Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto
El avance del proceso interno del Frente Amplio por México, para elegir a quien será su candidata o candidato a la Presidencia de la República está resultando cada vez más predecible y menos creíble. Tal y como se han ido dando las definiciones y eliminaciones de las distintas etapas del proceso, en vez de generar certeza y claridad sobre la forma en que se están tomando las decisiones, el mecanismo de selección del frente opositor está resultando cada vez más cuestionado e impugnado por sus propios participantes, que acusan y denuncian lo mismo «omisiones» graves en el proceso, que simulación para llegar a un resultado y a un nombre previamente decidido y preconcebido por los dirigentes de los partidos que integran la coalición opositora.
Y es que hay decisiones o anuncios, como los dos que realizó ayer el Frente Amplio, que no suenan nada lógicos ni parecen basarse en los datos y las mediciones reales de las encuestas y el desempeño público de sus coordinadores. En el primer caso, la decisión de eliminar a Enrique de la Madrid Cordero, que era de los aspirantes que más habían despuntado y destacado en el proceso opositor, por un trabajo real de promoción y posicionamiento realizado por el exsecretario de Turismo del Gobierno federal, no queda totalmente claro cómo decidieron resolver esa decisión, a partir de que la mayoría de las encuestas recientes arrojaban un empate técnico entre Santiago Creel, Beatriz Paredes y De la Madrid, con diferencias mínimas entre esos tres aspirantes que no superaban un punto de distancia entre uno y otro.
En el segundo anuncio que realizó ayer la alianza opositora, simplemente no hay manera de entender por qué Marko Cortés, «Alito» Moreno y Jesús Zambrano decidieron que el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, sea designado «coordinador del Frente Amplio por México en materia de seguridad». Tratándose de un gobernador acusado por la Fiscalía General de la República, que tiene abierta una orden de aprehensión por delitos graves, que es acusado también por el gobierno de Tamaulipas por enriquecimiento ilícito y corrupción, pero sobre todo que lleva casi un año radicando fuera de México y viviendo en una cómoda mansión en territorio de Estados Unidos, ¿qué sentido tiene nombrarlo coordinador justamente de temas de seguridad?
Porque podrán decir que los números de Cabeza de Vaca como gobernador de Tamaulipas, de 2016 a 2022, lograron disminuir y contener algunos delitos de alto impacto como los homicidios dolosos y los secuestros en Tamaulipas, cosa que es cierto y se documenta en las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, pero al mismo tiempo que disminuía algunos delitos, el exgobernador panista hizo que se dispararan durante su sexenio las desapariciones, las narcofosas clandestinas y las violaciones a Derechos Humanos y los abusos policiacos de su Grupo de Operaciones Especiales, conocidos como los Gopes y acusados por tortura, abusos y asesinatos y desapariciones de ciudadanos tamaulipecos y de migrantes indocumentados, y de eso también hay registros en las estadísticas oficiales y del sistema de justicia.
Con este tipo de decisiones está claro que los dirigentes del Frente están muy por debajo de las expectativas ciudadanas y simplemente no entienden que no entienden: poner a Cabeza de Vaca a diseñar estrategias de seguridad es como poner la iglesia en manos de Lutero. El exgobernador de Tamaulipas es, con base en los hechos y en las denuncias en su contra, casi una versión remasterizada de García Luna. Por algo el periodista Oscar Balmen, de MVS, le publicó ayer un tuit en respuesta a otro mensaje de Marko Cortés en esa red social: «¿Quieren narcoestado? El Frente Amplio por México anunció que el (des) gobernador Francisco García Cabeza de Vaca encabezará la mesa de seguridad. Se los digo yo: Cabeza de Vaca es el Cártel del Golfo. Invítenme a cualquier debate. Lo sostengo con datos».
Hay un dicho muy conocido en la política mexicana, que incluso ha repetido en varias ocasiones el presidente López Obrador: «En política lo que no suena lógico, suena metálico», y así parece sonar la decisión del Frente Amplio, empujada claramente por el dirigente panista, Marko Cortés, de designar a Cabeza de Vaca coordinador de los temas de seguridad del Frente. Y es que no son pocos los panistas de la cúpula que afirman que «Marko ha recibido financiamiento económico de Cabeza en su dirigencia y en su trayectoria política».
Si a esos dichos de panistas le sumamos las acusaciones públicas que hizo el exsenador blanquiazul Jorge Luis Preciado, quien el pasado 7 de agosto, antes de que lo eliminaran oficialmente, renunció no sólo al proceso interno del Frente sino también a su militancia de 29 años en el PAN, en donde afirmó que «todo el proceso es una simulación y a mí Marko Cortés me dijo, cuando me quejé que la plataforma para recabar las firmas no funcionaba, que esto ya estaba definido y que iban a llegar a la final Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes y Santiago Creel, para que finalmente la candidata sea Xóchitl», tal parece entonces que se está cumpliendo lo denunciado por el expanista al pie de la letra.
A estas alturas no quedan muchas dudas de que, por su crecimiento en las encuestas y el fenómeno mediático, de redes y social que despertó con su postulación, la candidata del Frente Amplio por México se llama Xóchitl Gálvez Ruiz; pero no estaría de más que los señores dirigentes del Frente, que de por sí ya están bastante cuestionados no sólo por la sociedad sino por sus propios militantes, hicieran un esfuerzo por darle certidumbre, transparencia y seriedad a su proceso interno. Porque de lo contrario todo acabará siendo una simulación, un ejercicio poco serio y casi una farsa para tratar de legitimar una nominación que, como dicen sus críticos y opositores, se decidió hace ya varias semanas desde las cúpulas políticas y económicas del poder. Eso no le ayudará nada ni al Frente opositor y mucho menos a la casi segura candidata Xóchitl Gálvez…
Serpiente Doble. Los dados siguen en caída libre.