Dr. Rafael Vela Martínez
Hace unos días el CONAHCYT propuso cambios al Sistema Nacional de Posgrado para que se revisaran todos los programas de las instituciones de educación superior que ofrecen posgrados, maestrías, doctorados y posdoctorados, con la intención de dejar sin becas a los estudiantes que aspiraran a entrar a estas instituciones para seguirse preparando como profesionistas. Evidentemente es una medida de poco compromiso con la educación y con las nuevas generaciones que aspiran a ser profesionistas de alta calidad; pero sobre todo, esta medida se enmarca en la obtención de recursos públicos, y por supuesto que abre la sospecha de que dichos recursos puedan ser usados para financiar campañas electorales.
Bueno, pues a los posgrados se les calificó como elegibles o no elegibles, en el entendido que si no son elegibles, se quedaban sin becas los estudiantes. Esta decisión de corte radicalmente neoliberal, poco humanista y al estilo capitalista más puro, traerá graves consecuencias, entre ellas las siguientes:
- De hoy en adelante el estudiante que quiera seguir formándose tendrá que cubrir sus estudios con sus propios recursos, tendrá que trabajar y estudiar, con el bajo rendimiento esperado de las personas que se dedican a realizar estos dos esfuerzos
- Lo más probable es que estos jóvenes decidan ya no estudiar, pues los estudios de posgrados son muy caros, peor aún si esta jovencita o este joven ya están casados, no podrán trabajar, estudiar y atender su matrimonio, todo al mismo tiempo.
- Para la gente que proviene de las áreas rurales las becas les facilitaba venir a la ciudad a estudiar; incluso radicar en otros estados donde las universidades públicas les ofrecían la carrera o especialidad que querían realizar. Hoy en día las familias de escasos recursos, la “gente pobre”, de las áreas rurales ve cancelada la posibilidad de que algún día sus hijos lleguen a ser grandes profesionistas con estudios de especialidad.
- Con esta acción de Gobierno Federal, lo que se hace es favorecer el surgimiento de muchas escuelas privadas que ofrecerán posgrados de baja calidad pero a bajos precios, con lo que se estaría favoreciendo muchos profesionistas con papeles que les avalan estudios de posgrados y que ni siquiera saben diferenciar lo que es un porcentaje de lo que son puntos porcentuales. Es decir, se estaría promoviendo una sociedad de la simulación.
- Si la hipótesis del punto anterior se cumple, se estaría promoviendo una sociedad y una generación de analfabetas funcionales, que incluso pueden llegar a gobernar. Como es bien sabido, un analfabeta funcional, de acuerdo con la definición de la UNESCO, es aquella persona que aun sabiendo leer y escribir frases simples, no posee las habilidades y capacidad para analizar, entender y resolver problemas; y si estos profesionistas de “papel” llegan a gobernar, aun con buenas intenciones, no sabrán resolver problemas como pobreza, falta de empleo, inseguridad ciudadana, contaminación, falta de crecimiento económico, discriminación, entre otros fenómenos igualmente importantes; y, como ya es costumbre, se la pasaran culpando al pasado de su incapacidad para resolver problemas.
Es claro que la educación pública a nivel nacional muestra graves deficiencias; y esto varía de estado a estado, de región a región, como en el caso de Veracruz, que fue calificado en el cuarto lugar del Índice de Rezago Social (IRS) 2020, donde la variable de mayor prevalencia en la entidad fue la población de 15 años y más con educación básica incompleta que afecta a más de 2 millones 377 mil, 272 personas. En cuanto a Rezago Educativo, el CONEVAL señala en su informe que el 27.8% de los veracruzanos se ubica en este contexto; es decir, que de acuerdo con su edad, esta población no tiene los estudios que debería tener, sean de primaria, secundaria, bachillerato o universidad.
