domingo, diciembre 22, 2024

Los libros y las mentiras

A un lado de las críticas impetuosas, sesgadas y hasta insultativas que se han hecho viralmente a los libros de texto propuestos por la Cuarta ¿Transformación?, muchos verdaderos especialistas, expertos en educación, editores, autores, docentes y padres de familia debidamente preparados han venido formulando observaciones precisas y fundamentadas ante el cúmulo de errores de orientación, de datos, de técnica pedagógica, de sintaxis y hasta de ortografía que contienen.

     Estos señalamientos de los expertos, los han querido cubrir con varios mantos tanto el Presidente de la República como las personas que están encargadas de la Secretaría de Educación Pública con tan malos resultados.

     Se sabe que en la oficina de Andrés Manuel López Obrador de la que salen las estrategias informativas y publicitarias de la 4T siguen fielmente el undecálogo de Joseph Goebbels, y para este conflicto se están sustentando en los principios segundo y sexto.

     El segundo principio, Método de contagio, dice: “Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.” Y así los funcionarios del régimen y los comunicadores comprados han tratado de condensar a quienes señalé en el primer párrafo en un grupo comprado por la oligarquía en contra del bienestar del pueblo.

     Y el sexto dice: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: ´Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad’.”

     Así que la táctica para acallar las críticas y convencer al pueblo de que las criticas eran mentirosas se dedicó a la idea fija de decir que los libros de los sexenios anteriores tenían más falla que los nuevos; que los errores detectados en los libros no eran tales, sino “áreas de oportunidad” (esta perla que pasará a la historia de la ridiculez se la debemos a Marx Arriaga, el Director de Materiales Educativos de la SEP); que quienes criticaban no habían leído los libros, y que los padres de familia que estaban en contra permitían que sus hijos vieran pésimos programas de televisión de Televisa y de TV Azteca.

     Como se ve, ninguna de esas razones desdecía el tema principal, que es la pésima elaboración de los libros y su falta de rigor científico y pedagógico. Salta aquí lo que recomienda el noveno principio de Goebbels, el de la silenciación. “Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.”

     Y ya de la propia cosecha del Patriarca y su 4T, su principio único de contestar a las críticas con mentiras, pues están inventando que sí hubo una consulta nacional para hacer los libros, que intervinieron verdaderos conocedores en su elaboración y que son una maravilla que van a llevar a los niños mexicanos a un mundo de conocimientos insospechado.

     Pero a esa mitología se opone un hecho real y verdadero: los libros de texto están muy mal hechos. Punto.

 

sglevet@gmail.com

otros columnistas

Tiempo de reflexión

Ahued se “internacionaliza”

Las vísperas

Medio siglo

Edgar Herrera: cepa y escuela

Un alcalde con ética

Una diputada nula