En México y en diversos ámbitos, el término «Nearshoring» ha cobrado relevancia. Se refiere a la subcontratación de actividades profesionales por parte de una organización en un país cercano a su base de operaciones. Aunque podría parecer un concepto nuevo, en nuestro país se ha adoptado desde hace al menos una década.
Este enfoque económico se diferencia del «offshoring», que implica trasladar procesos de negocio o tecnología a terceros en destinos lejanos para recortar gastos. En cambio, el nearshoring se lleva a cabo con países cercanos o colindantes, generalmente aquellos con los que se comparten fronteras.
En América Latina, este modelo industrial ha beneficiado a varias regiones y países. Según Forbes, las empresas operando en esta región han aumentado de 695 en 2019 a 783 en 2022. Sectores como fábricas de cigarros y sus derivados, productos médicos y farmacéuticos, talleres de confección, productos agroindustriales, joyería y alimentos han sido favorecidos. Las exportaciones nacionales también han aumentado, pasando de 6,249 millones de dólares en 2019 a 7,832 millones de dólares en 2022. En términos de empleo, los números han aumentado de 176,555 en 2019 a 192,461 en 2022.
México posee características fundamentales que lo destacan en éste ámbito. Su proximidad geográfica con Estados Unidos es crucial, ya que comparten una amplia frontera de más de 3,000 kilómetros. Además, la relación comercial con América del Norte, fortalecida por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), potencia aún más sus ventajas. El país cuenta con una infraestructura sólida y destacada capacidad manufacturera en áreas clave como la automotriz y la electrónica. A esto se suma una fuerza laboral joven y altamente capacitada en campos como ingeniería y tecnología, lo que ofrece costos laborales competitivos.
No obstante, para aprovechar con éxito esta oportunidad de crecimiento económico, México debe abordar varios elementos esenciales. Es crucial contar con una infraestructura robusta que permita una comunicación y conectividad fluidas con los países que buscan externalizar servicios. Además, debe centrarse en mejorar su reserva de talento, invirtiendo en programas de educación y capacitación en áreas técnicas clave. También es necesario establecer políticas y regulaciones propicias que atraigan inversión extranjera y brinden seguridad legal a las empresas que desean establecerse en el país. Por último, fomentar la colaboración entre los sectores público y privado es vital para impulsar la innovación y el desarrollo de soluciones tecnológicas.
El estado de Veracruz desempeña un papel estratégico en el comercio internacional debido a su ubicación y a su relevante puerto marítimo en México y América Latina. Sectores como la industria alimentaria, química y manufacturera pueden beneficiarse considerablemente del nearshoring gracias a su posición estratégica para acceder a los mercados de América del Norte y del Sur.
Para aprovechar estas fortalezas, Veracruz debe garantizar seguridad, estabilidad política y económica, y disponibilidad de una fuerza laboral calificada. La formación en áreas clave como robótica y tecnología es crucial, y las instituciones educativas tienen un rol fundamental en este proceso, ofreciendo programas académicos especializados, estableciendo vínculos con la industria y fomentando la investigación y la innovación.
El nearshoring se presenta como una oportunidad relevante para México. Aprovechar este potencial exige prestar atención a diversos factores. Con una implementación estratégica, México puede consolidarse como líder en esta tendencia global. La oportunidad está aquí, y es nuestra decisión aprovecharla en beneficio del país.
Ideario en perspectiva
Estudiantes de los 16 programas de posgrado de la Universidad Veracruzana que el CONAHCYT, a través del Sistema Nacional de Posgrados, ha considerado «no elegibles, ya no podrán acceder a becas proporcionadas por dicha institución. Esta resolución plantea dudas en torno al cambio en la orientación para generar nuevo conocimiento a través de la investigación y la profesionalización. Temas como emprendimiento, innovación, calidad, sostenibilidad, dirección estratégica e innovación tecnológica, comercio exterior y biotecnología, entre otros, parecen haber perdido prioridad en este proceso. La comunidad académica se pregunta cómo se fomentará la exploración de campos emergentes y la creación de conocimiento relevante a partir de estas modificaciones.