jueves, noviembre 21, 2024

Con Sheinbaum candidata, Rocío ya da color

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Es un hecho corroborado que los parámetros establecidos por el presidente a sus colaboradores se ajustan a la métrica del 10% capacidad y 90% de lealtad, sin embargo, en el caso de la Secretaria de Energía,  Rocío Nahle, aparte de los anteriores debe mediar otra forma de dimensionar sus méritos y desempeño, porque pese a inocultables desfases financieros y cronológicos permanece al frente de la mega obra de Dos Bocas, más aún, se da tiempo para celebrar reuniones proselitistas en busca de la candidatura de Morena al gobierno de  Veracruz. En realidad, la política es una actividad muy lógica pero en todo caso para llegar a conclusiones correctas se requiere de obtener información verídica, semejante a cuando se formula un silogismo cuyas conclusiones serán erróneas si se establecen premisas alimentadas con información inexacta. Esa ecuación aplicada al tema de Rocío Nahle nos pudiera aproximar al futuro político de la senadora con licencia en su prurito por alcanzar la candidatura soñada: si nos atenemos al criterio del costo beneficio y a la correlación entre eficiencia y resultados relativos a la refinería de Dos Bocas la senadora con licencia no saldría bien librada, porque ni se construyó en tres años ni la inversión original se mantuvo en lo presupuestado, pues de 8 mil millones de dólares dio un salto superior al 100 por ciento, lo cual exhibe una mayúscula diferencia, inimaginable en cualquier empresa privada, donde por cierto el primer despedido sería el responsable del proyecto.  En contraste, si observamos detenidamente el acontecer político de Rocío Nahle, la realidad objetiva aporta información suficiente para atribuirle elevada probabilidad de conseguir la referida candidatura. Un signo de singular importancia radica en el abierto apoyo del gobernador de Veracruz a la aspiración de Nahle por sucederlo en el cargo, obviamente, no porque la candidatura vaya a decidirse localmente, sino porque Cuitláhuac García no da un paso sin la correspondiente línea tirada desde algún punto de la CDMX, además, la confianza de que goza en la cúpula del poder nacional le propicia oportunidad de enterarse de información de primera mano. Otro elemento que permite suponerle a la señora Nahle elevada probabilidad de andar en campaña por el gobierno veracruzano proviene del hecho de que el presidente no le haya sacado tarjeta roja como ya lo hizo en Tabasco y en Chiapas, o sea, la Secretaria de Energía sigue en el juego sucesorio de Veracruz.Otra circunstancia que aporta bases firmes para presumir que Nahle será la candidata de Morena es el rito impuesto por el presidente en el preámbulo sucesorio: es el simbolismo esotérico de entregar el bastón del “relevo generacional” a Claudia Sheinbaum que puede implicar la primacía de la candidata presidencial para decidir las postulaciones de Morena al relevo de gobiernos estaduales, como parece ser el caso de dar luz verde para que Omar García Harfuch renuncie al cargo que ahora desempeña en el gobierno de la CDMX y anuncie su aspiración a la candidatura morenista. Acá en la aldea, vista en retrospectiva una señal pudiera ser el desayuno de hace dos semanas en Casa Bonilla en Coatepec, con la asistencia de Rocío Nahle que deja atrás la admonición presidencial alusiva a que ella estaba concentrada en Dos Bocas y no tenía tiempo de venir a Veracruz “¿Verdad Cuitláhuac?”, y ya una vez consumada la elección de Sheinbaum-candidata parecería lógico que la visita de la Secretaria de Energía en Misantla, pudiera ser un síntoma de haber recibido el visto bueno para aumentar la frecuencia de esas visitas al solar veracruzano para dejar en el camino, si se puede, a Manuel Huerta y a Sergio Gutiérrez.

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