacenamiento del citado embalse, el temor entre los habitantes del estado, polo industrial del país, ha recordado la crisis hídrica registrada en 2022, que llevó a cortes programados del suministro y falta del servicio de agua en cientos de vecindarios.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la presa ubicada en el municipio de Santiago, conurbado con la capital Monterrey, está en un 37 por ciento de su capacidad, situación que ha “encendido las alarmas”.
En un recorrido llevado a cabo por EFE se pudo constatar la situación en la que luce la presa con grandes extensiones de tierra, en donde debería existir agua, y embarcaciones encalladas.
Luis Espinosa, comerciante del lugar dijo que tienen miedo de que se repita la situación que se vivió en 2022 cuando los bajos niveles de agua impactaron al turismo.
“La verdad es que la presa está muy seca, como podemos ver son muchos espacios sin agua en donde más bien existe lodo. Esa situación nos impacta porque deja de ser atractivo para el turismo”, afirmó.
Mencionó que como diariamente asisten al lugar han observado que la falta de agua ha ocasionado afectaciones en aves como patos y garzas, que se han alejado del sitio para buscar alimento, así como algunos de los peces que habitaban en las aguas de la presa.
Señaló que la esperanza es que venga una “buena temporada de lluvias” porque las altas temperaturas también contribuyen a que se evapore la poca agua del embalse.
De acuerdo con las autoridades de Agua y Drenaje de Monterrey, organismo encargado del líquido, desde el pasado 11 de julio a la presa se le están extrayendo unos 3 mil 700 litros por segundo para intentar abastecer la demanda de la zona metropolitana de Monterrey, luego de una fuga en el acueducto Cerro Prieto, otro de los embalses con que cuenta la entidad.
Dicha avería dejó sin servicio de agua a unas 700 colonias de los municipios de García, Escobedo, Ciénega de Flores, así como Monterrey y Guadalupe.
Normalmente, el promedio de extracción es de 800 litros por segundo.
Por su parte, el alcalde de Santiago, David de la Peña, expuso que el nivel de la presa La Boca bajó en un mes un 10 por ciento por lo que exigió a las autoridades del estado buscar otras fuentes de abasto para no seguir afectando al embalse, principal fuente de economía de su municipio.
Recordó que el Gobierno del estado hizo una inversión de 600 millones de pesos en pozos profundos los cuales deberían de poner a operar para no afectar la economía de Santiago.
“Es una ineficiencia que Agua y Drenaje no han podido resolver, han dicho que ya resolvieron el problema del agua, pero estamos viendo que no”, dijo el alcalde.
El año pasado, Nuevo León enfrentó la peor sequía en los últimos 30 años, que llevó al gobierno estatal a abastecer diariamente solo seis horas de agua a los hogares, así como el reparto del vital líquido mediante pipas y un desabasto de agua embotellada en todos los comercios.