Revisé el plagio en el trabajo de reporte para titulación por experiencia profesional de Xóchitl Gálvez y también me tomé la molestia de ver el asunto del plagio en la tesis de licenciatura de Claudia Sheinbaum. Lo digo en serio, sin apasionamientos ni filias desbordadas o fobias enloquecidas. No hay nada serio ni tan importante como para destruir la carrera profesional y política de estas dos extraordinarias mujeres que pretenden la presidencia de este manicomio institucionalizado que llamamos México.
En el caso de Xóchitl, se trata de no citar un párrafo extraído del Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012 publicado en el Diario Oficial de la Federación. Un párrafo y otros cinco que tendría mis dudas. En todo caso, nada como para cortarse las venas.
En lo que se refiere a la Tesis de Claudia Sheinbaum, se le señala de ser una copia exacta de una tesis presentada años antes una Universidad Tecnológica en la India. No lo creo, es más, me parece correcta y suficiente la explicación que da la candidata.
Pasemos a otra cosa, ahí no hay nada importante. Que la UNAM, en todo caso, revise y de su opinión. Ahora, lo de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Yasmín Esquivel es un plagio burdo, cínico y total. Me explico, no se trata de un párrafo o dejar de citar algunos textos, es más, ni siquiera es copiar un porcentaje de la tesis como lo hizo Enrique Peña Nieto, asunto ya grave. El caso de la ministra es copiar toda la tesis que presentó un año antes otro estudiante.
La UNAM ha concluido que la tesis es un plagio, no hay para donde hacerse, el asunto está detenido porque la ministra presentó una demanda de amparo por el caso del plagio de la tesis que impedía a la UNAM pronunciarse sobre el asunto. Lo anterior, sin contar el plagio del que se le acusa en su tesis de doctorado en la Universidad Anáhuac.
Vamos a poner las cosas en el cajón que les corresponde, Xóchitl Gálvez tiene sus positivos y negativos, una trayectoria como profesional, empresaria, funcionaria y ahora como Senadora de la República. Cosas buenas, otras no tanto y otras malas. Claudia Sheinbaum lo mismo, tiene una trayectoria en la izquierda mexicana y un importante paso por el servicio público. Tiene errores y aciertos, algunos buenos y otros no tanto. El accidente de la Línea 12 del Metro es una muy pesada carga que comparte con Ebrard y Delgado y la muy dolorosa tragedia del Colegio Rebsamen, en la que yo lo pondría en otra balanza, pero eso es otro tema.
En otro cajón, en el de los sinvergüenzas tramposos y pasados de listos, en ese es donde debemos colocar a la ministra Yazmín Esquivel. Porque no lo hizo una vez, todo indica que plagió su tesis de licenciatura y la de doctorado. Eso es otro nivel de corrupción.
Yo en mi caso, voy a escuchar con atención a las dos candidatas, ver como se desenvuelven, analizar sus propuestas y observar sus alianzas políticas. Las dos son grandes políticas, buenas funcionarias y eficientes servidores públicos, de eso no tengo duda. Las dos tienen positivos y negativos, su suma es la que me interesa, que al final resulte en positivos más que en negativos.
Revisemos lo importante, lo sustancial y determinante. No me importa que la Sheinbaum haya estado casada con el impresentable ladrón de Carlos Imaz o la mentira absurda que tiene un hijo con uno de los hijos de Andrés Manuel López Obrador. Tampoco me interesa que digan que Xóchitl no es indígena o que es mentira su origen humilde. Es más, me parece una estupidez que pretendan demoler su casa por un supuesto trámite de permisos o licencias de construcción.
No nos perdamos en el camino. No hay nada importante, dejemos que las candidatas hablen y expongan sus proyectos.
De lo que no hay duda es que la ministra Yasmín Esquivel nos debe una explicación.
Las cosas como son.
Y si duelen y salen fanáticos a insultar, es que por ahí es.
Jorge Flores Martínez
Twitter: @jorgeflores1mx