En días pasados el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, entregó a la Cámara de diputados el Paquete Económico del próximo año, el cual incluye los Criterios Generales de Política Económica, la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación(PEF).
El PEF para 2024 en México prevé un endeudamiento interno récord de poco más de 1.9 billones de pesos; este nivel de endeudamiento, que representa un aumento del 61% anual, es de alto riesgo, aun cuando se señala que ese endeudamiento es para concluir las magnas obras de esta administración federal, las cuales fueron mal estimadas y se salieron de presupuesto.
Antes de realizar un breve análisis de este presupuesto de egresos hay que señalar que el gasto total del sector público se ha estimado en 9 billones 66 mil millones de pesos, lo que representa el presupuesto más alto de la historia; sin embargo, los ingresos que el Gobierno Federal estima para el siguiente año son de alrededor de 7 billones de pesos;es decir, se estima gastar más de lo que podrá recaudar, lo cual es preocupante por el monto tan alto de endeudamiento, ya que esos casi 2 billones de endeudamiento representan 5.4 puntos porcentuales de la riqueza que se genera anualmente en el país; es decir, lo que se conoce como Producto Interno Bruto (PIB).
En palabras claras se puede decir que, cuando un gobierno gasta más de lo que recauda, es un gobierno incompetente, ya que habrá de necesitar una fuente de financiamiento y esta es la deuda, en este caso deuda pública. Sobre el particular hay que señalar que los principales tipos de deuda pública gubernamental en México son:
a) Deuda Interna o Local, que es la deuda emitida y colocada en el mercado nacional. Se emite en la moneda local (pesos mexicanos) y suele estar dirigida a inversionistas y entidades financieras dentro del país. Puede incluir bonos, certificados de la Tesorería de la Federación (CETES), entre otros instrumentos financieros. Lo riesgoso de este tipo de deuda en la actualidad es que el crimen organizado puede aprovechar esta oportunidad para blanquear su dinero; peor sería que esto estuviera concertado entre estos actores de la delincuencia y el Gobierno Federal, y fuera una estrategia deliberada: financiar campañas electorales y entregar cuota de pago de piso al crimen organizado.
b) Deuda Externa: Es la deuda emitida y colocada en mercados internacionales. Se emite en moneda extranjera y suele estar dirigida a inversionistas y entidades financieras fuera de México. Puede incluir bonos y otros instrumentos de deuda; lo peligroso de este tipo de deuda es que compromete la soberanía nacional.
c) Existen otros tipos de deuda como las de corto o largo plazo, así como la deuda garantizada, la cual es de alto riesgo porque es una forma de deuda respaldada por activos específicos o flujos de ingresos. En el caso de México, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX) emiten deuda garantizada con los flujos de ingresos generados por sus operaciones, lo cual pone en manos ajenas, que incluso puede ser de extranjeros, o carteles de la delincuencia, los bienes de la nación.
Ahora bien si se autoriza por el Congreso de la Unión este endeudamiento poco racional, todo apunta a que este déficit NO lo podrá solventar la próxima administración de gobierno federal, salvo que, como en épocas del neoliberalismo, se registren devaluaciones como en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari a causa, entre otras determinantes de gobiernos irresponsables como el de Luis Echeverria Álvarez, José López Portillo y Miguel de la MadridHurtado; en pocas palabras la próxima administración tendrá que dejar de realizar inversiones en infraestructura y recortar el gasto público. La otra alternativa es que el déficit persiste y entonces la deuda puede llegar a niveles insostenibles, lo que podría llevar a una crisis financiera por deuda y el escenario es devaluación de la moneda, inflación, pérdida de poder adquisitivo que puede coincidir con la crisis alimentaria presente en varios países del mundo.
Más aún, en caso de una emergencia económica, como es una recesión o crisis, el alto déficit puede limitar la capacidad del gobierno para llevar a cabo políticas fiscales redistributivas, como es la reducción de impuestos, como bajar el precio del impuesto a la gasolina, ISR, IVA, IETU, entre otros. En este escenario de riesgos, la política económica que se implemente puede ocasionar una mayor desigualdad social, ya que la necesidad de financiar el déficit estaría propiciando aumentos en los impuestos o recortes en programas de gasto social, becas, pensiones de adultos, lo que estaría afectando a los segmentos más vulnerables de la sociedad.
Si a este escenario se le suma el hecho de que la actual administración federal ya se gastó todas las reservas de recursos que habían dejado las anteriores administraciones de gobierno federal, como el caso de los Fondos de Fomento, Fondos de Estabilización y Fideicomisos Públicos, pues entonces el escenario es más preocupante, ya que en los ingresos totales del Gobierno federal, 2 renglones son centrales: por una parte el cobro de impuestos, lo que representará el 55% de los ingresos; y los ingresos petroleros, cuando con información oficial se concluye que las percepciones dinerarias, con base en las ventas de crudo, tienden a disminuir en 25% en los próximos 5 años; pero más aún, la política de la producción del petróleo a nivel mundial ahora la controlan los países agrupados en los BRICs en un 80% y, próximamente en un 92%, cuando el próximo año se acepte la afiliación de Venezuela.
Lo lamentable también de este presupuesto de egresos de la Federación para 2024, es que se aprecia una severa reducción porcentual del presupuesto para la Secretaría de Salud. Para este ramo la reducción sería de 96,990 millones de pesos, que es 55.8% menos que en 2023; es una reducción que plantea justamente cuando más se requiere de este recurso, pues hay que recordar que con base en el estudio elaborado por el CONEVAL, indica que el 39.1% de los mexicanos enfrenta carencias en materia de salud; es decir, actualmente más de 50 millones de mexicanos NO tienen acceso a los servicios de salud; en el caso de Veracruz, como es bien sabido 2 millones 509 mil personas, no tienen acceso a este servicio.
La única buena noticia para los veracruzanos es que se propone incrementar e, 161% el presupuesto para el Proyecto Transístmico, lo cual asciende a poco más de 21 mil millones de pesos. Esta es una buena noticia, siempre y cuando la próxima administración de Gobierno del Estado sea capaz de capitalizar esta magna obra y definir un programa de inversión estratégico para convertir los 5 parques industriales en firmas motriz para crear verdaderos polos de desarrollo.