En este marco de dificultades educativas en que se ubica Veracruz, es conveniente traer a colación el estudio elaborado por el Centro Kumon, el cual determinó en el 2018 que más del 34 % de estudiantes en México de nivel medio y superior no comprenden lo que leen. Es decir, enfrentan cierto analfabetismo funcional. De acuerdo con el informe se llegó a esta conclusión después de analizar los resultados nacionales del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, (PISA por sus siglas en inglés) que mide el rendimiento de los alumnos en distintas áreas, entre ellas la habilidad lectora. Estos datos coinciden con el MOLEC (Módulo de Lectura) de INEGI, que analiza estadísticamente el comportamiento del lector en México. Según datos del MOLEC, el 21. 6 % de las personas mayores de 18 años y alfabetas confesó comprender la mitad o poco menos de la mitad de las lecturas que realizan. Ahora bien, si a este escenario se le incorpora el hecho de que no se apoyará con becas a los jóvenes que quieren superarse mediante estudios de alto rendimiento, pues entonces grave daño se está haciendo a nuestra sociedad. Peor aún para estados que registran graves rezagos en educación como Veracruz.
De acuerdo con la información disponible, son 63 posgrados de la Universidad Veracruzana (UV) que han sido calificados como no elegibles, más los que se puedan acumular, pues la evaluación continua. En síntesis, son alrededor del 70% del total de los posgrados ofertados por la UV, los que quedaran fuera; es decir, los veracruzanos tendrían que ir a buscar becas al extranjero, a otras entidades donde sus universidades no fueron tan castigadas como nuestra Máxima Casa de Estudios, o simplemente resignarse a dejar de superarse por no tener dinero, por ser “pobre”, salvo que sus padres los quieran financiar, sean hijos de políticos encumbrados con “grandes ahorros”, o hijos de grandes empresarios, de los que por supuesto no abundan muchos en la entidad.
Aquí es donde surgen algunas preguntas, frente a estas acciones neoliberales de privatización de la educación superior: ¿Cuál es la respuesta de la Rectoría de la UV frente a esta ofensiva en contra de nuestra institución? ¿La máxima autoridad de la universidad va exigir a Gobierno del Estado le entregue inmediatamente los más de mil ochocientos millones de pesos que le adeuda, para utilizarlos como becas para las nuevas generaciones de jóvenes que aspiran a estudiar un posgrado en la UV? O acaso ¿Va a ser consecuente con estas medidas que esta llevando a cabo el Gobierno Federal en contra de las Universidades y se va a quedar callado? Porque si acaso justifica las acciones en contra de los posgrados de la UV, argumentando que hay razón y que no son de calidad, pues entonces la misma autoridad está evaluando su proceder como autoridad y al frente de nuestra Máxima Casa de Estudios: en pocas palabras se está reprobando.
En cualquiera de los casos hipotéticos, el problema es muy grave para nuestra querida universidad, pues sin becas para los estudiantes no hay cuotas para las instituciones, y si eso es así, en el corto plazo cerraran muchas especialidades, maestrías y doctorados, pues no tendrán recursos para operar. La alternativa es que se firme un acuerdo de gratuidad, donde se eliminen las cuotas que se cobran a los estudiantes, a cambio de que el Gobierno Federal incremente significativamente el presupuesto a las Universidades, algo que no se advierte posible, pues en lo que va de esta Administración Federal ha sucedido todo lo contrario; es decir, reducir al máximo el presupuesto a las universidades públicas del país.
¿Qué es lo que sigue? Un amparo institucional en contra de la Ley que retira las becas. Si el Rector de la UV se va al amparo sabe que cuenta con todo el apoyo de los académicos e investigadores, y sobre todo de los estudiantes universitarios. Ojalá y no vaya a suceder que son los funcionarios burócratas quienes toman las decisiones y le aconsejen doblegarse ante el poder, aun sacrificando el futuro de la Universidad Veracruzana y el desarrollo del estado.
Por último, doy a conocer de forma textual la convocatoria a una marcha que hace el Consejo Estudiantil de la UV, según me hicieron llegar la información.